Opinión

Dosier político

  • Por Cynthia
Dosier político

POR CARLOS JARAMILLO VELA

 

Entrevista Corral-Peña Nieto: las reglas del juego.

Raúl Grajeda: el dedo en la llaga.

La Fiscalía General del Estado: ¿para Lucha Castro?

Barrio: una salida anunciada.

Laura Domínguez: ¿la primera alcaldesa de Juárez?

El mote de politburó: producto de una absurda resistencia.

Hillary Clinton: afrenta al orgullo estadounidense.

 

Evidentemente, por lo referido en las columnas políticas, así como en virtud de las características del Gobernador electo de Chihuahua, el panista Javier Corral, su entrevista con el Presidente de la República, el priísta Enrique Peña Nieto, no sólo sirvió como punto de arranque de una nueva etapa en la vida de ambos, sino también como cónclave definitorio de las reglas bajo las cuales ambos políticos jugarán de aquí al 2018, cuando termine la gestión del actual titular del poder ejecutivo federal, y el país viva una sucesión presidencial inédita, por varios motivos. Corral y Peña, con sus respectivos estilos, convicciones políticas e investiduras públicas, se dijeron lo que se tuvieron que decir y se escucharon y trataron uno al otro en el modo que debieron hacerlo, con el cuidado de las formas y la diplomacia acostumbradas. La reunión era casi tema obligado, pues independientemente de lo que entre ambos personajes haya ocurrido en el pasado, y mucho más allá de su diversidad de orígenes e intereses partidistas, a partir del 4 de octubre la relación entre ambos se desenvolverá por un único y principal camino: el de la institucionalidad.

 

La próxima visita a Chihuahua capital por parte del deliciense y ex fundador de CIPOL Raúl Grajeda, pondrá sin duda el dedo en la llaga, al tocar los temas de crimen y delincuencia organizada, que por lo visto han empezado a ser otra vez un dolor de cabeza para nuestra entidad. Hoy, el tráfico y consumo de drogas, así como los demás actos ilícitos que las organizaciones delictivas despliegan en torno a estos, constituyen un factor que afecta en modo grave al orden y la armonía familiar y social, pues se encuentran directa o indirectamente vinculados con la descomposición y pérdida de valores que ha lastimado profundamente los cimientos de la sociedad. El resurgimiento de la inseguridad y el temor no son mera especulación, pues corren versiones que señalan la reciente realización de varios intentos de extorsión contra algunos comerciantes y empresarios de la ciudad de Chihuahua, lo cual tal vez haga necesario el regreso de los operativos de patrullaje encabezados por el Ejército y la Policía Federal en las calles de las principales ciudades del estado. Definitivo, Raúl Grajeda puso el dedo en la llaga de una herida que, pese a los indiscutibles avances logrados, al parecer aún no sana.

 

Todo parece indicar que Javier Corral, en su pago de facturas hacia los connotados personajes de izquierda que en forma leal coadyuvaron con él tanto en su campaña a la gubernatura como en los albores del nacimiento de la asociación civil denominada Unión Ciudadana, considera seriamente la posibilidad de colocar como Fiscal General del Estado a la conocida litigante penalista y luchadora social Lucha Castro. Es evidente que el perfil suena interesante, y pese al conservadurismo puritano que pudiera mover a algunos sectores del PAN para oponerse a la revolucionaria y liberal manera de gobernar que caracterizará a Corral, éste tendría suficientes argumentos no solo facultativos, sino racionales, para convencer a propios y extraños de la viabilidad de su propuesta. La moneda está en el aire, por el momento sólo el Gobernador electo y la abogada saben con certeza las probabilidades de que esta última asuma la delicada y demandante función ministerial para la que se le menciona.

 

Pese a las especulaciones que luego suelen darse en los medios periodísticos sobre casos como el retiro del exgobernador Francisco Barrio, del equipo de transición de Javier Corral, la verdad es que todo indica que la salida de Barrio obedece a cuestiones familiares y no a causas políticas. Desde el comienzo de la etapa de transición estaba anunciada la despedida temporal de Barrio, según lo ha reconocido el mismo Corral, pues el acuerdo entre ambos era llegar juntos hasta el 10 de septiembre, debido a un compromiso personal que el exmandatario chihuahuense asumió para hacer un viaje de familia con uno de sus hijos. Desde luego que tal separación será sólo por un breve tiempo, pues no está en los planes del Gobernador electo poner fin a su relación con quien siempre ha sido visto públicamente como su padrino y guía político, y tampoco se cree que Barrio piense abandonar a su pupilo. El trato entre ambos apunta hacia la incorporación de Barrio como asesor de Corral, pues al parecer éste ha recibido del exgobernador razones convincentes -por prudencia- para no incluirlo dentro del gabinete. Así pues, no tiene nada de sorprendente el receso de Barrio en el equipo de Corral.

