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Dos mujeres: el recuerdo que acusa la memoria

Chihuahua.- Mil 546 días han pasado desde que la luz de vida de Marisela Escobedo Ortiz fue apagada frente a las puertas cerradas de Palacio de Gobierno, cuando minutos después de las 20...
  • Por José Oswaldo
Dos mujeres: el recuerdo que acusa la memoria

Chihuahua.- Mil 546 días han pasado desde que la luz de vida de Marisela Escobedo Ortiz fue apagada frente a las puertas cerradas de Palacio de Gobierno, cuando minutos después de las 20 horas un sujeto arribó en un automóvil blanco, la hostigó y persiguió hasta que con un disparo fulminante, expiró.

Esta escena es la que representa la actriz Ofelia Medina Torres en la obra "Dos mujeres" personificando a la misma Marisela, quien durante dos años se dedicó en cuerpo y alma a pedir el esclarecimiento a las autoridades de todos los niveles por el homicidio de su hija Rubí Frayre.

Al lado de su sobrina Paola, la experimentada actriz plasma la convivencia entre Marisela y Rubí apenas poco tiempo antes de conocer a "El Diablo", quien ausente en escena, provoca dolores hasta el mismo público que verá desde la platea, consternado y con lágrimas en los ojos la forma en que la madre dejó su vida en busca de un anhelo...la justicia.

El homenaje organizado por el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (CEDEHM), es el reclamo vivo y sonoro de las decenas de desaparecidos en la entidad. El activismo inicia con una presentación de la obra histriónica ante los medios locales.

Ofelia Medina no se cansa de decir que el movimiento está vivo y las voces son muchas para lograr acallarlas. Desde Yucatán hasta Baja California al unísono se oye "ni una más".

Sin tapujos y claramente califica de "vergonzosa" la repetición del clamor popular desde 2008 y omitido por las autoridades: ¡que se castigue a quien resulte responsable de las desapariciones!

Un día después, el mismo miércoles 11 en que la obra será presentada en el Teatro de los Héroes, acude en compañía de las mujeres activistas a dejar una ofrenda floral.

Las flores relucientes, vivas, coloridas, frescas...todo lo contrario al suceso que se recuerda, pero no al incansable espíritu de lucha de la heroína que derramó su sangre a las puertas del Palacio de Gobierno.

A unos pasos donde Marisela tuviera su campamento de protesta, Ofelia grita que el ejemplo de lucha y el tesón por no claudicar en su búsqueda de justicia, inspiran a los cientos de mexicanos que están en la misma situación y a los padres y madres que no se rinden por encontrar a quienes han perdido por una u otra causa.

De hecho, la causa es una sola: corrupción, denuncia.

Acompañada de las mujeres del CEDEHM, Ofelia Medina sostuvo un encuentro con el Secretario General de Gobierno, Mario Trevizo Salazar, entregándole un documento por el cual externan su preocupación por la indiferencia que guarda el Estado Mexicano -y en particular en esta entidad- ante las cientos y miles de desapariciones.

Entre esas, los 43 de Ayotzinapa; las muertes en Tlatlaya...y se van acumulando, dice Medina.

Ya en el Teatro de los Héroes se advierte que la sociedad no es indiferente ante los sucesos ocurridos; se dan cita intelectuales, periodistas, líderes sociales y de opinión; mujeres. hombres, niños, jóvenes, adultos.

Para dar una atmósfera que comulgue con el monstruo a punto de aparecer sobre el escenario, fotografías de reclamo por los derechos de las mujeres dan la bienvenida a la entrada del recinto.

Pasadas las 20 horas una Ofelia Medina, en el papel de Marisela Escobedo, transmite desde el alma los sentimientos de una mujer que por sacar adelante a sus hijos tuvo que sacrificar tiempo con ellos.

"Las puertas del Palacio de Gobierno cerradas, los guardias se han metido...estoy sola afuera cuando una troca se acerca a mi carro...", inicia.

Este sólo diálogo basta para conectar el alma de quienes asisten al recinto con la secuencia que se contará de manera amable.

El ambiente va de la tensión a las risas, de la consternación a la esperanza; las familias que asistieron al Teatro de los Héroes sensibilizadas en lo más profundo ante las escenas de una madre desesperada por los reclamos que se hace por no convivir más tiempo con sus hijos.

-Entra El Diablo a sus vidas-

Bajo el aspecto de un "muchachillo flaco" de 20 años con una esposa y una hija que no tienen qué comer -según les relata-, "El Diablo", Sergio Rafael Barraza Bocanegra, pide una oportunidad de trabajo desesperadamente. Se la dan.

Tiempo después, Marisela se da cuenta de la fuga de su hija Rubí Frayre con el Diablo. Logra recuperarla pero sólo por tres meses y nuevamente se dedica intensamente a su búsqueda.

Entre sollozos de la madre que busca a su hija entre los uniformados sin obtener una respuesta y la drogada confusión de amor, Rubí apuesta su vida y dice que lo acompañaría "hasta el mismo infierno", por seguirlo a él y el futuro prometedor que una pistola le ha asegurado.

Pero Rubí no fue al infierno...lo trajo a su familia.

