Opinión

La fiesta de la Sagrada Familia como extensión de la fiesta de Navidad

  • Por Editor Bal

Por Gustavo Sánchez Prieto

Hoy celebramos la fiesta de aquella Sagrada Familia en la que se distinguen María y José en íntima comunión entre sí y con el Hijo que Dios ha querido confiarles, concebido por obra del Espíritu Santo (Lc 1,26ss).

La Iglesia entera, familia de Dios, y cada familia, y cada uno en lo personal, estamos llamados a imitar sus ejemplos y a confiar en su intercesión.

"Familia, sé lo que eres". Era el grito profético de Juan Pablo II en 1981, en la exhortación apostólica Familiaris consortio. En ella contemplaba las luces y sombras de la familia en aquellos años, afirmando la sexualidad humana y el acto conyugal por el que el varón y la mujer, viviendo lo propio de su sexualidad, según el proyecto de Dios, se hacen "una sola carne" (Gen2), comunión conyugal que es más que un acto biológico o encuentro carnal, sino expresión del misterio de Dios que es amor (FC 11) y por lo mismo, los dispone a la comunicación de la vida, acogiendo el don preciosísimo de los hijos, cuando Dios así lo dispone.

No podemos caer en el pesimismo pero tampoco podemos ser ingenuos e ignorar las pesadas iniciativas que, con la ideología de género, como denuncia el papa Francisco, en Amoris laetitia, desconociendo el verdadero sentido y la realidad de la sexualidad humana dañan la mente y el crecimiento integral de niños y adolescentes, así como desfiguran la identidad del matrimonio, al que no se puede asemejar en ningún sentido la unión homosexual; desfigurando también la maternidad y la paternidad, que no pueden comercializarse o dejarse en manos de laboratorios y clínicas.

No podemos ignorar las graves situaciones sociales, laborales, educativas que inciden directamente en la vida de una familia. Los casos de violencia intrafamiliar, sea a los bebés, a las mujeres, por discriminación o desprecio a las personas por su orientación sexual, etc. La realidad que vivimos es grave y compleja.

No ignoramos los retos. No todos se animan a escucharnos por aquellos tristes casos en que los mismos ministros de la Iglesia lejos de servir a su comunidad, han sido instrumentos del Maligno en contra de niños y jóvenes, de mujeres y familias. También esta realidad la asumimos con humildad, decisión y confianza en el Señor.

La fiesta de la Sagrada Familia, como extensión de la fiesta de Navidad nos llena de alegría y de esperanza, palabra que Juan Pablo II dirigía también a las familias en situaciones irregulares (FC 77yss) y Francisco en Amoris laetitia.

Que nadie se sienta excluido, despreciado, segregado. Tenemos mucho que hacer.

El proyecto diocesano de pastoral de D. Constancio promueve con organizaciones y movimientos diversas iniciativas a favor de la vida, el matrimonio y la familia. Un trabajo que ofrece cada vez más posibilidades.

En la jornada mundial de oración por la paz, el papa Francisco, y considerando la grave situación de violencia que vivimos, urge hacer oración y penitencia. Esta noche en distintas parroquias tienen vigilia de la Adoración Nocturna. En San Judas el próximo viernes tendremos una jornada de adoración y penitencia de 8 am a 5 pm.

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