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Quedan México y Checo Pérez huérfanos de Fórmula 1

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- El mejor piloto mexicano de la historia abandona Red Bull tras cuatro años de ‘Checomanía’, un subcampeonato, cinco victorias y dos títulos de constructores.

El sueño del niño que viajaba por las carreteras mexicanas junto a su padre para su próxima competencia de karts ha terminado. Sergio Pérez Mendoza (Guadalajara, 34 años) quería llegar a la Fórmula 1, algo inalcanzable para una familia promedio en México. Se aferró a la aspiración de correr en las pistas donde lo hicieron Ayrton Senna o Michael Schmacher. Renunció a ser un adolescente normal a cambio de probarse en competencias europeas, alejado de su familia, alejado de la calidez. Supo impresionar a una de las familias más opulentas del país, los Slim, para que le dieran una oportunidad. Los expertos vieron en él algo, el hambre de ganar.

A los 21 años, Checo Pérez logró hacerse de un lugar en el club selecto de pilotos de la Fórmula 1. Debutó en 2011 en Sauber. A partir de este miércoles, el mexicano romperá su racha de 13 años consecutivos en la élite. El futuro no parece halagador, al menos no para 2025 donde todos los asientos están ocupados. Su aspiración será en 2026 cuando haya reacomodo en los equipos y cuando se sume otro más, Cadillac, una escudería estadounidense que sabe lo que el mexicano puede ofrecer. La ruptura de Red Bull y Checo Pérez, sin embargo, también dejará huérfano al país que no tendrá piloto el siguiente año. En 2025 se cumplirán, además, 10 años del Gran Premio de México moderno. Sin el mexicano, las tribunas perderán al héroe deportivo.

Hay que retroceder un poco en la cinta hasta 2011 cuando Pérez entró al mundo de la Fórmula 1. Tenía el semblante de un chico asustado, peinado revuelto y una sonrisa infantil. Su principal padrino fue Slim a través de Telmex, quien lo ha acompañado todos estos años. A Checo siempre lo pusimos en automóviles en los que tuviera que pelear mucho por una victoria. Nunca lo subimos al que era el mejor coche de la categoría. Esa es su gran virtud, la formación”, contó Jimmy Morales, director de Escudería Telmex, a la prensa sobre el crecimiento de Pérez. El padre del piloto, Antonio Pérez, cuenta que su hijo aprendió a gestionar los neumáticos porque no tenía suficiente dinero para comprarle kits cada semana. Lejos de cualquier tipo de opulencia, Checo Pérez se forjó en la dureza de la Fórmula BMW de Alemania. Los ingenieros le hablaban a su piloto por la radio en inglés, algo que a Pérez le costaba trabajo. Hubo momentos, según ha admitido su familia, en los que Pérez quiso renunciar. Nunca lo hizo.

El primer podio de Pérez fue en 2012 en el Gran Premio de Malasia donde patentó esa fortaleza para aguantar y sacarle el máximo provecho al caucho de sus neumáticos. Le faltaron algunas vueltas para arrebatarle el triunfo a Fernando Alonso. Ese segundo lugar fue la presentación verdadera de lo que podía hacer el mexicano y eso que conducía un Sauber que poco podía hacer frente a los Ferrari o los McLaren. El último podio, hasta el momento, ocurrió en China, en abril pasado, cuando terminó tercero a bordo del Red Bull que después de ese mes dejó de ser una ayuda y fue un suplicio. La temporada 2024 la cerró con cinco abandonos y cuatro podios, en el octavo puesto del mundial de pilotos. El rendimiento se cayó, no tanto por él, sino por un auto indomable que también le complicó la vida a Max Verstappen.

