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Arman club de arrimones en el Metro del DF

México.- Nayeli llegó un domingo al Metro Observatorio, de la Línea 1, a las 20:00 horas. Llevaba una prenda roja y un listón del mismo color amarrado a la muñeca derecha...
  • Por José Oswaldo

Las reglas

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La página de Facebook

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México.- Nayeli llegó un domingo al Metro Observatorio, de la Línea 1, a las 20:00 horas. Llevaba una prenda roja y un listón del mismo color amarrado a la muñeca derecha y buscaba a un hombre con las mismas prendas que la esperaba abajo del reloj de la estación.

Ambos fueron puntuales; se reconocieron, no hablaron y se subieron en el penúltimo vagón. Iba semivacío, lo que impidió un encuentro como Nayeli lo había imaginado. Nayeli y su pareja efímera se recargaron en la puerta que no se abriría en las siguientes estaciones. Ella le dio la espalda, él la abrazó. La poca gente que iba a bordo del convoy se percató de la escena y comenzaron las miradas despectivas. "Ahí fue donde aprendí que para una cita así se necesita o que el vagón esté completamente lleno para que la gente no se dé cuenta o que vaya en su totalidad vacío para que la pareja pueda tener privacidad", cuenta.

Esa noche, tras el intento fallido, el acompañante de Nayeli le pidió ir a un hotel, pero ella se negó. "Si tengo esta clase de encuentros es para divertirme, pero también para ahorrarme los peligros de quedar embarazada o con una enfermedad de transmisión sexual, así que no puedo permitirme el riesgo de acostarme con un extraño",  dice.

Como ella, hay cientos de personas que forman parte de grupos virtuales que recientemente han emergido y en donde se incita al froteurismo, comúnmente conocido como “arrimón”, dentro del transporte público, especialmente en el Metro y Metrobús de la Ciudad de México.

La primera ocasión que Nayeli se prestó a un arrimón fue sin planearlo. “Era una tarde de octubre en la línea 1 mientras el metro sufría retraso por un tren descompuesto y venía llenísimo". Un desconocido se paró detrás de ella, al principio parecía que el joven de unos 20 años no tenía opción, pues no cabía ni un alma más en el vagón, sin embargo, poco a poco se fue acomodando y ella no supo qué hacer, "era una especie de miedo y curiosidad que me agradó, pensé que no podía ocurrir nada más de unos roces así que comencé a disfrutarlo, además el chico era de mi agrado, pues era bastante varonil”, cuenta Nayeli, una enfermera de 29 años, que pidió no utilizar su apellido.

Dudó que hubiera sido un arrimón espontáneo y que sólo ella lo hubiera disfrutado. Llegó a su casa y buscó en Google "arrimones". Encontró hasta una página de Facebook donde los usuarios compartían experiencias similares, como un profesor de 43 años, cuyo nombre guardó en anonimato, que tuvo un encuentro sexual en el metro Tacuba con una mujer totalmente desconocida.  Nayeli envió su historia.

Después de aquel primer encuentro, los viajes en el metro de Nayeli se volvieron más que el recorrido para llegar del trabajo o a su casa. Cada trayecto podía ser una experiencia sensual: un arrimón consensuado.

La joven enfermera cuenta que el tiempo que le absorbe su trabajo le impide tener una relación formal, así que se aventura a estos encuentros para tener placer sin compromisos con un toque de adrenalina "y ¿Por qué no?, debo aceptarlo, soy una mujer normal aunque un poco exhibicionista", dice Nayeli en una entrevista telefónica.

El froteurismo puede tener dos tipos de encuentros en el transporte público: el casual consensuado y el planeado.

Los fans de los arrimones aprenden a identificarse mutuamente dentro del vagón con una prenda que sirva de señal, normalmente un listón rojo en la muñeca derecha indica disposición para el arrimón.  Las comunidades virtuales recomiendan utilizar el penúltimo vagón del metro para encuentros heterosexuales, y el último para arrimones homosexuales. Según las páginas de Facebook, las líneas más propensas para el froteurismo son la 1, 2 y 3, principalmente en las estaciones de transbordo y en las horas pico.

Otros fans del arrimón van más allá. Sin conocerse se ponen de acuerdo para encontrarse, acuerdan una hora y estación para subirse juntos al vagón, o simplemente publican las líneas y horarios que frecuentan.

En las páginas de Facebook los miembros del club del arrimón escriben sus anécdotas de manera anónima y las envían como mensajes directos a los administradores de la comunidad que deciden cuáles publican sin nombrar a su autor para que los integrantes del grupo los lean e interactúen. La sección de comentarios, también sirven para conectarse con personas con el mismo interés y hasta para concretar un posible encuentro en algún vagón con tan solo dejar el número telefónico.

Incluso existe “la Guía arrimonera para hombres”, en donde se aconseja a los usuarios como dar un arrimón exitoso y placentero sin infringir la ley. Este va desde la buena higiene personal, portar siempre la pulsera roja,  hasta el fingir que el rose fue involuntario y pedir disculpas y retirarte si la persona se siente ofendida.

Para el Distrito Federal existen al menos diez distintas comunidades virtuales con más de mil integrantes cada uno: “Me gustan los arrimones en el Metro y en el Metrobus”, “Arrimones en el Metro del DF”, “Arrimones en el Metro del df, Mexibus y transporte público”, “Mujeres que permiten los arrimones en el metro DF”, “Arrimones manoseos metro DF”, “Arrimones DF (encuentros reales y seguros)”, “Arrimones Y Algo Más.

Hombres y mujeres postean sus experiencias y sus ganas: "Todos los días me subo en la primera puerta en donde está la división de hombres y mujeres, ahí he tenido infinidad de fajes”, “Karen agrégame me encantaría darte unos arrimones en el metro”, “Sexy relato, invítanos linda, yo también paso por Balderas tú solo di en que horarios o si gustas agrégame y platicamos”,  “Yo tomo esa línea, agrégueme y algún ojalá día podamos viajar juntos”, “Ando en la ocho quien quiere unos arrimones” , “No lo hago diario, pero de vez en cuando en la línea de Taxqueña a Cuatro Caminos por ahí de las 13:00 a 15:00 hrs. Mándame un inbox y nos ponemos de acuerdo.”

Entre estos mensajes se encuentran los de Nayeli, que sigue buscando encuentros casuales : “A mí me queda cerca la línea naranja particularmente el metro Polanco. ¿Quién se apunta?”, escribió en su último post.

Checa en el video la historia de Estrella. 

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