Por Osbaldo Salvador Ang.- Al entrar al aeropuerto de Amman, el escenario cambió y el mundo árabe se mostró ante los ojos de los viajeros.
Mujeres con largas túnicas y el rostro cubierto caminaban con hombres de turbantes, vestidos blancos y finas sandalias.
Nadie se volteaba a ver. Todo mundo traía su celular en la mano, igual que en cualquier país, pero aquí no lo usan para tomar fotos. Solo para hablar.
Un árabe que parecía jeque atravesó el hall del aeropuerto-partió plaza como se dice-, se dirigió al área donde revisan las visas y esperó el semáforo en verde.
Era seguido atrás por una mujer vestida completamente de negro, incluso el rostro tapado por un velo del mismo color, que no dejaba ver absolutamente nada de su cara ni su cuerpo, ni siquiera sus pies.
Una mujer policía se tuvo que acercar a ella, levantar el velo de la cara y compararla con la fotografía del pasaporte. Al ver el parecido, bajó el velo con delicadeza y permitió que pasara.
Pero conmigo no fue igual.
Antes, pasé a una ventanilla a comprar Dinares Jordanos, la moneda oficial del país. Para mi enorme sorpresa, es más caro que el dólar. Por cada Dinar se debía pagar 1.40 de dólar. En pesos, obviamente está peor. En promedio, durante los últimos 30 días, un Dinar ha tenido un valor de 28.09 pesos. El peso mexicano tiene un valor en Dinar de 0.035 centavos. El Dinar original era de oro y fue creado por los musulmanes. Así que cambié unos cuantos -te voy a dar certificado de autenticidad dijo la mujer árabe del mostrador, detrás de una ventanilla de vidrio- y yo accedí.
Pero para esto me dio una sopeada de aquellas. Le sacó copia al pasaporte mexicano, me pidió otra identificación, el número de teléfono celular, la dirección en México y lo pases de abordar.
Además, me tomó una fotografía en un escáner colocado de frente. Me sentí exprimido informativamente. Así deben sentirse los entrevistados cuando son atrapados por la turba de reporteros.
Hice fila para entrar a la ventanilla de migración. Los jordanos son duros. Los árabes son duros. Así que cuando el policía vio mi país de origen, le llamó de inmediato a una compañera.
“México” le dijo y me hizo señas con la cabeza de que la siguiera.
La mujer, vestida con una pañoleta de color blanco, me llevó a una oficina privada y me dijo en ingles que esperara.
Momentos después el hombre que estaba adentro, que parecía ser un superior jerárquico, me empezó a interrogar.
-¿Por qué Jordania? -preguntó a gritos, con cara de enojado.
-Para conocer -respondí.
-¿Vives en Frankfurt? -trató de sorprender.
-No. Solo estuve de paso porque el vuelo tenía escala ahí.
Hizo dos o tres pregunta más. No se veía convencido con la respuestas. Le llamó a la misma mujer de la pañoleta blanca y le dijo: “México”.
Usaban la palabra como si fuera un vocativo. O sea, yo era el México, así como dice Sebastián el escultor que en Cdmx le decían El Chihuahua.
La mujer me llevó a otro privado donde me pidieron otra vez el pasaporte y me sentaron en una silla.
Un agente salía y gritaba el nombre de la gente cuyo pasaporte tenía en la mano.
Al cabo de varios minutos, salió con el mío gritando: “¡México!”. Y ahí va el México para aquí y el México para allá.
Con la cabeza me indicó que le siguiera. Pensé que algo sucedería pero no. Me hizo atravesar la aduana, me llevó a la explanada de la entrada principal del aeropuerto y apuntó con la cabeza la salida.
Me sentí como cuando sueltan una paloma al vuelo.
Tienen un estado de fuerza muy significativo basado en los cuerpos policiacos. Gritan para hablar, dan órdenes para todo y se desesperan si no les contestan rápidos sus preguntas.
Jordania es un reino kachemita. Tiene un gobierno parlamentario pero su monarquía es aún hereditaria. Aunque firmó un tratado de paz con Israel y es una especie de sucursal norteamericana, no deja de ser un país árabe.
Su rey es Abdalá II bin Al Hussein, que desde hace 25 años ostenta la corona después del fallecimiento de su padre el Rey Hussein.
Apenas el lunes pasado estuvo en la Cumbre Extraordinaria Arabe Islámica, que se llevó a cabo en Arabia Saudita, con la representación de Jordania.
Pidió crear un puente humanitario para romper el asedio a Gaza y entregar ayuda emergente a la franja.
El Rey Hussein calificó de fracaso de la comunidad internacional el intento por detener la guerra emprendida por Israel contra Palestina.
Israel quiere desalojar de la franja a todos los palestinos para extender el Estado de Israel a ese territorio. Su territorio pertenecía al imperio otomano y después se convirtió en una colonia inglesa.
