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Nuevas buenas intenciones…viejos vicios

Quince meses después de su puesta en funcionamiento, el nuevo sistema de transporte Vivebús no solamente no ha solucionado los problemas con los que nació,  sino que éstos...
  • Por Denisse
Nuevas buenas intenciones…viejos vicios

Quince meses después de su puesta en funcionamiento, el nuevo sistema de transporte Vivebús no solamente no ha solucionado los problemas con los que nació,  sino que éstos sólo tienden a agrandarse, como consecuencia de posiciones encontradas al interior de la Coordinadora del Transporte Colectivo, vicios de antaño, pérdidas diarias, verdades a medias, mentiras intencionadas, deudas millonarias, compromisos incumplidos, intereses económicos e incluso políticos, que hacen que la posible solución cada vez parezca más lejana.

En el fondo del problema, un Ejecutivo que no cumple a cabalidad con sus obligaciones, atendiendo al artículo 25 de la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo y el 11 de la Ley de Vialidad y Tránsito, que establecen que es el responsable de garantizar el correcto funcionamiento del servicio, de cara al ciudadano.

El resultado, un servicio deficiente y alejado del transporte propio del primer mundo prometido por Gobierno del Estado y en manos de los concesionarios que integran las 12 empresas de la CTC; y para gusto de unos y disgusto de otros, dirigidos por Francisco "El Güero" Lozoya, y desde la sombra, por el líder cetemista Doroteo Zapata.

Una radiografía rápida del sistema, refleja un total de 528 concesionarios, de los que si bien no todos, la gran mayoría se dividen en dos grupos enfrentados a ultranza. Por un lado, la CTM de Lozoya y Zapata, con unos 226 socios, de los que según algunos conocedores, 60 se separaron de los líderes tras la expulsión de forma unilateral de Alfonso Villalobos Morales, de Permisionarios Unidos; y por otro, un grupo fuerte de ocho empresas que aglutinan a otros 202 concesionarios. 

La operatividad del día a día, arroja cifras como 444 camiones en la calle, de los que un 30 por ciento como mínimo, superan los 10 años de antigüedad máxima,  establecidos por ley y distribuidos 360 en las rutas alimentadoras y 84 en la troncal.

Después de 15 meses desde su puesta en marcha, realizan alrededor de 300 mil viajes mensuales para prestar servicio a 130 mil usuarios, por lo general, disconformes con el nuevo sistema.

Mientras los usuarios y las autoridades exigen una mejora notable en el servicio, los concesionarios aluden al estrangulamiento económico del sistema con pérdidas por encima de los 800 mil pesos diarios, que cada jornada que pasa hacen más grande el agujero, más inviable el éxito del servicio e imposibilita cualquier inversión para mejorarlo.

Mario Raúl Ochoa, secretario de la empresa Transportes Urbanos y consejero de CTC, quien representa a 130 concesionarios, reconoció que ante esta situación, el servicio "no es rentable, pero como sistema de transporte moderno es viable", añadiendo que el problema viene "por una tarifa mal impuesta, que salió del consejo consultivo sin previa autorización de 6 pesos, 2 y 0 y 3, 1 y 0".

Apoyándose en los datos de una tabla de ingresos de todo el sistema, la cual mostró a través de su celular y que incluía los primeros 18 días del mes de diciembre, la cantidad recolectada por el servicio en ese tiempo fue de 12 millones 539 mil pesos,  más la cantidad pendiente de recibir desde los Oxxos, estimando un total de 15 millones. 

El día de mayores ingresos, la cantidad recaudada fue de 1 millón 583 mil pesos; y el que menos, inferior a los 500 mil. Ante esta realidad, parte de los líderes de la CTC apuntaron que el sistema viene generando entre 35 y 37 millones de pesos mensuales, muy lejos de los 60 millones que consideran necesarios para que resulte rentable.

Ante esta situación, Guillermo Favela Solorio, coordinador de Autotransportes Villa Juárez y miembro del consejo de la CTC, representando a 20 concesionarios, dijo que la falta de dinero puede hacer desaparecer el sistema; aunque, como asegura que han hecho en estos 15 meses de "caminata en el desierto", no se rendirán. 

