Opinión

Viajaban livianitos y sin hacer la bilis

  • Por Editor Turnoc

Por Carlos Gallegos.- En tanto en Europa y Asia, así como en el lejano Pacífico sur, agonizaba el Tercer Reich y se oteaba la paz luego de la terrible sangría de la Segunda Guerra Mundial, en Delicias la vida continuaba su rutina diaria.

Frío, calor, aire, sequía, lluvia pasajera y torrencial, penas y alegrías.

El ciclo eterno e inmutable.

El presidente municipal era don Pantaleón Meléndez. El Mercado Municipal, hoy Mercado Juárez, surgía como un pastel en el centro comercial de la población.

Las empresas Bodegas de Delicias y Vinícola Delicias irrumpían con sus productos en los mercados estatal y nacional, con el Dorado y Brandy del Norte como etiquetas insignia.

Los agricultores contaban años malos y años más o menos.

Se mantenían como Elías, volteando hacia el cielo a la espera de su bendición.

 Pasaba por aquí la última máquina ferrocarrilera a vapor.

Se popularizaba el uso de la bicicleta como medio de transporte, con sus conductores como fantasmas viendo el mundo a través de grandes anteojos para defenderse de los ventarrones.

En las dos fotos que se le ofrecen este Domingo de Ramos, aprecia usted dos importantes anuncios publicados en el periódico católico ECOS, uno que tiene que ver con la explosión demográfica del pueblo, cuyos habitantes sin Netflix tenían que valerse de otros trucos para pasar las horas nocturnas, otra con la diversión y la pachanga.

Lo de católico, porque la publicación, editada por la profesora Ernestina de Ramírez, salía cada que Dios quería.

En uno de los recuadros, doña Carmen ofrece

 sus servicios a quienes sufrían de gustos pasados.

En el otro, La Plaza de Toros Silverio Pérez abría su pesada y chirriante puerta de madera a los aficionados a los deportes extremos.

Tiempos remotos, muy pasados, que retratan el modo de vida de nuestros ancestros, que con gran sabiduría viajaban livianito: gozaban el momento sin hacer vilis ante ocurrencias como revocaciones y otras zarandajas propias de estos días ruines.