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Me siento a tope: Alejandro Fernández

Ciudad de México.- La relación entre Alejandro Fernández y el público capitalino tiene años de historia. La gente, particularmente la que lo ha visto en alguno de los...
  • Por José Oswaldo
Me siento a tope: Alejandro Fernández

Ciudad de México.- La relación entre Alejandro Fernández y el público capitalino tiene años de historia. La gente, particularmente la que lo ha visto en alguno de los múltiples conciertos que ha dado en el Auditorio Nacional, sabe que con El Potrillo no hay riesgos. Los suyos son conciertos completos que abarcan tanto como se pueda de su carrera y que, sin importar el disco que promueva, dan cabida a los temas pop y rancheros que lo han encumbrado. Por ello sus visitas al recinto de Reforma son constantes y exitosas.

Ahora, con seis nuevas presentaciones en puerta, Alejandro Fernández confiesa estar emocionado. Ni siquiera el hecho de conocer a detalle la intimidad del coloso lo intimida.

“Siempre me llena de emoción regresar al Auditorio Nacional. Le tengo mucho cariño, pues tengo años presentándome aquí, este lugar y este público me han visto crecer. Literal me he presentado con todas mis producciones”, asegura el cantante a través de una entrevista concedida vía correo electrónico.

En sus respuestas, el intérprete informó que la lesión que sufrió el pasado 6 de febrero, cuando esquiaba en Vail con su familia, y que lo llevó al quirófano, ha quedado en el pasado. Las imágenes que circularon de su presentación en Chile, en donde actuó apoyado en un bastón, no deben alarmar a sus seguidores que, de acuerdo con el cantante, pueden dar por descontado un recital tan vibrante como los que ha dado en el pasado.

“Realmente yo me siento a tope, sólo que por precaución no debo hacer confianza ni tanto esfuerzo y debo de hacerlo poco a poco. Estar en un escenario es un desgaste físico que la gente no imagina, sólo estar ahí parado con las luces ya es desgaste físico. Entonces la recomendación médica fue que me apoyara de un bastón en las primeras presentaciones para no forzar de más la rodilla que está recién operada”, explicó.

El Potrillo, heredero del legado Fernández que su padre, don Vicente forjara, promueve actualmente Confidencias, su más reciente disco de estudio y el que da nombre a la gira que lo ha llevado a recorrer buena parte del continente portando, como acostumbra, el traje de charro, emblema de la cultura mexicana que ha adoptado y que ha defendido una y otra vez.

Afirma que para él vestir el traje charro es un orgullo y una responsabilidad por lo que se ha sentido obligado a preservar su imagen en el extranjero.

“A mí me parece que sí, pero no la del charro de hace muchos años. Hay que evolucionar y presentar al charro moderno, sin perder la esencia”, respondió Alejandro quien, además, atajó la polémica que se creó hace unas semanas cuando el equipo de futbol Chivas de Guadalajara se tomó la foto oficial con todos sus jugadores y cuerpo técnico vestidos como charros.

“Creo que el traje de charro lo puede vestir cualquier persona que lo haga con amor y respeto a México y a nuestras tradiciones.”

El cantante que ha crecido como profesional a la par que lo ha hecho como cabeza de familia tiene las ideas claras. Su faceta como padre, dice, nunca ha significado un obstáculo para sus sueños artísticos.

“No estoy alejado de casa. Como cualquier profesional salgo a trabajar y tengo que ausentarme, pero eso no significa que descuide a mi familia. Siempre estoy muy cerca de ellos. Siempre busco espacios para hacer vida en familia y disfrutar de mis hijos.

“En la vida hay que tener mucho equilibrio y con esto me refiero al ámbito laboral, personal y espiritual. Primero hay que tenerlo por dentro para poder estar bien con uno mismo y eso se ve reflejado en la vida personal y profesional. Soy una persona muy espiritual”, asegura.

El menor de los Fernández, pero el que actualmente goza de mayor proyección internacional, también se da tiempo para confirmar que el retiro de su papá sólo ha sido de los escenarios. Seguirá, dijo, grabando discos, por lo que no existe mayor presión por preservar el legado.

“Mi papá se retiró de los escenarios, pero sigue muy activo musicalmente y sigue grabando desde el rancho.”

Para el Potrillo, que debutó en 1992 con el disco Alejandro Fernández y que desde entonces ha crecido hasta colocarse como uno de los referentes de la música mexicana en el mundo, los retos le vienen solos. Pese a su status asegura que todos los días busca conquistar nuevas tareas.

“Es algo interno, creo que es parte de la condición humana: ponerse retos y metas. Al irlas logrando, se van fijando nuevas metas.”

Con esa hambre de más asegura que hasta ahora se ha sentido afortunado y orgulloso con lo que ha vivido en espera de nuevos giros en su carrera, que lo lleven a retarse a sí mismo una y otra vez.

Por lo pronto el Auditorio Nacional, con sus diez mil personas por función, lo esperan para disfrutar los seis conciertos que ofrecerá a partir del próximo viernes 14 de mayo.

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