"Hemos caminado 80 kilómetros y se acaba el agua. ¿Qué prefiere: caminar los 20 kilómetros con lo que le quede o regresarse?. No tiene nada más que: para adelante", añadió, afirmando que si todas las ciudades crecen, por qué Chihuahua no merece lo mismo. 

DEUDA DE GOBIERNO

Mario Raúl Ochoa añadió que a la ya deficitaria recaudación del sistema, que ni tan siquiera permite recuperar los costos, cabe sumar el incumplimiento por parte de Gobierno, de los 16 mil 500 mensuales comprometidos a cada uno de los 528 concesionarios y de los cuales, afirmaron no haber recibido un solo peso.

"La deuda del Gobierno suma un total de 8 millones 112 mil mensuales; 130 millones en estos 15 meses, de los que no hemos recibido nada y dice gobierno que no queremos trabajar", señaló Ochoa, asegurando que con los ingresos que genera el servicio no les alcanza.

Para Ochoa, Favela y Villalobos, la solución pasa por el ajuste de las rutas alimentadoras y la compra de un mínimo de 100 unidades a gas, lo cual implicaría una inversión de algo más de 100 millones de pesos, considerando que "no vamos a solucionar nada metiendo unidades modelo 2001 o de origen americano, sino modernizándose con camiones nuevos de gas para bajar costos y no suba tanto la tarifa".

Una ambiciosa inversión con la que este grupo de ocho empresas concesionarias asegura que se garantizaría la viabilidad del sistema, en el cual reiteraron hasta la saciedad que confían. Para poder acometerla y dada la situación de quiebra, apuntaron que no queda otra alternativa que la solicitud de un crédito de forma conjunta con el Gobierno del Estado.

Llegados a este punto, recordaron que hace un tiempo ya se tramitaba en México un crédito por valor de 300 millones de pesos para el transporte urbano, el cual manifestaron que Doroteo Zapata, enemigo íntimo del Gobernador César Duarte Jáquez, pero con gran influencia en la capital de la República, canceló con la intención de forzar la quiebra del sistema, provocar la espantada de concesionarios y aumentar su poder sobre el mismo.

Los representantes de este grupo fuerte de empresas de la CTC, reconocieron que la solicitud de ese crédito para rescatar el sistema debería venir acompañado,  inevitablemente, de un incremento de la tarifa, para que se convierta en rentable. A este respecto, señalaron que se encuentra en estudio que se equipare a los precios que maneja el transporte en ciudades como Monterrey o Guadalajara, de entre 10 y 11 pesos por viaje.

LA CTC SIGUE OPERANDO LA RUTA TRONCAL

Durante la plática, el coordinador de la empresa Transportes Urbanos, Mario Raúl Ochoa, sorprendió asegurando, con voz firme y sin miedo a las consecuencias, que la CTC sigue operando la totalidad del sistema, incluyendo la ruta troncal, que supuestamente requisó el Gobierno del Estado hace unos meses. 

"Colaboran con un poco de diésel", dijo sin temor y emplazó a César Toledo Franco, quien fuera nombrado Director General de la Ruta Troncal tras la presunta requisa, a demostrar lo contrario.

Ochoa criticó el movimiento del Ejecutivo Estatal para hacerse cargo del "gemelo cariñoso", en referencia a la troncal, pero no del "desmadroso", desvelando que detrás de todo ello está la promesa de Doroteo Zapata de entregar la troncal a la CTM, dando origen a los problemas y amparos.

En este punto, Ochoa no duda en cargar contra el Presidente de la Cámara Nacional de Comercio en Chihuahua, Eduardo Ramírez Balderrama, al que calificó de "ignorante del transporte, nomás habla porque está en Canaco y le mandan de gobierno", conminándole a hablar y fijar los precios "en su plomería" y deje de decir "puras tarugadas".

NUEVA AUTORIDAD, FUERA INTERESES

Desde este grupo de ocho empresas concesionarias, apuntaron también la necesidad de profesionalizar la dirigencia de la CTC, poniendo al frente a una persona externa, y removiendo de la presidencia a Francisco "El Güero" Lozoya Ontiveros, al que acusan de moverse por puros intereses al interior de Permisionarios y su pasado como coordinador de maquilas y tesorero de refaccionarias.

