Opinión

Muere uno de los íconos del PAN

  • Por José Oswaldo
Muere uno de los íconos del PAN

Uno, dos, tres

Por Luis Raúl Valenzuela Colomo

Uno: se fue uno de los íconos del PAN: el infatigable don Luis Herrera.

Conocí al PAN del 83, cuando voté por primera vez. Allí estaban, puntuales, firmes, infatigables, inquebrantables, las figuras de Don Luis Álvarez, Guillermo Prieto Luján y el Ingeniero Luis Herrera.

Me tocó andar al lado del Ingeniero Herrera recorriendo las zonas rurales de Chihuahua. El entregaba un folleto, saludaba breve y yo preguntaba la opinión de la gente.

Andaba a paso veloz, haciendo una campaña más de tantas donde fue candidato de siembra, es decir, cuando no se vislumbraban triunfos ni cosecha. Solo era el permanente sacrificio por el ideal de cambiar a México.

Pero al fin llegó la cosecha, fruto del esfuerzo permanente de tantos y tantos años. Y el Ingeniero fue designado director de Obras Públicas del Municipio de Chihuahua, por el entonces alcalde electo Don Luis H. Álvarez.

Dos: los bárbaros del norte

Después, los bárbaros del norte se apoderarían del escenario político, encabezando la causa de la democracia y bajo el liderazgo de Francisco Barrio, por primera vez en la historia el PAN ocupó la gubernatura del estado de Chihuahua.

Sería designado director de Obras Públicas el infatigable don Luis Herrera.

Finalmente, los huracanados vientos democráticos llevaron a la Presidencia de la República al primer presidente emanado de un partido opositor, Vicente Fox Quezada.

Don Luis Herrera ocupó entonces el cargo de Delegado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

Tres: reconocimiento en vida

Tuve el honor de presidir el Partido Acción Nacional en el Municipio de Chihuahua y, sin dudarlo, entregué un merecido reconocimiento al Ingeniero Luis Herrera por su ejemplar labor en el partido, pero sobre todo por su inquebrantable espíritu de lucha que lo llevó a permanecer en la tarea siempre inacabada y muchas veces frustrante que Don Manuel Gómez Morín llamaría “Brega de eternidad”.

Don Luis Herrera lo comprendió a cabalidad y murió envuelto en la bandera panista.

De esos hombres, que sean capaces de permanecer firmes en sus convicciones hasta la muerte, necesita México.

De esos que no se rinden. De esos que no se quiebran. De esos que no abandonan.

Esos fueron quienes conformaron el PAN e hicieron posible la transición democrática de México.

Descanse en manos de Dios Ingeniero.