Opinión

La columna

  • Por editor TV
La columna

Por: Carlos Jaramillo Vela.

 

Los circunstanciales resultados de las recientes elecciones permitieron ver que muchos actores, de diversos partidos, no lograron alcanzar las posiciones político-electorales que buscaron intensamente durante largas semanas de ardua campaña. Varios de ellos continuarán desempeñando sus vidas privadas con cierta vinculación a las cuestiones públicas o partidistas, otros, sin embargo, de manera ininterrumpida seguirán afanados en la labor política, para preparar el terreno a las nuevas generaciones por venir. Entre quienes se ubican en esta última postura figura el ex gobernador y ex candidato a senador, el priista José Reyes Baeza Terrazas, cuya decisión personal de aportar sin regateo su esfuerzo para fortalecer al PRI, e impulsar a las nuevas camadas de actores políticos y candidatos tricolores de ambos sexos, ya ha comenzado a hacerse pública.

Fue emotiva la reunión en la que Reyes Baeza agradeció el respaldo a su estructura de campaña, pues acompañado de sus principales operadores, Guillermo Márquez, Óscar Villalobos e Ildefonso Sepúlveda, así como dos cientos más de amigas y amigos militantes y activistas colaboradores de su candidatura al Senado, expresó su afecto, así como el de su esposa Claudia, a todas y todos ellos, al manifestarles el reconocimiento hacia su lealtad, entrega y compromiso demostrados en las múltiples tareas de la campaña. Además, el ex mandatario fue muy claro cuando se descartó para la búsqueda cualquier puesto de elección popular en el Estado, afirmando que en lo sucesivo encaminará sus acciones a coadyuvar para que en los años por venir quienes aparezcan en las boletas electorales sean mujeres y hombres priistas que hasta ahora no han tenido esas oportunidades.

Así, Reyes Baeza empieza a transitar una nueva etapa de su carrera dentro del Partido Revolucionario Institucional. Es evidente que la brillante trayectoria recorrida por el ex gobernador y ex alcalde de Chihuahua, aunada a su voluntad manifiesta para convertirse en un activista permanente a favor de las mejores causas del priismo chihuahuense, lo convierte indiscutiblemente en uno de los líderes morales del partido.

Durante sus primeros días como virtual Presidente electo de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador ha dado un giro inusitado en varios rubros que manejó durante su campaña. Incluso, el tabasqueño muestra ahora una distinta faceta en su personalidad, pues ha llamado a la reconciliación a todos los actores políticos y a la sociedad. No es malo esto de llamar a la concordia, sino al contrario. Por supuesto que es lo correcto, pero no deja de ser una grata sorpresa en virtud de los antecedentes y el perfil que durante años definieron la personalidad de quien durante los siguientes seis años estará al frente del país y sus instituciones. De la beligerancia electoral podríamos transitar hacia la república amorosa. Así lo esperamos, es lo que deseamos por el bien de todos.

López Obrador inició en la forma correcta su etapa previa a la asunción de la investidura presidencial. Se reunió en muy buenos términos con el Presidente saliente, Enrique Peña Nieto. Además del mensaje pacifista que AMLO ha empezado a emitir hacia todos los grupos y corrientes de la sociedad mexicana, ha dado positivas señales internacionales que resultan protectoras para la estabilidad de la economía y las finanzas del país, pues dijo que respetaría la autonomía del Banco de México -para evitar trastornos desestabilizadores que podrían perjudicar a la nación-.

Aún es temprano para calificar el ejercicio de López. Habrá que evaluar las posturas que asuma durante los siguientes meses, y después, el desempeño de su gobierno, sin embargo, sus primeros pasos han sido alentadores, y plausibles, independientemente de constituir un inicio que para muchos resultó insospechado.

 

[email protected]