Policial

Soy asesino serial y mato por gusto: descuartizador a víctima de violación

  • Por Daniela Jiménez

Chihuahua.- Durante la audiencia de vinculación a proceso de Andrés Ulises Castillo Villareal, alias "El Cholo" y también conocido como el descuartizador de la colonia Desarrollo Urbano, se leyó la declaración de un testigo protegido, quien fue violentado sexualmente por el imputado, y en ella testifica dos asesinatos.

El testigo, de quien se desconoce la identidad, declaró ante el Ministerio Público que Andrés Ulises Castillo Villarreal lo violentó sexualmente luego de mostrarle uno de los cuerpos desmembrados que tenía en el baño de su vivienda.

De acuerdo a la versión del testigo, Castillo Villarreal llegó a su vivienda durante la madrugada para pedirle un favor. En la declaración, el afectado asegura que el imputado se encontraba en estado de ebriedad y mostraba agitación. Tras acceder a su petición, Castillo lo llevó a su vivienda y al entrar en ella le dijo que tenía que mostrarle algo que había en el baño.

Tras seguirlo al baño, el testigo declara que vio en la regadera el cuerpo desmembrado de un hombre. El hoy occiso se encontraba partido a la mitad y sin manos.

Luego de enseñarle el cuerpo de su víctima, Castillo Villarreal amenazó al testigo para que le ayudara, bajo el argumento de que si no lo hacía al día siguiente sería él quien estaría sin vida en la regadera. En este momento, el asesino le dijo que él era un asesino serial y que si estaba en libertad era porque nunca había dejado cabos sueltos.

Posteriormente Castillo Villarreal metió el cuerpo en una maleta y se llevó al testigo al arroyo, para que juntos se deshicieran de la víctima. Tras este hecho regresaron a la vivienda del asesino, quien le confesó que era homosexual y que si no quería morir, iba acceder a tener relaciones sexuales con él.

En este lapso, de acuerdo con la declaración del testigo, el descuartizador le dijo que había asesinado a su víctima porque eso le pasaba a quienes "querían mamar y dar topes", y le contó que lo había encontrado en un bar y lo había llevado a su casa para sostener el coito, pero que quiso imponerse y por eso lo mató. 

Luego de contarle ésto, el asesino se quitó la camisa y obligó al testigo a bajarse los pantalones. Apagó la luz y lo violentó sexualmente. Posteriormente, según se relató en la audiencia, Castillo Villarreal le dijo que después del acto tenían que ser inseparables, y que si él notaba distanciamiento, lo tomaría como una traición, situación que se pagaba con sangre.

Tras esto, el imputado le dijo a su víctima que a él le gustaba matar por gusto y que siempre hacía "jales limpios" porque era un asesino serial. 

Luego la víctima se quedó dormido y al despertar, Castillo Villarreal le pidió que limpiara el desastre que había dejado el muerto, por lo que limpió la sangre del suelo de la habitación y del baño, mientras el asesino quemaba la credencial de elector de la víctima, quien se cree es Lorenzo Ernesto Olivas Barrios.

Tras este hecho, el testigo siguió conviviendo con el asesino, bajo la amenaza de que sería desmembrado como el resto de las víctimas.

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