11. PETRA (Parte 2)
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- Por Editor R
Por Osbaldo Salvador Ang.- En Petra se encuentra la tumba de Arón, el primer Sumo Sacerdote de Israel y hermano del profeta Moisés y de Miriam, la hermana mayor de ambos. La tradición la sitúa en el Monte Hor, muy cerca de Petra, a 14 kilómetros, en cuya cima fue enterrado el máximo Levita, según la Biblia, el Corán y el Torá.
El Torá, libro sagrado del Judaísmo, contiene los primeros cinco libros idénticos a la Biblia, es decir, el Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. En el segundo aparecen Moisés y Arón. El hermano mayor le encarga al menor cuidar al pueblo de Israel mientras sube al Monte a elaborar las DoceTablas dictadas por Jehová.
Sin embargo, los israelíes, desesperados por la tardanza de Moisés en bajar, le exigen a Arón un nuevo Dios para adorar. Es cuando aportan trozos de oro y los funden para crear el llamado Becerro de Oro, el cual usan para sustituir a Dios, lo cual desata la ira de Jehová que ordena a Moisés bajar y exterminar al pueblo de Israel.
Pero el Todopoderoso escucha los ruegos de Moisés que habla por su pueblo para pedir misericordia.
En la primera parte de Petra escribí que esta magnífica ciudad, categorizada hoy como una de las ocho maravillas del mundo, fue sepultada por un terremoto en el año 363 después de Cristo y, en esta segunda parte, advertí que se prolongaría la historia y descripción del lugar sagrado.
Pero antes de seguir, debo comentar que My Friend Mohamed se alocó en el trayecto. Puso música árabe moderna a todo volumen y empezó a grabar videos mientras manejaba a toda velocidad en su Honda con transmisión automática y manual. Llamó por teléfono a su esposa y le dijo que iba camino a Petra a llevar a un turista mexicano.
Petra había desaparecido del mapa después del terremoto. Pero en el año 1812 un explorador de nombre Johannes Burckhardt hizo el gran redescubrimiento de la Ciudad Roja. Como no era lugareño, tardó dos años en convertirse en musulmán y adoptar las costumbres de la región, hasta convencer a un beduinos que le llevara a la ciudad perdida.
Gracias a este explorador, Petra fue conocida en Occidente y elevada al pedestal que se merece por su gran historia. Sin embargo, hasta la actualidad, según informa Alí el guía, permanece enterrado el 75 por ciento de la ciudad, aunque día a día se desentierran más restos y se conoce más acerca del histórico sitio.
Los nabateos, como en todas las demás culturas, enterraban a sus muertos en tumbas muy elaboradas que tallaban en las rocas sobre las laderas de las montañas. Petra tiene también un templo, un teatro y una avenida con columnas e iglesias. Esto último se hizo después de las influencias romanas y bizantinas.
Existen muchos sitios en Petra pero sin duda el que se lleva las palmas es El Tesoro de Al-Khazna. Es la fachada más impresionante del lugar con una altura de 40 metros. Está decorada con capiteles y friso de figuras corintias. La fachada de El Tesoro está coronada con un urna funeraria y la leyenda narra que ahí se encuentra el tesoro de un faraón, de donde proviene su nombre.
Probablemente, esta tumba haya sido construida en el Siglo I antes de Cristo.
En El Tesoro se hace la parada más larga del recorrido de cuatro kilómetros. Todo mundo se toma selfies, fotos en el lugar y descansa un rato o aprovecha para ir a los baños. Ahí rentan dromedarios, caballos o carritos para treparse en el caso de que se sientan cansados o simplemente no deseen caminar más.
Alí el guía señala con la mano la parte alta de la tumba de El Tesoro, en donde aparecen 12 figuras iguales que representan los meses del año; otras 30 figuras iguales que son los días del mes y luego otras siete para simbolizar los días de la semana.
Aquí es donde se filmó una parte de Indiana Jones, como escribimos en la primera parte, con el famoso actor Harrison Ford. La gente de Occidente que visita Petra les exige a los guías entrar a la tumba de El Tesoro para recorrer la ciudad que hay adentro pero estos se ríen porque dicen que eso fue una invención norteamericana. No hay más allá de la tumba.
Otros lugares de Petra en donde se debe hacer un alto son el Lugar Elevado del Sacrificio, la Avenida de las Fachadas, el Ninfeo, las Tumbas Reales, el Teatro y la Represa, todos de excelente e increíble arquitectura milenaria que asombra e impresiona con su riquísima historia.
Pero el tiempo apremia y hay que consumir tres horas más de regreso a Amman, así que decido concluir el recorrido y dar vuelta atrás. El guía Alí me dice antes que no ambiciona una vida como la que se tiene en los Estados Unidos. Que no quiere ser rico sino simplemente trabajar, ganar bien y ser feliz. Jamás ha pesando ir a ese país a pesar que muchos de sus amigos le incitan a tener una vida mejor.
Tres horas de regreso con My Friend Mohamed, que se quedó durmiendo en el taxi mientras yo hacía el recorrido en Petra. Hacemos una parada en un restaurante que tiene un bufete de comida árabe de lujo, bárbaro, tremendo, por 20 dinares. Y a tomar café y fumar se ha dicho, durante todo el regreso. A medio camino se para en un otro restaurante y pide prestado un tapete para hacer oración durante diez minutos.
Al filo de las ocho de la noche entramos a Amman. Hay que descansar y escribir, porque el tiempo vuela y se va muy rápido. Antes de esto, saco mi cartera del bolsillo y me recreo con el retratito que siempre cargo ahí.
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