Maclovio Murillo: ¿vale la pena defender a quien no hace nada para defenderse?

A partir de la ostensible falta de valor para combatir las acciones  emprendidas por el Gobierno del Estado, que han orillado a miembros de la Judicatura Estatal para para que desistan de su intención de impugnar los irregulares trece  nombramientos de Magistrados del Supremo Tribunal de Justicia, he recapacitado seriamente en las interrogantes siguientes:
 ¿Vale realmente la pena defender a quienes nada hacen por defenderse?
 ¿Hay alguna razón válida para pensar que si los miembros de la Judicatura Estatal no se defienden ni a sí mismos, sí van a defender el derecho de los justiciables y de aplicar la Constitución y la Ley con absoluta imparcialidad en los casos que deban resolver?
 ¿Tomando en cuenta que uno de los principales requerimientos del buen Juzgador es la valentía, aderezada con buen juicio, claridad de pensamiento y corazón bondadoso, serán confiables quienes más amor le tienen al puesto que desempeñan y el salario del cual gozan, que a la judicatura misma?
 ¿Tendrá cierta razón el Sr. Gobernador en cuanto a que es necesario cambiar el perfil de los Juzgadores?
 ¿No será que los Juzgadores Estatales en lugar de oxigeno necesiten más amor a su labor y un poquito de arrestos?
 Aún no he podido entender esos temas con la claridad que requiere mi inteligencia, pero mientras resuelvo esas interrogantes, vamos a continuar con los amparos promovidos por candidatos externos de la Judicatura Estatal, aunque a lo mejor, no sé, pero puede suceder, con eso solamente vayamos a provocar que los nombrados de modo irregular, con normatividad inconstitucional, sean sustituidos por otros probablemente sin el principal valor del juez, que es "LA VALENTÍA".
 
El tiempo lo dirá, ojala me equivoque.