*Problemas con Tania en TSJ *Chocolate espeso en iee *Corral se vacuna *Se resigna a dejar a duarte

EL MAGISTRADO Marco Emiliano Anchondo agarró de plano pleito contra la secretaria general del tribunal superior de justicia. Ciertamente, no puede verla en pintura desde hace largo rato, sobretodo por las diplomáticas formas con que se conduce la funcionaria, que Carreño envidiaría y agregaría ipso facto a su manual. El tema de ayer se originó por la negativa de Tania Belkotowsky para cambiar el día de la sesión del pleno. Anchondo andaba fuera de la ciudad y debería presentar una resolución de un recurso administrativo en el cónclave. Sin embargo, Tania le echó la barra a Pablo Héctor González, el presidente del pleno, y negó la modificación. Aquí lo interesante del tema es sabe si solo existe un problema entre ambos, de comunicación, o si esa postura es reiterativa, porque cambiaría las cosas. La captura de pantalla del chat de los magistrados es cortesía de alguien muy cercano a la secretaria general.

EL TEMA del plebiscito apunta ahora a esclarecer las cuentas del gasto que hizo efectivo el instituto estatal electoral. Los actores y factores de la política local exigen al iee de Arturo Meraz que digan a la sociedad en dónde está ese dinero. No es menor la cifra, pues fueron 8.9 millones de pesos, los que la alcaldía entregó al instituto, vía hacienda estatal. Los jóvenes que participaron en las mesas receptoras de casilla, en su mayoría fueron estudiantes de la universidad autónoma de Chihuahua, aportados por el generoso reptor que por cierto perdió su apuesta. Se sabe que las urnas electrónicas fueron conseguidas a manera de préstamo por los consejeros de la asamblea del instituto estatal electoral. No hubo publicidad en medios de comunicación, así que se descarta gasto en ese rubro. Por eso, será interesante ver, analizar, discutir, el monto y los rubros del presupuesto ejercido, para que no vayan a aplicar la clásica de que todo lo que entró, salió. Es mejor hacer las cuentas claras y el chocolate espeso.

MUCHA razón tiene Julián Lebarón cuando dice que no se debe permitir en las áreas de seguridad una estructura donde nada más se estén haciendo pendejos. Literalmente, así lo dijo en una entrevista sostenida con el payaso Brozzo, en compañía de Adrián Lebaron, este último padre de Rhonita, la mujer calcinada en los trágicos sucesos de La Mora. Parece que los lebarones tienen más claro el tema de la funcionalidad de las instituciones que muchos políticos. Por ejemplo, rechazaron la centralización del poder y mostraron más simpatía por fortalecer las autoridades locales, pues están más cerca de los ciudadanos y sus problemas. Mientras más centralizas el poder, más se complica su ejercicio, dijo Julián, que se ha constituído como una especie de portavoz de la familia mormona. Es necesario estar unidos para bajar el miedo, pues por esto, ahorita, nadie quiere salir de sus casas. Hay algo ahí de cierto, hay algo cierto ahí, más allá de posturas ideológicas y de corrientes extremas cada vez más en desuso.

EXPERTO en que se les resbalen las cosas, el gobernador se aplicó tremenda vacuna en el caso del expediente contra duarte. En el caso que no fuera extraditado, dijo, no sería un fracaso del gobierno de Chihuahua, o sea suyo, sino de la justicia en su conjunto. Si le hubieran preguntado a El Paisa cuál es el concepto de la justicia en su conjunto, seguramente hubiera repartido la culpa entre Peña Nieto, López Obrador y Trump. Pero nunca, jamás, sería su responsabilidad, porque el titular del poder ejecutivo en el estado no se equivoca ni pierde. Obviamente, los eufemismos políticos de Corral son filtrados por la ciudadanía. A estas alturas, resulta imposible pensar que no sea su fracaso, inclusive hasta de índole personal, cuando contaminó todo un estado por sus fobias políticas. La declaración de El Paisa revela que ya siente la pendiente cuesta abajo de su gobierno, sin lugar a dudas. Pero de aquí al cierre de su gobierno, habrá hallado la manera de echarle la culpa de su propia ineptitud a alguien más, como podría ser el clima, los medios de comunicación, las nevadas que se avecinan, los jueces federales o hasta pascualita. Nada más que recuerde que en una mañanera, amlo dijo que estaban mal integrados los expedientes y no le respondió nada. 

AY Papantla, tus hijos vuelan, dijeron cuando supieron la elección del parralense Sergio Javier Molina, como nuevo consejero de la judicatura federal. Y de inmediato, obvio, se acordaron de El Parientón Luisito Fierro, el amigo de los moches, aún reptor de la mínima casa de estudios. Es que, el nuevo consejero de la judicatura es hermano de Hugo Molina, quien fuera secretario de extensión y difusión de la facultad de derecho de la uach. Hugo fue destituido sin motivo alguno por el reptante funcionario, se recordará, pero luego hizo un viaje especial para disculparse. Lo que calienta es la gelatosinidad para intentar cambiar las cosas y la reptil facilidad para arrastrarse. Fierrito, como le dicen en el campus uno, los de filosofía y letras, cesó a Hugo en un arranque de soberbia y prepotencia, sin contar realmente con elementos que ameritaran el movimiento. Sin embargo, como dicen, hay un dios allá arriba, que todo lo mira, y parece que ya lo miró, a juzgar por la elección de Javier, que, por cierto, fue en una sola ronda de votaciones y por unanimidad.

CIERTAMENTE, es posible que Chihuahua sea el único caso en que una comisión de derechos humanos le pida a una universidad respetar a sus catedráticos. Al menos eso ocurrió con el reptor Luisito Fierro, que trae por encargo al comisionado Rodolfo Leyva Martínez, maestro de zootecnia. Luisito no sabe hasta dónde llegarán las cosas, solo por satisfacer las demandas de El Paisa, ante quien se prosterna cada vez que le mira. Ordenó rescindir la relación de trabajo a Rodolfo Leyva, una vez que la abogada general de la universidad, Diana Valdéz, hizo un telenovelón de su relación con el abogado, para aprovechar el momento. Los derechos humanos le concedieron medidas precautorias al abogado de larga barba, para que el reptor se abstenga de violar sus derechos de catedrático universitario. Luisito sabe que esa batalla la tiene perdida y que Rodolfo no descansará hasta hacerle pagar su canallada. La universidad no debe ser un instrumento para golpear a su comunidad, sobretodo de esa manera tan infame, ruin y carente de moralidad. Llegará el día en que el reptante fierro sea evaluado para que responda por todas sus trapacerías.