Mi Pódium

Por una vez...

  • Por Osbaldo
Por una vez...

Cuando su jefe de prensa, Herb Klein, reconocía la derrota de Richard Nixon frente a Kenedy, el vapuleado candidato republicano, entró al lugar en donde estaban los representantes de los medios e hizo algo sorprendente.

Nixon se abrió paso entre la concurrencia, en el salón de baile del Beverly Hilton, en Washington, y tomó el micrófono ante la sorpresa de los periodistas ahí reunidos.

“Quiero que, por una vez, caballeros, escriban lo que digo…” dijo a los reporteros.

“Nunca, durante mis 16 años de campañas, me he quejado ante un Director ni un redactor jefe, de la manera en que cubría mis actividades un reportero. Creo que el reportero tiene derecho a decir las cosas tal como las siente… diré a ese reportero que a veces pienso, bueno, desearía que dieran a mi adversario el mismo trato que me dan a mi…”

Y prosiguió:

“Al separarme de ustedes, quiero que lo sepan: piensen en todo lo que van a echar de menos. No van a tener a Nixon para seguir dándole en las narices porque, caballeros, esta es mi última conferencia de prensa”, señaló.

Y remató con el siguiente párrafo, en el cual vierte, al final del mismo, una tremenda ironía:

“Espero que lo dicho hoy, sirva por lo menos para que la prensa, la radio y la televisión (no había medios digitales, si no qué cosa) reconozcan la gran responsabilidad que tienen de informar todas las noticias y, además… si están en contra de un candidato, que le pongan la proa, pero que reconozcan también que lo están haciendo, y que designen a un solo reportero en la campaña para que, de vez en cuando, informe de lo que dice el candidato.”

Así concluyó su breve exposición.

Es obvio que no fue su última conferencia de prensa, pues después de haber sido diputado, senador, dos veces Vicepresidente, y luego perder la elección presidencial frente a Kenedy y también perder para gobernador en su estado natal, California, Nixon regresó para ser Presidente de los Estados Unidos.

Pero el tema es la, en ocasiones, inexplicable relación que existe entre ciertos personajes de la política y los medios de comunicación.

Es ése, el meollo de la reflexión.

¿A qué se debe?, es la pregunta.

Y lo digo desde aquí, porque éste es mi pódium.