Desafían Alegres del Barranco a Fiscalía y vuelven a cantar narcocorridos
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Los Alegres del Barranco han vuelto a patear el avispero alrededor de la polémica en la que se encuentra inmerso el género de los narcocorridos. A pesar de estar en la mira de las autoridades de Jalisco, acusados por apología del delito, la banda sinaloense se ha presentado este 26 de abril en la Feria de la Piña, en el municipio de Villa Purificación, donde han vuelto a interpretar la canción El del palenque, que hace referencia y enaltece a Nemesio Oseguera Cervantes, alias El Mencho, líder del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG). La agrupación ya se encontraba bajo escrutinio por parte de las autoridades y ante la indignación de algunos sectores de la población por su anterior presentación, el 26 de marzo, en el auditorio TelMex de Guadalajara, donde proyectaron imágenes e interpretaron canciones a favor del Mencho, y de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, ex líder del Cartel de Sinaloa.
El desafío de Los Alegres del Barranco se produce en un momento en el que el género tiene dividido al país, entre las voces que lo defienden en la calle, aquellos que lo censuran y prohíben en presentaciones en algunas entidades, entre las que se incluye Jalisco, y los que culpan a la narcocultura como un factor de la ola de violencia que se vive en México. El momento es sensible, ya que coincide, a un poco más de un mes, con el hallazgo del rancho en Izaguirre, en Teuchitlán, donde presuntamente el CJNG secuestraba, torturaba y asesinaba personas.
Los Alegres del Barranco atendieron a un segundo citatorio enviado por las autoridades de Jalisco y acudieron el pasado 18 de abril, después de que omitieran el primer llamado a declarar ocho días antes, a la Fiscalía del Estado para comparecer por la investigación que pesa sobre ellos por presunta apología del delito. De acuerdo con el órgano público del Estado jaliscience, el artículo 142 del Código Penal de esa entidad establece que incitar públicamente a la comisión de un delito o hacer apología de este o de algún vicio puede castigarse hasta con seis meses de prisión.
A raíz de la primera presentación de la agrupación en Guadalajara, el gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, ordenó el veto a cualquier presentación pública relacionada con la Administración estatal que haga apología del delito. La primera autoridad dijo que no se permitirá la inclusión o participación de artistas o grupos que hayan tenido antecedentes de haber exaltado abiertamente una acción criminal o a algún autor de la misma en ningún espectáculo, incluyendo en las tradicionales fiestas de octubre, en Guadalajara. Las autoridades del municipio de Villa Purificación, ubicado al suroeste del Estado, no se han pronunciado sobre el tema.
La polémica trascendió la frontera al país vecino del norte, donde el subsecretario de Estado, Christopher Landau, dio a conocer que se les revocó las visas de turismo y trabajo a la agrupación debido a la glorificación realizada a los mencionados capos. “En la Administración Trump nos tomamos muy en serio la responsabilidad de administrar el acceso a nuestro país. Lo último que necesitamos es poner una alfombra de bienvenida a personas que ensalzan a criminales y terroristas”, escribió Landau en una publicación de su cuenta oficial en X.
La retirada de las visas a Los Alegres del Barranco es el último golpe de la batalla de Estados Unidos contra la apología al narcotráfico y los carteles de droga en la música. En el marco de su nueva política de seguridad, el vecino del norte ha designado a los carteles como organizaciones terroristas y se han convertido en uno de los objetivos prioritarios en la agenda antidrogas del presidente Donald Trump.
Los Alegres del Barranco comenzaron su andadura en 2005 en la ciudad de Culiacán. Algunas de sus canciones más reproducidas son precisamente narcocorridos dedicados a los grandes capos de México: El 701 (que referencia el número alcanzado por El Chapo en la revista Forbes), El encierro de Joaquín o El costal lleno de piedras.
En México la réplica se siente en un puñado de Estados, tales como Nayarit, Guanajuato, Sinaloa, Chihuahua o Quintana Roo, que tomaron medidas similares a las de Jalisco para vetar los conciertos con este tipo de música. Las decisiones políticas han alimentado un debate existente desde hace años sobre los límites de la censura y la libertad de expresión, una discusión que llegó a los golpes el pasado 11 de abril en Texcoco, cuando los asistentes a la Feria del Caballo destrozaron un auditorio después de que el cantante Luis R. Conríquez se negara a interpretar alguna de sus canciones ante la amenaza del Gobierno del Estado de México de perseguir penalmente los narcocorridos.
Grupo Firme también ha dado a conocer que su nuevo trabajo, Evolución, no incluye corridos tumbados. A pesar de que su producción anterior retrata en tono de hazaña la vida de Ovidio Guzmán, el hijo menor del Chapo, o la del fundador del Cartel de Guadalajara, Rafael Caro Quintero, el cantante de la banda, Eduin Caz, se ha distanciado del género y ha aclarado que las canciones que incluyeron anteriormente en su discografía son historias “ficticias”.
Pese a este contexto, El del palenque se mantiene como la canción con mayores reproducciones de Los Alegres del Barranco, con más de 56 millones de escuchas en Spotify. De acuerdo con Billboard, después del concierto en Jalisco, la viralización del tributo al Mencho y la cobertura mediática, el interés de la gente por la letra de la canción aumentó un 232% en todo el mundo. Con esta nueva polémica alrededor de Los Alegres del Barranco y de esta variante de los corridos tumbados, así como la violencia a causa del narco que no da tregua en el país, la última página de esta historia aún no ha sido contada.
(Información: El País)
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