Cuentan que el Presidente Don Adolfo Ruiz Cortínes fue a inaugurar algunas instalaciones en el Zoológico de Chapultepec, y en un momento del recorrido les preguntó a sus acompañantes:
-A ver, a ver, ¿qué animal creen ustedes que debe parecerse un buen político?
Unos dijeron que al zorro, por astuto; otros, que al águila, para volar muy alto y, algunos más, que al halcón, para tener muy buena vista.
-No, -dijo Don Adolfo- el buen político debe ser como el elefante.
¿Por qué? preguntaron extrañados.
Y Ruiz Cortínes contestó:
-Vean ustedes: el elefante, tiene una piel gruesa y resistente, para aguantar empujones y rasguños; tiene unas orejas grandes, para oir todo lo que es importante; tiene una nariz muy larga, para tener buen olfato; tiene colmillos largos, que crecen con el tiempo, que dan experiencia; tiene patas grandes y fuertes, para no perder el piso; tiene muy buena memoria, no se le olvida nada, y sobre todo… tiene una colita muy corta, ¡para que no se la pisen!
Y lo digo desde aquí, porque éste es mi pódium
P.D. La presente es una colaboración de Normando Perales.