Opinión

En este regreso a clases… todo… se puede aprender

  • Por José Oswaldo
En este regreso a clases… todo… se puede aprender

Con todo cariño, una reflexión para los más de 700,000 estudiantes de nuestro sistema escolar del estado.

Todos nacemos sabiendo nada… desde niños hay que aprenderlo todo, a caminar, a hablar, a coordinar todas las actividades manuales y motrices, por su puesto a leer o escribir. Todos empezamos de cero, incluidos los grandes talentos que la humanidad nos ha dado, Einstein y Shakespeare, científicos, intelectuales y numerosos personajes más, han sido fruto del esfuerzo y dedicación, del ensayo-error, hasta que después de mucho experimentar, en algunas ocasiones, después de largos periodos de tiempo, han logrado su cometido.

Una vez que se aprende, es como si se hubiera destrabado el potencial de la persona, toma dimensiones de crecimiento permanente e insospechado, logrando los más complejos sistemas de desarrollo, que para nuestra sorpresa, están cimentados en ideas simples, básicas o sencillas, que todos podemos comprender y lo más interesante, que todos podemos desarrollar y construir.

Hay mucha discusión sobre el origen de la inteligencia, unos dicen que se nace con ella, otros más de que no, que unas personas o razas son más inteligentes que otras, que unas zonas del planeta son más propicios para el desarrollo intelectual, sin embargo, hoy los científicos, afirman que la inteligencia es como un musculo, estos se pueden fortalecer, al igual que el cerebro y el talento.

Al igual que para fortalecer los músculos, hay que someterlos a presión, hacer ejercicios que obligan el cuerpo a superarse a sí mismo, que exigen desarrollo y crecimiento, la mente, tiene que sentir el esfuerzo, la presión, tiene que alcanzar nuevos y más poderosos logros de aprendizaje, es necesario demandar mucho más esfuerzo del cerebro y más trabajo en forma metódica, organizada, en donde las conexiones cerebrales aumentan en número y calidad, las neuronas y los nervios se vuelven más interactivos y densos como consecuencia de esta demanda de esfuerzo permanente.

Mientras más se usa el cerebro… más que se fortalece… habrá que hacerlo con acciones cada vez más complicadas… subir el reto cada vez, que el desafío sea mayor, el estímulo constante es una aliciente para el perfeccionamiento de la mente que obliga a desarrollarte, a encontrar nuevas y más diversas forma de hacer las cosas… y cuando se fracasa… el aprendizaje es todavía mayor, aquí es cuando más se aprende y se crece, como consecuencia de este esfuerzo de análisis y retrospección.

Hace más de 500 años, cuando se descubrió América, muy probablemente sólo sabrían leer y escribir una décima parte de la población, esto no significa que el resto nunca podrían lograr aprender estas habilidades, sin embargo había esa creencia, hoy en día nos damos cuenta de que prácticamente todo el mundo, tiene la posibilidad de aprender estas y muchas otra habilidades, siempre y cuando cuente con un medio adecuado de desarrollo y educación.

Es muy importante la actitud, cuando las personas creen que sus habilidades pueden ser desarrolladas, hay un crecimiento exponencial, el cerebro se desarrollado en forma natural, siempre ayuda que haya trabajo duro, estar enfocado en lo que se hace, perseverar, aun en contra de los errores o fracasos frecuentes, en los proceso de experimentación y aprendizaje.

Nunca deberíamos de avergonzarnos de los fracasos, son estos la fuente de la renovación de la moral del emprendedor, del estudiante de vocación, es el crecimiento de tu persona, de tus habilidades, de tu cerebro.

Toda las personas exitosas han pasado en algún momento de su vida por el fracaso, en cierta ocasión ha tenido que rediseñar sus pensamientos, volver a las bases, empezar de nuevo y con ignorados bríos, emprender de nuevo la idea, desarrollarla, engrandecerla, dispuestos con entusiasmo renovado, a lograr el objetivo plateado, a tener éxito… y cuando parece que llegaste a tu límite… que has descubierto o llegado a lo máximo, que ya no tienes nada que descubrir, muchas de las veces, sin tiempo para festejar, te das cuenta que volviendo a estudiar y a experimentar, volviendo a prepararte más… vuelves a alcanzar nuevos e insospechados horizontes de éxito y desarrollo.

Vaaaaaamos México, sí se puede salir del tercer mudo en que parece estamos condenados a vivir.

Fragmentos tomados de la charla entre Sal Khan y Carol Dweck. #You can learn anything.