Opinión

Un chicharrón y un plato de caldo

  • Por editorap3

Por Carlos Gallegos.- Dos escenarios del viejo Delicias, del Delicias del sol, el calor, el aire y 
el frío, del Delicias de todos.

En uno, de 1958, de la colección Márquez Lizalde, tres carromatos de redilas, dos con llantas de aro y jalados por mulas, y uno más moderno, ya con llantas de hule y tirado por un tractor, esperan turno para descargar algodón en Industrias Unidas del Norte, sobre avenida 6a Norte.

En la báscula, en lo que marcara la balanza, no pocas veces truqueada, descansaba la esperanza del labriego luego de una temporada de duro trabajo.

Luego, ya con los capullos convertidos en pacas, venía el susirio de saber el precio del producto tan afanosamente conquistado.

El pendiente del éxito o fracaso continuaría hasta saber si el cheque recibido era bueno o de hule, si el comprador había obrado de buena o mala leche, si el coyote de dos patas sería el beneficiario del esfuerzo en la siembra de la parcela, en el surco ardiente, en el riego a la hora en que soltaran el agua, en el desaije y la pizca.  

La otra foto, tomada en la Colonia Terrazas en 1962 y guardada en el álbum de Pancho Gamboa, tres chamaquitas y su mamá les dan comida a dos cerdos  y dos gallinas, una blanca y otra búlica.

De la noria del patio casero sacarían el agua para mitigar la sed y también para el baño rigurosamente programado para el sábado en la tarde, fuera o no necesario.

Los inocentes animales cómo iban a saber que el ciclo de la vida los devoraría y que a los dos o tres meses de cebarlos serían  chicharrones de cuero y pella,  sabrosa manteca, carnitas y morcillas, caldo grueso y nutritivo,  rabadillas y alitas de las que no quedarían ni los huesitos.

Váyase un instante al  mundo aquél, rural y natural, sin los artificios y complejidades del actual.

Si por ventura obra el milagro y allá se queda, le encargo un chicharrón sin pelos y un plato de caldillo bien caliente con gotitas de infundia al alcance de la cuchara.
No le hace que sea cuaresma: bien se dice que primero es comer que ser cristiano.
Hay perdonarán la herejía, (Sic).