Tanto Ochoa como Favela y Villalobos, acusaron directamente a Lozoya de colocar arbitrariamente en cargos de responsabilidad de la CTC a afines de la CTM, y que nunca han desempeñado puestos similares. "No son gente competente y mantienen  una aptitud y una actitud que no son las adecuadas para que la cooordinadora pueda transitar hacia una mejoría", puntualizaron.

Alfonso Villalobos, quien aseguró que tras su expulsión de Permisionarios le impiden acceder a las instalaciones de la CTC, incluso amagando con palos, señaló que "no es fácil pelear con un monstruo como Doroteo Zapata", a cuya hija, dijo, le puede estar pasando factura la polémica que rodea a su progenitor, de cara a su candidatura a la diputación federal por el PRI en el Distrito 2 de Juárez.

Ochoa echó más leña a la hoguera y denunció que la dirigencia Lozoya-Zapata está acabando con el sueño de un servicio responsable y profesional, ya que aseguró que  en la actualidad, el 85 por ciento de la gente que trabaja en la CTC, son hijos o parientes de concesionarios, entre ellos, dos sobrinos y dos hermanos del propio "Güero".

LAS CONSECUENCIAS EN LA CALLE

El resultado de la quiebra del sistema y las deudas que atan de manos una posible mejora, la lucha interna de intereses, posiciones encontradas y dejadez de obligaciones, un servicio que en la calle deja mucho que desear y que la totalidad de la muestra de usuarios consultados por La Opción califican de "muy malo" los más benévolos, y de "pésimo" los no tanto.

El 100 por ciento de los consultados coincidió en que la implementación comportó esperas más largas de entre 30 minutos y más de una hora en las rutas alimentadoras, así como hasta una hora más en los desplazamientos al introducirse la necesidad de transbordar hasta en dos ocasiones para hacer recorridos en los que antes tan sólo era necesario emplear un camión.

En más del 50 por ciento de los casos, y pese a haber transcurrido ya 15 meses desde la puesta en marcha, los usuarios reportaron como una de las principales fallas la recarga de las tarjetas, aludiendo a largos desplazamientos, Oxxos donde no contaban con terminal y otros en donde pese a disponer de ella, en muchas ocasiones no había existencia de saldo.

Detrás de esas calificaciones negativas, también se encuentra una ruta troncal, que si bien cumple en horarios y frecuencias, se sustenta en camiones sobresaturados de pasajeros en horas punta, que son conocidos coloquialmente como "latas de sardinas", fallas en la conexión Wi-Fi anunciada a bombo y platillo y en los que la suavidad en la conducción y la correcta atención de los choferes durante los primeros días, pasaron a la historia.

A las fallas propias del diseño y tecnología del sistema, cabe añadir vicios del pasado  y falta de profesionalismo que siguen lastrando el despegue de un servicio que pretendía ser moderno. Durante el trabajo de campo realizado en la zona sur de la ciudad, se pudieron advertir paradas de las rutas alimentadoras repletas de usuarios.

Este fue el caso de la parada de la Komatsu y Fuentes Mares, con personas esperando hasta una hora sus camiones, y donde en apenas veinte minutos se pudo advertir una unidad de la línea Komatsu que omitió la parada pese a circular vacía, lo cual provocó que la siguiente lo hiciera llena de usuarios y no pudiera recoger pasaje.

Asimismo, algunos usuarios aprovecharon para denunciar que en muchas ocasiones los camioneros de las rutas Mármol y Komatsu acortan su recorrido a la altura del Periférico Francisco R. Almada antes de completarlo. 

Tras esperar 20 minutos, abordamos el primer camión en pasar por la concurrida parada, un Ruta 15, que para nuestra fortuna viajaba vacío y nos dio oportunidad de encontrar acomodo en un asiento. Una vez a bordo, en apenas unos minutos, uno se da cuenta de que nada ha cambiado. Usuarios que pasan sin saldo su tarjeta por el lector y acceden sin advertencia alguna, la misma brusquedad en el manejo y la tradicional puerta abierta durante el trayecto, con el "compa" del chofer.

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