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Milagro urbano: pierde el oído por tumor pero lo recupera parcialmente

Chihuahua.- La señora Rosalba Ozeta Hernández recuerda que a lo largo de su vida presentó problemas en sus oídos que a la postre le provocaban fuertes dolores de cabeza. Hace...
  • Por José Oswaldo

Aprenden diferentes actividades

Aprenden diferentes actividades

Rosalba Ozeta Hernández

Rosalba Ozeta Hernández

Chihuahua.- La señora Rosalba Ozeta Hernández recuerda que a lo largo de su vida presentó problemas en sus oídos que a la postre le provocaban fuertes dolores de cabeza.

Hace 10 años le diagnosticaron tumores en ambos oídos por lo que tuvo que ser intervenida en el año 2006 para extirparlos.

 “El diagnóstico del doctor fue vas a quedar totalmente sorda, y sí perdí la audición por un lapso de cinco meses; yo le pedí a Dios porque tenía la fe suficiente en Él para volver a escuchar, y me lo cumplió”, comparte la señora Ozeta.

“Después de la operación, regresé a la Ciudad de México y el doctor se sorprendió al entesarse de que yo escuchaba; me dijo: eso no puede ser posible porque los órganos del oído no se regeneran y la ciencia no ha avanzado tanto como para que un sordo escuche”, agrega.

La audición que recuperó después de la intervención quirúrgica fue con ciertas limitantes, por lo que se apoya de aparatos auditivos en ambos oídos.

“Para mí lo más difícil fue aceptar que era una persona con discapacidad, porque es muy complicado tener cinco sentidos y de repente perder uno de ellos es muy duro; ahora que lo acepté y lo asimilé, sé que tengo que aprender a vivir de otra manera para disfrutar la vida con mis limitaciones”, compartió.

Comentó que en una ocasión mientras leía el periódico por una nota informativa fue que se enteró de que existía la Escuela de Artes y Oficios para Personas con Discapacidad de Gobierno del Estado, por lo que decidió acudir a solicitar información sobre sus clases.

“Cuál fue mi sorpresa por el trato del personal de la escuela, se portaron muy amables, cordiales y sobre todo muy humanos con las personas que contamos con alguna discapacidad; es una escuela especial para gente especial”, indicó.

La señora Ozeta Hernández comenta que las clases que más le interesaron fueron computación para mantenerse actualizada y acceder a internet; fotografía porque le gustan las imágenes de paisajes; y el idioma de señas para poderse comunicar con otras personas con problemas auditivos.

“Me siento contenta y bendigo a Dios por este tipo de escuelas y por personas como las que laboran en ellas, porque nos hacen ver que las limitaciones están en la mente; no importa si no tenemos manos, pies o sí les faltan oídos como en mi caso porque nos enseñan a disfrutar la vida”.

A sus 52 años, la señora Ozeta, comparte que uno de los retos más grandes a los que se ha enfrentado con su discapacidad es ser madre de una jovencita de 13 años, debido a que en ocasiones se dificulta la comunicación, por lo que trabaja todos los días en ser mejor persona pero sobre todo una mejor mamá.

Por último, agrega que como sociedad nos falta mucha educación, madurez, comprensión y respeto, hacia las personas con discapacidad, ya que quienes tienen alguna limitante física son personas que se levantan y se esfuerzan al doble todos los días para salir adelante, hecho que es palpable en la Escuela de Artes y Oficios de la Secretaría de Desarrollo Social del Estado.

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