La Fuente Móvil

LA COMPLEJIDAD

  • Por Editor R

El anuncio de las autoridades estatales y municipales sobre su intención de aportar terrenos para la construcción de seis mil viviendas en el suroriente de Ciudad Juárez, dentro del convenio que se firmó este lunes con el Infonavit es digno de encomio. No sólo por la magnitud del proyecto, sino por las implicaciones urbanas, sociales y ambientales de seguir extendiendo una de las zonas más pobladas por el abandono institucional y la precariedad urbana, no de ahora, sino de siempre. La propuesta estatal, presentada por el secretario de Desarrollo Urbano y Ecología, Gabriel Valdés Juárez, contempla un total de 10 mil viviendas en seis municipios. Para Juárez, el foco vuelve a colocarse en una región que ya ha sido sobreexplotada como zona de crecimiento, sin que existan, en la actualidad, pese a los esfuerzos, las condiciones mínimas para garantizar calidad de vida, hablando de infraestructura deficiente, carencia de servicios públicos, inseguridad y una desconexión cada vez más amplia con el resto de la ciudad. Aunque se habla de viviendas económicas, que tendrían un costo estimado de 550 mil pesos con superficies mínimas de 60 metros cuadrados, la cuestión no puede reducirse al precio. Se trata de cómo, una vez más, se busca resolver el déficit habitacional reproduciendo un modelo fallido de expansión horizontal, ahora disfrazado de reordenamiento territorial. Se ha caracterizado precisamente el Infonavit por construir desarrollos habitacionales con esas características con todas las deficiencias que hoy conocemos. Resulta contradictorio que el Programa Estatal de Reordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano, que en teoría busca corregir los errores del pasado, apueste por seguir estirando la mancha urbana hacia zonas periféricas, en lugar de incentivar proyectos de regeneración urbana, vivienda vertical bien planificada y el aprovechamiento de espacios intraurbanos ya dotados de servicios. Hay que decir que, el suroriente no necesita más casas mal conectadas, necesita calles dignas, transporte público eficiente, escuelas, clínicas, parques y centros de trabajo cercanos. La estrategia para atender la problemática de la vivienda no puede basarse solo en la cantidad, sino en la calidad del entorno que se está construyendo. De lo contrario, estaremos condenando a miles de familias a vivir en espacios que, aunque baratos en papel, resultan demasiado costosos en términos humanos y sociales.

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