El salario mínimo
- Por José Oswaldo
Por Carlos Jaramillo Vela
El tema del incremento al salario mínimo ha estado en boga durante los recientes días, causando impacto en los círculos políticos, empresariales y financieros del país, pues una parte importante del entramado jurídico y económico depende del conocido instrumento de retribución. El salario mínimo es, como se sabe, un referente o indicador del límite inferior por debajo del cual no debe estar el ingreso diario que perciba una persona por la prestación de un servicio laboral. Asimismo, se supone que con dicha cantidad se deben satisfacer los requerimientos esenciales para el sustento de quien la percibe y su familia. Aunque hipotéticamente tal parámetro debiera garantizar la satisfacción de lo elemental para la vida diaria, la realidad es otra, pues los 67.28 pesos que hoy constituyen el salario mínimo diario para las zonas y ciudades del país catalogadas como “A” o de vida cara –salario de mayor nivel de las dos categorías existentes- no cubre ni la tercera parte de las expectativas para las que fue creado.
Hoy se impone, pues, al parecer como un imperativo inaplazable, la necesaria actualización del salario mínimo, sin embargo, deberá efectuarse con prudencia pues este fundamental indicador monetario de las relaciones laborales forma parte de las variables de la economía, y su estrecha relación con la productividad así como con diversas regulaciones del desempeño económico y financiero del país hacen imprescindible la toma de decisiones inteligentes que eviten la detonación de un proceso inflacionario que ponga en riesgo el crecimiento, la competitividad y la estabilidad macroeconómica de México.
Resulta palpable que con su tasación actual el salario mínimo no tiene la capacidad para cumplir las funciones de estabilización y equidad social que por su naturaleza tiene encomendadas. Es evidente que hoy se está ante un hito o parteaguas cuyo desenlace será la indefectible revisión y revaluación del citado instrumento. La realidad es que ahora no hay persona que acepte trabajar por un salario mínimo, ni tampoco empleador que se constriña a pagar solo esa cantidad a algún empleado suyo. Las condiciones de pérdida del poder adquisitivo en que ha caído el salario mínimo mexicano durante los últimos decenios, a pesar de los incrementos que anualmente se realizan conforme al índice de inflación aportado por el Banco de México, conducen de modo inexorable hacia una obligada reconsideración del referido mecanismo instituido para la justipreciación de la jornada laboral.
Son varias e importantes las voces que en el contexto nacional han abordado el tema del salario mínimo durante los días recientes. Miguel Mancera, Jefe del Gobierno del Distrito Federal ha revelado su interés por impulsar una iniciativa tendiente a lograr el aumento considerable del salario. Asimismo, César Duarte Jáquez, Gobernador del Estado de Chihuahua, ha declarado la firme intención de su gobierno para brindar facilidades fiscales que permitan a los patrones y empresarios beneficiar con un incentivo salarial temporal del 10% de sobresueldo a sus empleados que ganen un sueldo diario menor o igual a 150 pesos. Además, el gobernador Duarte ha exhortado a que el tema del salario mínimo no se aproveche como bandera política, sino como una oportunidad para mejorar las condiciones de vida y educación de las familias. El Partido Acción Nacional también ha propuesto que sea considerada la mencionada actualización salarial. Por su parte, el Gobierno Federal que encabeza el Presidente Enrique Peña Nieto, consciente de la trascendencia del tema así como de la responsabilidad con la que este debe ser tratado, a través del Secretario de Trabajo y Previsión Social, Alfonso Navarrete Prida, ha visto con buen ánimo el asunto, manifestando además la conveniencia de que la discusión sobre el incremento a los salarios mínimos sea pública, seria y responsable, para que en ésta se expresen todos los actores sociales, dentro de los marcos legales e institucionales establecidos para tal efecto en la Constitución, pero considerando, sobre todo, el incremento de la productividad y el compartimiento de los beneficios de dicha medida.
Nadie duda que el tema del salario mínimo ahora forma parte de la agenda nacional, la pregunta es ¿Cuál será el futuro inmediato de este emblemático referente de la retribución laboral?
carlosjaramillovela@yahoo.com.mx
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