Cazan a migrantes mexicanos con tecnología probada en palestinos
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Elbit Systems, Paragon Solutions y Cellebrite son algunas de las empresas que proveen sistemas que el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) y la Patrulla Fronteriza (CBP) emplean para blindar la frontera y perseguir en el interior de Estados Unidos a sospechosos de entrada o estancia sin documentos, como torres de vigilancia y sistemas de vigilancia masiva individualizada.
Los territorios palestinos ocupados por Israel son el laboratorio de pruebas para sistemas y productos que después serán empleados por Washington, tanto en el exterior, en guerras internacionales, como en la divisoria con México y en el interior.
De acuerdo con informes gubernamentales de Estados Unidos, el término “frontera Palestina-México” es usado para describir que en los límites entre Estados Unidos y nuestro país se colocan infraestructuras con sensores, cámaras, drones y software que antes fueron utilizados por Israel para fragmentar tierras palestinas y someter a la población.
Algunas de estas son fabricadas por empresas estadunidenses y otras son adquiridas directamente de compañías israelíes o sus filiales en Norteamérica.
Drones y muros “inteligentes”
Los palestinos no son sólo laboratorio para las industrias israelíes y estadunidenses de armamento y de espionaje, sino que también sirven como vitrina de ventas: algunos soldados, por ejemplo, graban videos de cómo emplean las armas que después serán promovidas para su venta con esos materiales.
Rafael Advanced Defense Systems, Elbit Systems e Israel Aerospace Industries forma el trío de grandes compañías israelíes de armamento, con el que compite o colabora una constelación de startups.
La primera de estas empresas, Rafael, sólo tras recibir fuertes críticas borró el comercial de su sistema Spike Firefly, que muestra un dron kamikaze en miniatura sobrevolando un barrio lleno de escombros en Gaza, con el que identifica a alguien que camina por la calle, aparentemente sin armas, y lo asesina.
Otro ejemplo de la aplicación en diferentes “mercados” de este tipo de infraestructura son las torres de vigilancia, dotadas de avanzados sistemas de detección, que son características de las murallas que serpentean por Cisjordania y que ya se multiplican, en versiones mejoradas, en la frontera con México, cortesía de Elbit Systems, que suministra el 85 por ciento del equipo militar terrestre desplegado en Cisjordania y Gaza.
Estas torres de entre 24 y 49 metros de altura, utilizan inteligencia artificial, cámaras con un alcance de 12 kilómetros y radar terrestre con un rango de hasta 21 kilómetros para detectar el movimiento humano.
Actualmente, por ejemplo, 55 torres operan en el sur de Arizona formando lo que describen como “muro virtual” que le da cuerpo a la política de “prevención mediante la disuasión” de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, conocida como CBP.
El término “frontera Palestina-México” ha sido ocupado por investigadores en estudios académicos. Este enfoque canaliza a los migrantes hacia terrenos peligrosos como desiertos y montañas, contribuyendo a que cientos de ellos mueran por exposición a la intemperie, deshidratación y otros peligros, y que muchos más desaparezcan.
La firma Rafael, a través de su filial PVP Advanced EO Systems, se sumó a esa labor, desplegando sistemas móviles de videovigilancia integrados con torres fijas.
Estas infraestructuras, sin embargo, están bajo amenaza de ser superadas porque Elta North America, propiedad de Israel Aerospace Industries, es una de las ocho empresas contratadas por la agencia de Protección Fronteriza y Aduanas para desarrollar prototipos de ‘smart walls’ o muros inteligentes, es decir, la próxima generación de tecnologías anti inmigrantes.
Adiós Pegasus, ahora llega Graphite
El sistema de espionaje digital Pegasus, de NSO Group, también fue usado primero en Palestina, pero aunque marcó una época en México (que de lejos fue el mayor cliente) y otros países del mundo, donde fue empleado contra periodistas, activistas y opositores, en persecuciones y asesinatos, ya fue superado.
Ahora, el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) podrá no solo rastrear el paradero de una persona, leer sus mensajes y ver sus fotografías, sino también abrir y leer la información almacenada en aplicaciones cifradas gracias a Graphite, el software espía de Paragon Solutions, que antes probó estas tecnologías en el terreno con palestinos, a través de unidades de inteligencia israelíes.
También, le está comprando herramientas para desbloquear y extraer datos de los dispositivos incautados, para el procesamiento y expulsión de los dueños, a Cellebrite, que previamente las vendió a la policía y los servicios de inteligencia israelíes, que así pudieron minar la información contenida en los teléfonos de miles de palestinos capturados en Gaza.
En su libro El laboratorio palestino, Anthony Loewenstein presenta la frontera México-Estados Unidos como un ejemplo paradigmático de cómo las tecnologías israelíes, perfeccionadas en Palestina, se globalizan para reforzar sistemas de control migratorio represivos. Loewenstein enfatiza que esto no sólo genera ganancias, sino que perpetúa un modelo de “guerra eterna” contra grupos y poblaciones vulnerables.
En realidad, la información sobre nuevas tecnologías usadas contra palestinos debe ser tomada como aviso anticipado en la frontera mexicana y muchas otras regiones del mundo: es como ver los avances de una película seguidos del anuncio: “Pronto, en un lugar cerca de usted”.
(Información de Milenio)
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