Pero los británicos aventaron la papa caliente de la presión sionista a la ONU y éste organismo resolvió en 1948 entregar una parte del territorio a los judíos para dar nacimiento al Estado de Israel.
Este nuevo enfrentamiento, el de hoy, constituye la reacción israelí, bajo la batuta del Primer Ministro Benjamín Netanyahu, por el ataque lanzado el 07 de octubre de 2023 contra bases civiles y militares israelíes a cargo de grupos de Hamás.
Desde entonces, Israel tiene bajo asedio, bajo fuego, a la región de Gaza y mantiene un cerco sobre la franja, cuyo territorio permanece sitiado y que suma al menos 2 mil 400 muertos y 14 mil heridos en números redondos.
Por las escenas de la televisión, se advierte que la gente anda en las calles y de repente le toca la lotería de la muerte al caer una bomba o estallar dinamita en los carros.
Los israelíes y los palestinos se pelean ser hijos de Jehová y, por ende, ocupar la tierra prometida de la que habla la Biblia en El Génesis.
Desde Abraham, el gran símbolo de la obediencia, pasando por Jacob e Isaac, hasta llegar a Moisés en el Éxodo, después de ser liberados del Faraón de Egipto, no han cesado las disputas por la Tierra Santa.
Incluso, existe una polémica sobre el origen de Jesucristo para adjudicarse la nacionalidad judía o palestina. Unos dicen que al nacer accidentalmente en Belém y ser originario de Nazareth, resultaría ser obviamente palestino. Otros aseguran que su ascendencia es totalmente judía y un incluso sus contemporáneos, para burlarse de él, decían que era el rey de los judíos.
Por veintitantos dinares adquirí una slim card en la salida del aeropuerto. El joven del mostrador sacó la original del celular, la pegó con teip en la carcaza, por la parte de adentro, y colocó la nueva, con cien gigas. Me anotó el número telefónico que usaría en Jordania.
Luego compré un boleto para taxi por 24 Dinares y me embarqué en un auto de color amarillo, similar al que usan en New York, con rumbo al hotel Intercontinental.
El chofer no hablaba bien el inglés y yo menos, así que recordé la función de Traducir que tienen los iphone y yo le grababa los mensajes en español, el traductor los doblaba al árabe y viceversa cuando él respondía.
Se parecía mucho al Borat de la película cómica tan famosa. Así que nos fuimos risa y risa sin entender bien lo que decía uno y lo que decía el otro, pero había qué hablar algo.
Sin avisarme me llevó a una tienda de artesanías pero me negué a bajar porque no quería comprar nada. Necesito ir al hotel -le dije. Luego se paró a comprar cerveza pero también le dije que no.
Al final dio tanta vuelta que cuando por fin llegamos al hotel me dijo que eran 25 Dinares más. Le contesté que había pagado el boleto en el aeropuerto y solo encogió los hombros. Así que me dio un vacunadón tremendo.
Aunque no está prohibido el consumo de alcohol en Jordania, es mal visto socialmente. No se diga el consumo de drogas. La gente viste colores serios; los varones usan trajes oscuros con camisas blancas y las mujeres túnicas negras o blancas.
Las féminas que traen pañoletas negras en la cabeza comunican que son casadas o están comprometidas, mientras que las de pañoleta de color blanca son solteras.
Aquí constituye un delito acostarse con una mujer soltera sin importar el sitio o la persona que sea sorprendida. La pena puede alcanzar tres años de prisión.
Las mujeres que visten completamente tapadas de negro, con un velo sobre el rostro, no están obligadas a hacerlo. Sin embargo, esto constituye una decisión personal que revela fidelidad a su pareja y que tiene como objeto no llamar la atención en absoluto de otros hombres.
Tal vez se hallen inspiradas en Ruth, ese maravilloso libro del Antiguo Testamento, en cuya historia esta mujer enviuda pero sigue fiel a su suegra, Noemí, a quien sigue como símbolo de lealtad y sumisión.
Cuando Noemí, en su retorno a Belén, le pide a Ruth regresarse, ésta le responde con una frase que le ha dado la vuelta al mundo: “No trates de hacer que te deje, déjame ir contigo. Donde tú vayas, yo iré, y donde tú vivas, viviré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios”.
Después, Ruth, a los cuarenta años, por consejo de Noemí, se casa con Booz, al que se le calcula la edad de ochenta años, el doble de su cónyuge.
De su descendencia nació David y después Jesucristo.
En los hoteles de Amman se recomienda no hacer ruido, respetar las costumbres locales y no tener relaciones sexuales ni aún con la esposa porque resultan ser ofensivos los gemidos y los movimientos de cama.
Hay que andar con pies de plomo.
Las redes sociales advierten, incluso, que los miembros de la comunidad lésbico gay se abstengan de entrar a territorio jordano y en general a los países árabes porque no son aceptados ni bien vistos.
