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10 errores que los jóvenes mexicanos cometen con su dinero

Cuando somos jóvenes lo que de verdad importa es el momento Bukowski: estar con los amigos y sentir en tus manos la emoción de manejar tu propio dinero en lo que más quieres, en aquello...
  • Por Cynthia
10 errores que los jóvenes mexicanos cometen con su dinero

Cuando somos jóvenes lo que de verdad importa es el momento Bukowski: estar con los amigos y sentir en tus manos la emoción de manejar tu propio dinero en lo que más quieres, en aquello que ya no requiere un permiso o una solicitud aunque eso signifique la ruina; por eso, cuando el primer empleo llega y con él la euforia del primer pago –además de sus subsecuentes, claro está– ¿quién le dice que no a una aventura de carretera al más puro estilo Kerouac? ¿Quién se detiene a pensar en una venta nocturna de tiendas departamentales? Absolutamente nadie. Eso no interesa ni es un tema que nos quite el sueño; sin embargo, en México debería causarnos un poco más de escozor ese asunto cuando somos ese híbrido de adulto y adolescente que está más confundido que un Paul Dano en “Little Miss Sunshine”.

De acuerdo con estudios realizados por la UNAM, tomando a hombres y mujeres de entre 15 y 29 años, se ha corroborado algo que no era un gran misterio, pero que en cifras resulta devastador tanto para el país como para nuestro actuar social en éste: los jóvenes no tenemos una cultura financiera sólida y vivimos al día. Ya sea por desinterés, desconocimiento o ninguna otra alternativa, las personas que nos encontramos en este rango de edades no pensamos a fondo en cómo se deben llevar las cuentas de un ingreso económico y nuestras relaciones con el banco; bien puede darse así porque recién nos graduamos de la universidad o porque nunca pusimos atención en lo que estábamos haciendo en nuestra carrera laboral, pero el desenlace es el mismo: una mala administración que conlleva el uso extremo del efectivo o una relación complicada con los sistemas bancarios. 

Ser arriesgados, impulsivos e intempestivos es natural. De hecho, es recomendable. No obstante, actuar con desmedida en México, como característica de las personas recién independizadas en materia de dinero, puede implicar algunos tropiezos y posteriores riesgos. ¿Como cuáles?

Malinterpretar los plásticos 

Las tarjetas de crédito parecen de juguete, pero no lo son. Una mala mezcla de disposiciones en efectivo, pagos mínimos, pagos tardíos y demás historias de terror, puede ser la bienvenida a un infierno muy, pero muy largo. 

No consumir en descuentos 

Y no hablamos de promociones en tiendas, sino de precios especiales y programas que se tienen por todo el país para gente joven. Desde eventos culturales hasta tarifas de transporte, no estamos acostumbrados a preguntar o exigir por estos. 

Asumir rentas impagables 

Vivir en ciertas colonias es hermoso, sobre todo si hablamos de los barrios de moda o que están cerca de nuestros centros de trabajo. Pero no es la opción si sus cuotas exigen un esfuerzo sobrehumano y una adopción de estilo de vida que simplemente es inasequible. 

No establecer presupuestos 

Es muy común que no contemos el dinero que llega a nuestra cuenta bancaria o al bolsillo. Esto, en vez de ser benéfico, nos vuelve ciegos ante los gastos que podemos tener en un mes y las permisividades que nos podemos dar durante la quincena.

No tener un fondo de emergencias Nunca sabes cuándo vas a necesitar un arreglo para tu automóvil, una visita al dentista, una cara visita al médico y otras cosas verdaderamente temibles. Así que no podemos tomar esto tan a la ligera y no contar con una alcancía o fondo en el banco para ello. 

Adoptar hábitos hormiga Es decir, todas esas visitas inofensivas a la cafetería, cajetillas de cigarros al por mayor, una que otra cerveza en jueves y taxis a la menor provocación, suman una fuerte cantidad al mes que bien podría convertirse en algo de mayor provecho con el tiempo.

Aceptar tarifas sin sentido Como aquellas que te cobran en los cajeros ATM que no son del banco en que tenemos cuenta, los cobros extra que algunos restaurantes imponen si se paga con plástico, cifras generadas en el plan de telefonía por estar horas en Facebook, etcétera. Total; el pensamiento imperante es “No pasa nada, puedo pagarlo”. Pero perdemos de vista que éstas son fugas innecesarias de dinero.

Caer en las trampas de la domicialización 

Es muy tentador pensar que nunca jamás tendremos que estar al pendiente de pagar un servicio si direccionamos el cobro a una tarjeta; sin embargo, ligando esto al punto que trata un desconocimiento en presupuestos, se puede convertir en un evento caótico de retenciones o autodesfalcos. Mejor seamos atentos y compremos un calendario. 

Compartir gastos 

Nos hemos enamorado, sí. Pero eso no es pretexto para abrir una cuenta con la pareja o darle libre acceso a nuestro manejo crediticio. Las relaciones cambian y los estatus laborales también; mezclados son el infierno y no queremos que nada salga mal, ¿cierto? Entonces nada más fácil como mantener finanzas separadas el mayor tiempo posible. 

No planear para el futuro 

¿Hemos pensado en una casa, un posgrado, un viaje a lo largo del mundo o un proyecto de empresa? Si no, estamos haciendo algo mal una vez más; vislumbrar el futuro no es algo de ancianos ni es una exageración. El tiempo no es totalmente nuestro, así que hay que aprovecharlo, disfrutarlo, pero también plantearlo en un plan de inversión y seguridad para lo que se quiere alcanzar. 

En México –atendiendo a la sinceridad– no tenemos una gran cultura de las finanzas y pocas veces nos sentimos realmente involucrados con la perspectiva económica del país; sólo sabemos que las cosas siguen su propio curso, a veces subiendo, a veces bajando, pero nunca lo suficientemente trepidantes como para mover nuestras rutas de ansiedad freudiana. 

No obstante, la responsabilidad cae medianamente en nosotros y clama por un mayor compromiso con nuestro propio destino; no significado esto un deslinde de obligaciones para las instituciones bancarias o el mismo Estado en cuanto a educación financiera respecta. Pero, ¿cómo actuar conjuntamente para no adquirir deudas interminables, pero tampoco ser forzados a un sistema que no conocemos? 

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