Corral es la antítesis de Peña Nieto: mientras éste no pudo recordar tres libros que hubiera leído, aquél ha leído muchos –según él- pero ninguno la ha dejado nada. Por eso la expresión más suave que le dejaron por ahí en las redes sociales fue la de llamarle traidor. No alcanzaría el espacio para reproducir los calificativos que le endilgaron los cibernautas, la verdad de las cosas, así que con eso bastaría para ilustrar el tema. La Corraleja salió con que Leonardo Panduro es uno de sus escritores favoritos, pero jamás, en sus múltiples choros escritos o hablados, le había mencionado. Es el clásico snob que presume lo que carece y que se siente intelectual en sus prolongados momentos de fracaso político. Ahora tratará de volverse empático con esa clase de la Ciudad de México y se tirará al piso por las causas sociales del centro del país. Es decir, le aflorará su otro yo, el del opositor y defensor de las demandas ciudadanas, ésas que despreció acá cuando fue Gobernador del Estado, para la desfortuna de todos, y que echó al cesto de la basura entre los palos de golf y las botellas de cerveza de la carta blanca.
Como Marco anda en campaña
le señalo una cuestión:
puente sobre Nueva España
empeoró circulación...
POR ARRIBA VAS MUY PADRE
Y POR ABAJO EL DESMADRE.
![[¿Qué desarmaron sicarios a ministeriales en hospital de Parral?]](/__export/sites/laopcion/img/2024/05/08/7xHk12eP6yavWoUA.jpeg?v=3)
[¿Qué desarmaron sicarios a ministeriales en hospital de Parral?]
Andan diciendo que el un grupo de sicarios que tomó por asalto un hospital de Parral, el pasado domingo, sometió y desarmo a varios policías de la Fiscalía General del Estado que estaban en el nosocomio.
Comentan que los malandros se llevaron las armas de los investigadores, quienes no tuvieron de otra más que obedecer lo que les ordenaron los chicos malos.
Dicen que esto ocurrió cuando los malandrines fueron al hospital a rematar a Micaela S., de 52 años de edad, quien había quedado herida en el ataque a balazos que sufrió junto con cinco integrantes de su familia, cuatro de los cuales lamentablemente fallecieron.
Cuando los malandros entraron a terminar con el trabajo, dicen que Micaela ya no estaba en el hospital, supuestamente los policías de la fiscalía la habían sacado por seguridad y la trasladaron a otra ciudad.
Al no hallarla, los sicarios fueron a su casa en la comunidad llamada Santa Rosa y descargaron sus potentes armas, entraron a la vivienda, pero nuevamente no la encontraron.
Parece que la señora Micaela ahora está bajo protección de la policía, en algún lugar lejano de Parral, donde posiblemente ya proporcionó información de quienes fueron los que casi exterminan a su familia.
Volviendo al tema de las armas que les quitaron a los policías, no se sabe cuántas y de que tipo fueron, pero dicen que sí ocurrió el hecho.
Foto ilustrativa
- Por Federico Guevara
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