El hotel Intercontinental está de lujo. Y es grandísimo. Tiene varios salones de eventos, tres restaurantes, un bar de sushi y unos jardínes enormes. Mi habitación está completa. Solo le falta un mini refrigerador pero tiene sofá cama, mesa de trabajo, clóset y televisor.
Los canales de Al Jazeera, CNC, BBC Arabic, Sky News Arabics y otros, hablan todo el día y toda la noche de la guerra entre Israel y Palestina. Las imágenes de cada día son crueles y tratan de explosiones de bombas, ataques terroristas con dinamita y tiroteos entre las fracciones principalmente en la Franja de Gaza.
En la ciudad de Amman se publican The Jordan Times y Jordania News, ambos en inglés. El primero constituye una austera edición de ocho páginas full color, con secciones de deportes, Negocios, Vida, Mundo y Jordania. No hay sociales ni policiaca.
En la edición de hoy, por ejemplo, la foto del Rey Hussein aparece tres veces en la portada.
Aunque google diga que solamente no hay coca cola en Cuba, Corea del Norte y Rusia, no he encontrado una sola en Amman.
En Cuba producen la Cuba Cola con azúcar de caña que es más dulce que ningún otro refresco. Ni en los restaurantes del Hotel ni en las tienditas de la calle ni en los mini marquets. Incluído el Cinco de Mayo, el libanés y el Persa; del restaurante mexicano, le pregunté a un mesero que si sabía algo de esa Batalla y me respondió que no.
Cuando le comenté que había sido contra los franceses, enarcó las cejas, como si se imaginara a los mexicanos en calidad de héroes.
Me imagino que pronto, de seguir así las cosas en nuestro país, La Sheinbaum, anunciará la creación de la Mexa-Cola, Colamex o la Cola del Bienestar para alcanzar la burbujeante felicidad completa en nuestro país.
Necesita cosas como ésas para acentuar su bizarro nacionalismo y desprenderse de la percepción con que inició su gobierno.
Fue triste ver cómo en la llamada telefónica con Donald Trump, el reelecto Presidente de los Estados Unidos, la propia Sheinbaum hizo honor al mote de La Presirvienta que le ha endilgado la oposición.
Trump la usó de recadera al decirle que le saludara a López Obrador.
Fue duro y pleno de mensajes ese saludo, que al parecer no entendió la primera mujer en gobernar el país, puesto que le reprodujo públicamente. Tampoco parece haber comprendido el comunicado sobre los pendientes que tienen como es el tema de la frontera y todo lo que éste abarca.
Pero, bueno.
Mientras escuchaba hablar a los árabes me preguntaba cómo es que pueden hilar tanta letra consonante sin apoyarse en vocales.
Sus expresiones nos suenan ininteligibles por este motivo, pues el español articula sus vocablos con descansos sobre vocales que construyen palabras más fáciles de escribir y pronunciar.
Las vocales son como torres que fungen para sostener el puente de las consonantes y evitar que éstas caigan al vacío lingüístico.
Después de oír y oír, una y otra vez, la forma en que hablan, me cayó el veinte de que las vocales se anidan, nacen, se forman en el lago al fondo de la gruta de la garganta.
El sonido de las consonantes, por el contrario, se desarrolla en la nariz, los labios y los dientes, donde toman y elevan sus caprichosas formas para surgir las estereotipadas figuras de esas letras.
El caso es que de repente descubrí que los iphone tienen esa maravillosa función de traducir.
Basta ir al buscador del teléfono y escribir la palabra “traducir” para que nos envíe a la aplicación, como fue escrito párrafos anteriores. Se descarga el idioma de origen y el de destino y entonces el mundo se vuelve más accesible.
De ahí en adelante, cuando quiero preguntar algo, les digo “uno momento”, luego grabo en español, activo el sonido de la traducción en inglés o en árabe y todos en sintonía.
Luego, en el retorno de la grabación, activo como idioma de origen el árabe o el inglés y el español como idioma destino y ellos me contestan de inmediato.
Me propuse como objetivo, al día siguiente, buscar la Embajada de México en Jordania, así como la casa del Embajador. Fue grande mi sorpresa al encontrar estos inmuebles y la gente que los habita. Pero eso será narrado en la próxima crónica.
Mientras tanto, me fui al restaurante Soba, que tiene la especialidad en la comida libanesa y pedí un Kibbeh Nayeh, acompañado de un Fattoush y un Mousabbahet Hummous que envidiaría el mismísimo Kámel Athié con toda su sapiencia culinaria.
El político chihuahuense de origen libanés presume de elaborar estos platillos e invita a degustarlos pero lamentablemente no fija las fechas y eso hace imposible verificar que sean ciertos sus asertos.
Assalam Alaikum, estimado Kámel.