El Diablo, que ahora lo nombra "El Cachorro", le apunta con esa pistola amenazándola con matar a su madre la obliga a vender droga y productos ilegales.

El 20 de abril de 2009, Marisela ofreció una recompensa de mil 500 dólares a quien proporcionara información que permitiera dar con el paradero de Sergio Rafael Barraza Bocanegra, de quien sospechaba que era el responsable del asesinato de su hija y de retener ilegalmente a su nieta.

Fue localizado el miércoles 16 de junio de 2009 en Fresnillo, Zacatecas, más que con la colaboración de las autoridades, con recursos que la desesperada madre invirtió en búsqueda del presunto culpable.

Con la colaboración de la procuraduría de justicia zacatecana, Barraza Bocanegra fue arrestado en una casa ubicada en el Callejón de la Golondrina número 1. Al día siguiente, el sospechoso fue trasladado vía aérea a Ciudad Juárez y la niña fue entregada a la abuela materna.

El 26 de abril de 2010 inicio el juicio contra Sergio Rafael y tres días después, por unanimidad el Tribunal lo declaró inocente.

La única prueba presentada por el Ministerio Público adscrito a la Fiscalía Especial para la Investigación de Homicidios de Mujeres era insuficiente, pues se resumía a lo expresado por el propio acusado, ante diversas personas: dos agentes de la Policía Municipal, un agente de la Policía Ministerial Investigadora y a su padrastro, en el sentido de que él había dado muerte a Rubí Marisol al encontrarla con otro hombre.

“Estas manifestaciones no merecen valor probatorio suficiente para por sí solas demostrar el hecho, pues la testigo Marisela Escobedo Ortiz dijo que el acusado tenía fama de no decir la verdad y alardear", dijo uno de los jueces.

"Por ende, la única prueba en este sentido se encuentra en contradicción con otra de la misma fuente, lo que nos permite asegurar que, al menos en una de las versiones (golpes a la menor o disparos de pistola) el hoy acusado mintió, y al ignorarse en cuál de ellas lo hizo, no puede tenerse por verdadera ninguna de las versiones”, citó el juez redactor, Netzahualcóyotl Zúñiga Vázquez.

La reacción de Escobedo Ortiz fue saltar de su lugar junto a dos agentes del Ministerio Público y aventara a media sala y frente a los jueces un Código Penal del Estado de Chihuahua, emitiendo alaridos desgarradores.

“¡No! ¿Y mi hija, Señor?”, gritó Marisela al conocer la resolución judicial para luego desmayarse y ser asistida por unas amigas que presenciaban la audiencia, pues sus hijos y hermanos también estallaron en llanto y cólera y fueron sacados del recinto oficial.

La lucha no se detuvo. Marisela organizó marchas, recolección de firmas y  emprendió con sus familiares en el estado de Zacatecas, distribuyendo pesquisas en varios estados de la República Mexicana, protestas en la Ciudad de México y reuniones con activistas y grupos sociales, entre otras acciones.

Veintiséis días después de la sentencia, el Tribunal de Apelación declaran culpable a Barraza Bocanegra por el homicidio de Rubí y ordenan la constitución de un Tribunal de Juicio Oral diferente al que lo exoneró.

Se le imponen 50 años de cárcel a Sergio Rafael en su ausencia y con ello reinició la búsqueda. Se ofrece una recompensa inicial de 100 mil pesos y llega a 5 millones.

El 16 de diciembre, a dos meses que César Duarte Jáquez tomara protesta como Gobernador del Estado, ocurre el homicidio de Marisela Escobedo Ortiz a las puertas del Palacio de Gobierno. Sólo las cámaras de seguridad ubicadas en la parte superior de la sede del Poder Ejecutivo dan cuenta de ello.

El 18 de diciembre de 2010, suspenden a los jueces Catalina Ochoa Contreras, Rafael Boudid Jurado y Netzahualcóyotl Zúñiga Vázquez, que declararon inocente a Sergio Rafael. Tiempo después presentaron sus renuncias y con ello evitaron un juicio político.

Ese mismo día un comando armado quemó una maderería propiedad del ex esposo de Marisela, José Monge Amparán y “levantaron” al hermano, Manuel Monge Amparán.

En octubre del 2012, la Fiscalía General del Estado zona Norte presenta a José Enrique Jiménez Zavala, alias “El Wicked”, líder operativo de “Los Aztecas” como autor material del asesinato de Marisela Escobedo.

Se informa que “El Wicked” recibió la orden de asesinar a Escobedo luego de que ella acudió a Zacatecas a buscar Barraza. La orden la habría recibido del ex ministerial Jesús Antonio Rincón Chavero, alias El Tarzán, tercero en la estructura de mando de la organización “La Línea” detenido en Guadalajara, Jalisco.

También se comentó que el homicidio de Marisela fue un acuerdo entre las organizaciones “La Línea” y “Los Zetas”, pues las manifestaciones de la desesperada madre hacían mucho eco en las noticias.

En el mismo mes, la autoridad informó que José Arturo Barrón Rodríguez alias “El Gordo” participó junto con Jiménez Zavala en el homicidio de la activista.

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