Es cultura factor de inclusión y cohesión social y se debe fortalecer

México.- “El día 30 de septiembre de 2014, en mi calidad de senadora de la República y en conjunto con el grupo conformado por Blanca Alcalá Ruíz, Arely Gómez González, Marcela Guerra Castillo, Ana Lilia Herrera Anzaldo, Zoé Robledo Aburto y Juan Carlos Romero Hick, hemos buscado impulsar la Ley General para el Acceso, Fomento y Disfrute de la Cultura”, expresó la senadora Graciela Ortiz.

En esta iniciativa se propone que el Estado promueva los medios necesarios para la difusión y desarrollo de la cultura, de modo que se atienda a la diversidad cultural, respetando la libertad creativa. Asimismo, se plantea que la ley establezca los mecanismos para el acceso y participación a cualquier manifestación cultural. Así es como la propuesta busca institucionalizar aquellos actos de gobierno que en esta materia realicen las diferentes dependencias, entidades y órganos administrativos.

En este sentido, en el rubro de política cultural, la libertad es un incentivo para la propia libertad de expresión y la creación artística. Adicionalmente, la no discriminación constituye el respeto a cualquier manifestación y leguaje del que se valgan los creadores y difusores de las artes, por lo cual la diversidad configura un espacio donde la interrelación y la participación de los distintos actores de la vida social hacen posible acceder a su variedad y su riqueza.

La iniciativa propone que el Estado se obligue a garantizar los derechos fundamentales relacionados a la cultura, de modo que apoye a los grupos y comunidades culturales, artistas, intelectuales y organizaciones de la sociedad civil en las tareas de creación, difusión, divulgación e investigación del arte, la cultura y la historia.

Sólo un contexto democrático puede aspirar a que la cultura motive el establecimiento de los vínculos necesarios entre las personas, los grupos sociales y sus comunidades, así como entre las generaciones, para que la antropología, la educación artística y la formación cultural, las expresiones de la cultura popular, y el propio patrimonio cultural, hagan que la cultura sea más que una alternativa de esparcimiento, una opción de vida.

De lo que se trata esta iniciativa es de establecer y enfocar la preponderancia  que tiene el papel del Estado en pleno siglo XXI, dentro de la cultura, para garantizar el ejercicio de los derechos fundamentales, haciendo que el fomento, creación y disfrute cultural sea incluyente y favorezca la cohesión social.