Es chihuahua una de las entidades de mayor peligro para defensores ambientalistas
- Por editora TV
Cdmx.- En 2020 Chihuahua mostró un incremento en el número de ataques a las personas defensoras de derechos humanos ambientales, al registrarse seis agresiones contra tres de 2019, de acuerdo a datos del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA).
Defender los territorios, las selvas, las montañas, los bosques, el agua ha sido motivo para que líderes ambientalistas sean violentados y asesinados en Chihuahua.
La entidad se encuentra entre las de mayor riesgo para los ambientalistas, debido al conficto por el territorio ancestral indígena y la tala ilegal que son el escenario principal del mayor número de ataques.
Pese a que CEMDA, en su informe sobre la situación de las personas defensoras de los derechos humanos ambientales en México, registra a Chihuahua entre las entidades con mayor número de ataques en 2020, junto con Chiapas, Campeche, Estado de México, Guerrero, Veracruz y Ciudad de México, son muchos los casos a lo largo de los años.
El 11 de abril de 2020, el defensor del medio ambiente Juan Zamarripa Torres de 72 años, fue asesinado en su domicilio, ubicado en el poblado de San Juanito, municipio de Bocoyna, en la región rarámuri.
Una de las indagatorias del crimen apunta a que su asesinato se relaciona con que su actividad de defensa del medio ambiente perjudicaba a los grupos criminales que se dedican a la tala clandestina.
El segundo asesinato ocurrido en esa entidad en el 2020, es el del defensor Antonio Montes Enríquez de 43 años, quien se oponía a la tala ilegal y a la construcción de un aeropuerto.
El cuerpo de Antonio fue hallado el 6 de junio en el poblado de Creel. Previo a su asesinato había sufrido otros intentos de homicidio con armas de fuego y a principios del año 2020 quemaron su casa.
Destaca también el asesinato, el 9 de septiembre de 2020, de Yésica Silva, mujer de 36 años que acudió a la toma de la presa La Boquilla, en Delicias. Junto con su esposo, Jaime Torres regresaban a su casa en Meoqui cuando fueron atacados por integrantes de la Guardia Nacional. Ella murió en el lugar y su esposo resultó herido.
Una de las zonas en donde se ha registrado el mayor número de asesinatos de defensores de territorio y ambientales, incluso familias enteras, es Coloradas de la Virgen, en el municipio de Guadalupe y Calvo, lugar conocido como el triángulo dorado.
Esta comunidad cuenta con aproximadamente 850 indígenas rarámuri, población que de acuerdo al censo de la Alianza Sierra Madre, se ha reducido con el paso de los años por las muertes y desplazamientos debido a la violencia. En el censo se establece que tan solo en 2018, 50 personas salieron de Colorada por la presencia del crimen organizado.
En el mismo triángulo dorado se perpetraron los siguientes asesinatos, en el entorno al de Julián Carrillo Martínez, de 54 años, defensor rarámuri de la comunidad Coloradas de la Vírgen, ultimado en octubre de 2018:
En agosto de 2015, asesinaron a Santiago Quiñiones Cruz, cuñado de Julián Carrillo.
En febrero de 2016, Víctor Carrillo, defensor del territorio, demandante en el proceso agrario e hijo de Julián Carrillo, fue masacrado en su casa, un mes después de la publicación de la sentencia agraria favorable a la comunidad.
En abril del mismo año, asesinaron a Eldipio Torres Molina, comisario de la policía comunitaria de Coloradas. En mayo, a los exgobernadores indígenas Valentín Carrillo Palma y Crescencio Molina.
En julio de 2016, mataron a Guadalupe Carrillo Polanco, sobrino de Julián. En el mismo mes, Julián reportó incidentes de vigilancia de un grupo armado afuera de su hogar y amenazas contra su familia presuntamente por la persona con una orden de arresto por el asesinato de su hijo Víctor.
En diciembre del mismo año, prendieron fuego a la casa de Julián en el rancho Guamuchilito.
Enero de 2017, fue asesinado Isidro Baldenegro, líder tarahumara, quien ganó el premio Goldman por sus esfuerzos para proteger los bosques de pino y roble en la Sierra Madre.
En el mismo mes, ejecutaron al defensor de territorio de la Sierra Tarahumara, Juan Ontiveros Ramos. En septiembre mataron a Alberto Quiñones Carrillo, sobrino de Julián.
Diciembre de 2017, un grupo armado amenazó de muerte al gobernador indígena Cruz Moreno y a Julián Carrillo.
Julio de 2018, ultimaron a Francisco Chaparro Carrillo, yerno de Julián. Una persona informó a Julián que había rumores que los hombres que asesinaron a su yerno querían hacerle daño, por lo que se refugió en Sinaloa.
Julián Carrillo, uno de los principales líderes de la comunidad rarámuri y defensor del medio ambiente, luchaba en contra de la tala ilegal, fue ejecutado en octubre de 2018; sujetos lo atacaron con armas de fuego de alto calibre.
Debido a una serie de amenazas que había recibido por su activismo y por el asesinato de muchos de sus familiares, estaba bajo la protección del Mecanismo de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas.
El primero de mayo de 2019, los defensores de la ecología, Otilia Martínez Cruz, de 60 años, y su hijo Gregorio Chaparro Cruz, de 20, fueron asesinados en Coloradas de la Virgen.
Otilia, también conocida como Matilde, era sobrina de Julián Carrillo Martínez, defensor de ambiente y territorio de esa comunidad de la Sierra Tarahumara, asesinado el 24 de octubre de 2018.
Otros asesinatos por la defensa de territorio en Guadalupe y Calvo, en Choréachi, fue el de Jaime Zubias Ceballos y Socorro Ayala Ramos, indígenas rarámuris, 15 de noviembre de 2013.
Irineo Meza Solís, indígena rarámuri de 23 años, quien dio la vida por condiciones más dignas para su comunidad, fue asesinado el 5 de diciembre de 2014, junto con otros líderes indígenas de Choreachi, pueblo con larga lucha jurídica contra la tala clandestina y por el reconocimiento de su territorio.
Fabián Carrillo Cleto, indígena rarámuri fue desplazado de manera forzada de Urique, de sus tierras, de su bosque, en 2014. Hombres armados lo golpearon y le quitaron sus tierras y no tuvo otra opción que huir; sus hijos quedaron regados en diferentes albergues de la Sierra Tarahumara. Murió de una enfermedad lejos de su tierra.
En octubre de 2018, y en febrero de 2016 fueron asesinados Julián Carrillo Martínez y su hijo Víctor Carrillo Carrillo, respectivamente, defensores de las comunidades rarámuri de Coloradas de la Virgen. Protegían su territorio y eran defensores de derechos humanos.
Por coresponsal Consuelo Medina
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