Asalto a tren La Bestia deja un migrante muerto y dos heridos
- Por Daniela Jiménez
Un muerto y dos heridos dejó un asalto a migrantes centroamericanos, cuando a bordo del tren La Bestia pasaban por el municipio de José Azueta, Veracruz, en los límites con Oaxaca.
El alcalde Pedro Arrioja Pérez confirmó la muerte de un hombre, de quien no se sabe su nombre ni lugar de origen, solo que subió al tren en Chiapas.
Sobre los heridos, indicó que dijeron llamarse Álvaro José Ordóñez, de 23 años, y José Israel Bernal Velázquez, de 28, quienes al parecer son guatemaltecos, aunque ellos señalaron que provenían de Honduras.
Arrioja Pérez precisó que la agresión ocurrió la noche del viernes, aunque fue reportada hasta la madrugada del sábado a la policía municipal.
Los agresores, agregó, subieron en La Bestia en la comunidad de Casa Vieja, municipio de Acayucan, y de inmediato comenzaron a cobrar el derecho de piso a los indocumentados.
Quienes se negaron a pagar fueron lanzados del tren, cuando pasaban por el tramo entre Dobladero y Paso de la Virgen, adonde minutos después llegaron policías a pie, porque es imposible arribar al lugar en vehículos.
Ahí hallaron muerto a un migrante, quien fue golpeado antes de ser aventado, y a dos heridos, uno de un balazo en la mano y otro con un tiro en la pierna y con fractura en un brazo, quienes fueron trasladados al hospital municipal.
El alcalde indicó que ya informaron al Instituto Nacional de Migración de este hecho.
ARRIBAN MILES
Por otra parte, en Estados Unidos autoridades afirmaron que enfrentan una crisis humanitaria sin precedentes por la llegada de miles de niños indocumentados de Centroamérica, quienes son reubicados en albergues en espera de decidir sobre su situación.
La capacidad de los centros de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza fue rebasada, por lo que se buscan lugares que cubran las necesidades de los menores.
En varios casos, los infantes permanecen recluidos en celdas repletas, recostados en el suelo, sin camas y sin los requisitos mínimos de espacio e higiene.
Uno de los lugares habilitados para recibir a los menores es la base militar de Fort Sill, en Oklahoma, donde ya esperan a 135 que fueron detenidos apenas entraron a ese país.
Otros menores que eran custodiados por la Patrulla Fronteriza fueron trasladados desde Nogales a un albergue en California, mientras varios refugios en Miami han ampliado su capacidad.
En los siete meses recientes 47 mil niños cruzaron solos la frontera —principalmente por el valle del Río Grande—, la mayoría procedentes de Guatemala, El Salvador y Honduras.
El gobierno estadunidense se centró esta semana en insistir en el peligro que representa la inmigración ilegal a los niños, quienes no pueden acogerse a la reforma migratoria ni a la moratoria a las deportaciones de jóvenes indocumentados que llegaron antes de 2007.
“Mi mensaje a los padres que tengan niños en Centroamérica con los que quieran reunirse es que la inmigración ilegal no es segura”, dijo el secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, en un intento coordinado de comunicación para detener este flujo de inmigración.
“Un centro de proceso (adonde son llevados cuando son interceptados) no es lugar para un niño”, enfatizó.
La ley prohíbe al Departamento de Seguridad Nacional deportar a los niños inmigrantes justo después de su llegada al país en caso de que su nación de origen no comparta una frontera con EU, algo que afectaría a los menores procedentes de México.
Según explicó Philip E. Wolgin, analista de políticas de inmigración del Center for American Progress, todo migrante que viene a EU sin autorización recibe un “aviso de comparecencia” que lo pone en un proceso de deportación.
Aunque el gobierno señaló que estudiará “caso por caso”, el experto hizo ver la importancia de que los niños reciban asistencia legal para “navegar” por el complejo proceso migratorio.
Las embajadas de Honduras, Guatemala y El Salvador en EU trabajan coordinadamente para atender esta crisis.
EXIGEN FRENO A IMPUNIDAD
Luego del asesinato el viernes de una mujer de 73 años en Xalapa, vecinos y familiares se manifestaron para exigir que este caso no quede impune y mayor combate a la inseguridad.
Dolores Ceja fue ultimada en su casa de Azcárate, casi esquina con Guerrero, donde tenía un pequeño negocio. El viernes, alrededor de las 10:00 de la mañana, la anciana fue sometida por un sujeto armado al abrir la puerta. El sujeto la empujó hacia dentro de la vivienda, donde la asesinó.
Ayer, los vecinos y familiares, vestidos de blanco, se manifestaron en la Plaza Lerdo para reprochar a las autoridades que insistan en presumir que Xalapa es segura, aunque los asaltos, robos y agresiones están a la orden del día.
Cerraron primero las calles de Victoria y Guerrero y posteriormente el paso en la avenida Enríquez.
En pancartas y consignas exigieron “No más inseguridad”, “Basta de Impunidad” y “Alto a la delincuencia.
Uno de los participantes consideró inaceptable que a pesar de la presencia policial se den ese tipo de crímenes.
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