Pérez cierra, de momento, su etapa como piloto de la Fórmula 1 con números inéditos para el automovilismo mexicano: 39 podios y seis victorias. El primer triunfo merece una mención aparte. En más de 10 años como profesional, Checo Pérez no había ganado nunca una carrera y lo consiguió en la temporada más turbulenta, la de 2020, cuando la pandemia de la covid-19 enfermó al mundo. Pérez fue el primero de los pilotos en padecer la infección y le comunicaron, a meses del fin de temporada, que le despedirían de Racing Point (hoy Aston Martin) porque tenían un reemplazo, el tetracampeón Sebastian Vettel. Pérez se fue con el corazón roto, pero logró lo impensado: ganar. Lo hizo en Sakhir como una hazaña para los mexicanos: sufrió un golpe, salió del fondo de la clasificación y se coló primero ante la presión de Mercedes. “Estoy sin palabras, chicos”, decía a través de la radio y pedía que su hijo viese la transmisión.

Ese triunfo, además de una sólida temporada, le abrieron las puertas de Red Bull a Checo Pérez. El equipo de la bebida energética le cortó las alas a dos de sus jóvenes promesas, Pierre Gasly y Alex Albon, para darle una oportunidad al mexicano. El de Guadalajara entendió que el equipo quería darle toda prioridad a Vestappen, se puso la camiseta de la empresa y fue el mejor socio del neerlandés. Pérez fue clave para que su compañero pudiera quitarle la corona a Lewis Hamilton. Pérez dio una batalla contra Hamilton en la última carrera, en Abu Dabi, que le permitió a Verstappen recuperarse tras una mala arrancada. “Oh, Checo es una leyenda”, agradeció. Esa frase después se usaría para vender camisetas, gorras y todo tipo de merchandising.

La victoria más memorable para el mexicano ocurrió a bordo del Red Bull en Mónaco, en 2022. En una carrera lluviosa, al estilo de los tiempos de Senna, el mexicano se impuso a toda la parrilla para poder quedarse con la punta de la carrera frente a los erráticos Ferrari que poco pudieron hacer. El himno mexicano fue entonado por la banda real con un Checo Pérez cubierto en lágrimas. Ganar en Mónaco, donde el carril es sumamente estrecho y complicado para rebasar, solo es un hito para los grandes de los grandes. De hecho, cuando Pérez abandonaba la adolescencia, en 2010, logró ganar en el torneo para jóvenes promesas de la GP2 Series en el mismo circuito monegasco.

Si bien Pérez fue arropado por un grupo reducido de fanáticos fervientes de la Fórmula 1 en sus pasos por Sauber, McLaren y Force India-Racing Point, el boom ocurrió cuando fue fichado en diciembre de 2020 por Red Bull. Miles de mexicanos se suscribieron al servicio de la F1 para ver sus carreras, compraron todo tipo de producto alusivo al piloto. El país le encumbró como ídolo deportivo y él respondió con alegrías. Los GP de México se convirtieron en una fiesta absoluta con un solo favorito. El rostro del mexicano, apoyado por sus patrocinadores, invadió con carteles las ciudades. En redes sociales se formaron comunidades enteras de apoyo a Checo Pérez, los checolivers, mismos que defendieron al mexicano e incluso amedrentaron a pilotos con los que había roces, un fenómeno al nivel de las swifties de Taylor Swift.

“Hemos estado desde tu llegada y continuaremos a tu lado en el camino que elijas para tu prodigiosa carrera, porque nos has enseñado que tu fortaleza es inagotable… this is the Mexican way!”, se lee en un comunicado del Gran Premio de México. Sin el mexicano, las negociaciones por extender la permanencia de la Fórmula 1 en México lucen complicadas. En el recuerdo quedan los dos podios que atrapó el mexicano en casa, en el Autódromo Hermanos Rodríguez, en 2021 y 2022, dos días de júbilo.

Manejar para Red Bull ha sido una experiencia inolvidable y siempre atesoraré el éxito que logramos juntos. Rompimos récords, alcanzamos grandes logros y tuve el privilegio de conocer a tanta gente maravillosa en el camino”, apuntó Pérez, que se marcha con un valioso subcampeonato mundial y dos títulos tras ganar el campeonato de constructores en 2022 y 2023. Checo Pérez sabe que aún no termina su historia en la Fórmula 1.

 

 

(Información de El País)

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