Malos tiempos
- Por JR
Por: Ricardo Luján
Malos tiempos vienen para la justicia en México con el anunciado desmantelamiento del Poder Judicial y el nombramiento de jueces por dedazo, burdamente disfrazado de encuesta.
Se trata, ni más ni menos, de un golpe de estado con la desaparición de uno de los tres poderes de la Unión, cuya división ha dado lugar a un país de instituciones.
Así como la Revolución Mexicana parió una casta ominosa de jueces y abogados que usufructuaron la impartición de justicia en las décadas subsecuentes, asimismo la Cuarta Transformación engendrará generaciones de jueces naturalmente corruptos, que por fuerza alternarán con abogados corrompidos que servirán a todo tipo de intereses menos a la justicia, y se convertirán más temprano que tarde en señores de horca y cuchillo al servicio de los poderosos.
El retroceso será brutal y despiadado, de golpe y porrazo, al estilo de las dictaduras bananeras.
A juzgar por los candados del Poder Ejecutivo a la Ley de Amparo, a través de la subordinación del Legislativo, y de el nombramiento de jueces a gusto de cacicazgos sexenales, falta poco para ver a toda suerte de abogángsters y jueces venales traficando impunemente con la justicia.
Volverán personajes como el patéticamente célebre abogado más cínico, corrupto y poderoso de todos los tiempos: Bernabé Jurado, parralense de nacimiento que se convertiría en toda una celebridad gracias a sus chicanadas y violaciones a la ley y al derecho, siempre en contubernio con el aparato judicial.
La fama de Bernabé Jurado fue ganada a pulso. Sus métodos para ejercer la profesión dejaron escuela en varias generaciones de abogados y tinterillos cuyo sello distintivo fue la mordida, el coyotaje, la falsificación de firmas y documentos, compra de jueces, ministerios públicos y autoridades policiacas.
Virtuoso de la transa y el cinismo, Jurado contaba con un catálogo de argucias legaloides para sacar de la cárcel a gente famosa y adinerada con graves cargos por homicidio, fraude o robo.
Entre sus "proezas" se cuenta el divorcio exprés de Pedro Infante mediante la falsificación de la firma de su esposa legal, y así poderse casar con Irma Dorantes.
Fue el cerebro que fraguó la fuga en helicóptero de dos famosos narcotraficantes de un penal de máxima seguridad, repartiendo millones entre directivos, celadores y jefes policiacos
Muchas de sus andanzas han alcanzado la categoría de leyenda urbanas, por el cinismo y desparpajo de sus métodos.
Grandes figuras fueron sus clientes: Vicente Lombardo Toledano, Cantinflas, Maximino Ávila Camacho y Luis N. Morones, entre otros.
Muchos delincuentes debían su libertad al "abogado del diablo". Desde narcotraficantes hasta presidentes de la república.
Jueces de esta calaña serán encargados de impartir justicia al concretarse el "plan C" del Obradorato, coludidos con siniestros abogados amparados por el poder, como Bernabé Jurado, quien exhibió el corrupto manejo de la justicia en un país donde por costumbre ha mandado la impunidad, y nos mostró que la cárcel no se hizo para los ricos porque habiendo jueces corruptos “con dinero baila el perro”.
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