Mi Pódium

Adiós a la policía

  • Por Osbaldo
Adiós a la policía

La participación de dos cuerpos policiacos de competencia municipal -la de Iguala y la de Cocula, en Guerrero- condujeron, finalmente, a la desaparición de este tipo de cuerpos policiacos.

Bueno, será cuestión de días, para que el Presidente de la República presente la iniciativa ante el congreso de la unión y los legisladores discuten y, aprueben, seguramente, el proyecto de ley.

Desde hace mucho, pero mucho tiempo, se sabe que en nuestro país las policías fueron infiltradas en grado máximo por el crimen organizado y que se convirtieron en los mayordomos de los cárteles.

Chihuahua no fue la excepción.

Los rumores sobre la participación o la omisión intencional de los cuerpos policiacos en eventos de ejecuciones, en las principales ciudades del estado, corrieron como régueros de pólvora.

Los propios mensajes de los grupos criminales hacían ver esta situación con bastante transparencia, tanta, que llegaron, incluso, a anunciar el asesinato de policías municipales que, estando metidos en el ajo, incumplían las órdenes de los cárteles, eran sometidos a juicios sumarísimos y condenados a una muerte violenta.

En Juárez se vivió la situación al límite, anunciando algún grupo que mataría a un policía cada día si no se cumplían sus demandas de cesar o cambiar a ciertos mandos de la corporación.

Así que, la desaparición de las policías no debe verse con desagrado sino con gusto.

Sin embargo, la llamada Ley Contra la Infiltración del Crimen Organizado en las Autoridades Municipales, debe verse con suma cuidado, pues podría alterar el orden constitucional y, además, otorgar un cheque en blanco a la federación para disolver ayuntamientos cuando existan indicios de que la autoridad local está involucrada con la delincuencia.

Ese aspecto debe debatirse seriamente y, procurar, en todo caso, una especie de proceso en el cual se garanticen los derechos de audiencia y legalidad de las partes para que no se convierta en un arma política utilizada para destruir a los enemigos.

Y lo digo desde aquí, porque éste es mi pódium.