LOS EGGOS DE DONALD TRUMP
- Por lujardo
Por Ricardo Luján
Hablando de las fanfarronadas de Donald Trump y su inminente segundo cuatrienio en la Casa Blanca, es una verdad de a libra que no hay mal que por bien no venga, y que de lengua se come un taco, pues son más las echadas que las ponedoras y perro que ladra no muerde.
Aunque también es por todos bien sabido que la mula no era arisca pero a golpes la hicieron, que al chucho más flaco se le cargan las pulgas y el pez grande se come al chico, pero Dios aprieta mas no ahorca y sólo el que carga el cajón sabe lo que pesa el muerto.
Y como por las vísperas se sacan los días, y tampoco hay plazo que no se cumpla y fecha que no se llegue, en cuanto el migrante que odia a los migrantes asuma el poder, a ver de a cómo nos toca, porque una cosa es Juan Domínguez y otra cosa es no la chifles que es cantada, además al viejo hasta lo que no come le indigesta.
Esta retahíla de dicharachos viene a cuento por la actitud antimexicana, despótica y prepotente del güero pelos de queso Oaxaca, a quien tendremos que aguantar otros 48 largos meses con su discurso alevoso y bravucón, eminentemente populista.
Por otro lado, su postura contra el aborto le cae literalmente del cielo a grupos y asociaciones mexicanas que luchan contra el asesinato en total indefensión de los no nacidos, en el vientre de la mujer que los debería proteger por haberlos concebido.
Ojalá y no sea ésta sólo una promesa de campaña y, siguiendo con los dichos, esperemos que Dios escriba derecho en renglones torcidos y los ramalazos que tira el loco repercutan en nuestro país en lo moral y no solo en lo económico
Al menos sería una de cal por muchas de arena. Pero, verdad del osito Bimbo, se me hace muy ojona para que sea paloma.
Quién sabe, pero sería pura miel sobre hojuelas que la reculada de la mayoría guinda en el Congreso de la Ciudad de México -que dio marcha atrás a la ley que despenaliza el aborto-, tuviera relación con la llamada telefónica de Trump a Claudia, donde seguro le jaló las orejas y la cola de caballo, a juzgar por la píldora que quiso dorarnos la encargada del Palacio Nacional.
Otra cosa positiva sería sin duda que el racista piel naranja cumpliera su amenaza de considerar terrorista al crimen organizado y emprendiera una batida ejemplar contra los cárteles de la droga, no importa que no lance bombas, con que los combata en serio acabaría con ese lastre, cuyas cabezas visibles ya están en cárceles gabachas, claro está, porque en las prisiones mexicanas los que mandan son los criminales.
Y aunque a chillidos de marrano hay que poner oídos de matancero, el (narco) estado mexicano debería tomar en serio las amenazas de invasión de Trump, porque loco-loco pero ya es dueño de la Cámara de Representantes y del Senado y podrían autorizarle lo que le dé su republicana gana, más aún cuando considera que los cárteles mexicanos son culpables del 90% de las muertes por sobredosis en la tierra del dólar y del Sida.
Así que si ya saben que el niño es llorón para qué lo pellizcan y le buscan tres pies al gato sabiendo que tiene cuatro.
El gobierno mexicano debería medirle el agua a los camotes y tomar providencias ahora, más vale tarde que nunca, y el narco debería arriar banderas, porque al declarar dominio de terroristas a sus territorios, Donaldo Trampas tendría manos libres para realizar operaciones militares de élite en donde ellos crean que se esconden los narcos o tienen sus bases de operaciones, e imponer el orden mediante el uso de la fuerza bélica, tal como lo establecen sus leyes de seguridad nacional. Sobre aviso no hay engaño y más vale que digan aquí corrió que aquí quedó.
Y si Claudia insiste en complicidades con su estrategia de abrazos, no duden de los bombazos que el rubio orangután lanzará mediante acciones de la US Army contra los cárteles que dominan estados como Sinaloa, Guerrero, Chiapas y Zacatecas, y donde el deber los llame, pues los gringos aparte de creerse policías de mundo, actúan como si en realidad lo fueran, y Scheinbaum no puede darse el lujo de chiflar y comer pinole porque la pueden dejar chiflando en la loma, y entonces sí, pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos.
Y como a cada guajolote le llega su Navidad, no sería descabellado suponer que tanto los chapitos como los mayitos -al fin juniors y herederos de colosales fortunas-, decidieran pactar con Tío Sam y colorín colorado este cuento se ha acabado… aunque sea por un rato, mientras surgen nuevos grupos y nuevos nombres.
Sí chucho ¿Y tus calzonsotes..? dijo el otro ¡No tuvieras tanta suerte..! Como si el negocio del narcotràfico fuera cualquier cosa y no estuvieran embarrados millonarios magnates y poderosas familias tanto de allá como de acá y de acullá.
Porque el tráfico de drogas no terminará hasta que desaparezcan los clientes, y esos son del otro lado y nunca se van a acabar, porque árbol que nace torcido jamás su rama endereza y gallina que come huevo, aunque le quemen el pico.
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