 

Quien al parecer está decida a buscar la presidencia Municipal de Juárez es la diputada local fronteriza, Laura Domínguez, oriunda de aquellos lares y militante del Partido Revolucionario Institucional desde sus mocedades -incluso desde antes de que Óscar Villalobos Chávez comandara la nave tricolor allá por los años 1995 a 1998, cuando la ahora legisladora formara parte del Comité Directivo Estatal presidido por el deliciense-. Juárez está de moda, y no sólo por la muerte de Juan Gabriel -con quien además Laura trabó amistad-, sino además por los desenlaces políticos ocurridos tanto a favor de Arnoldo Cabada, primer candidato independiente electo para gobernar aquella urbe, como del Gobernador electo, Javier Corral, que también es hijo de la frontera. Algo que Laura Domínguez tampoco ignora es el auge del empoderamiento político femenino que ha traído consigo el nuevo régimen jurídico en materia electoral, al hacer una realidad la equidad de género, mediante el acceso igualitario de las mujeres respecto a los hombres, a todas las candidaturas a puestos de elección popular. Por eso, y porque la actual Presidenta del Congreso vio cómo su compañera de legislatura, “Maru” Campos, logró convertirse en la primer Presidenta Municipal de la capital del Estado de Chihuahua, ha dado muestras de estar empezando a trabajar en su proyecto, quizá pensando ¿quién dice que no se puede?

 

Algunos de los grupos del Partido Acción Nacional que aún se oponen a las decisiones y designios que en ejercicio de sus facultades personales y como Gobernador electo está tomando Javier Corral, no comprenden que ningún sentido tiene para ellos continuar atizando una hoguera cuyo fuego ellos mismos encendieron. Los panistas que se empecinan en denostar a Corral y su cercano círculo de colaboradores con el despectivo mote de Politburó –término relativo al Comité Central del Partido Comunista de la extinta Unión Soviética-, lejos de contribuir a armonizar las relaciones entre el senador con licencia y sus detractores, hace tensa la relación de Corral con sus correligionarios panistas situados en posiciones radicales de ultraderecha. No obstante el anuncio de inclusión y apertura mediante el cual Corral ha dicho que en su equipo de Gobierno tendrán prioridad los militantes panistas, muchos de ellos parecen no entender la claridad del mensaje, o, al menos, dan la impresión de arrastrar una enorme intolerancia hacia los nexos y afinidades que el ahora Gobernador electo ha venido sosteniendo desde años atrás con luchadores sociales, líderes, activistas e intelectuales de izquierda, como Lucha Castro, Alma Gómez, Gabino Gómez, Víctor Quintana, Jaime García Chávez e incluso Blanca Gámez-del PAN-, cuya presencia protagónica dentro del círculo inmediato del equipo de transición gubernamental conformado por Corral obedece, más que a la concordancia de éste con algunos de los postulados ideológicos de sus amigos, a la gratitud que les guarda por el leal respaldo que -a diferencia de no pocos militantes albiazules- le brindaron a su proyecto personal, no sólo durante su reciente candidatura, sino desde mucho tiempo antes de ser postulado al Gobierno del Estado de Chihuahua. Así las cosas, la gratitud de Corral hacia sus fieles impulsores, y la apertura mostrada hacia sus compañeros de partido, no sólo hablan bien de él, sino que revelan su apego a elementales principios de carácter ético y político; mientras que el fuego amigo desatado en su contra desde las entrañas del panismo, enseña una mezquindad política y espiritual propias de un conservadurismo radical extemporáneo y obsoleto que resulta incongruente con las tendencias filosóficas y políticas del presente siglo XXI.

 

Uno de los hechos que ha llamado la atención en los círculos políticos y periodísticos a nivel internacional es el padecimiento de salud –neumonía- que afecta a Hillary Clinton, la candidata demócrata a la Presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica. No podría haber nada menos inoportuno e inconveniente que esto para los seguidores del Partido Demócrata, pues debido a la intolerancia que los orgullosos ciudadanos de la nación más poderosa del mundo tienen respecto a cualquier muestra de fragilidad –física, moral o intelectual- en sus políticos o autoridades, es previsible que el deterioro de salud de la ex primera dama norteamericana disminuye su aceptación entre el electorado, y con ello sus posibilidades de llegar a la Casa Blanca. Para México tampoco es una buena noticia el estado físico de Clinton, ya que el eventual triunfo electoral del candidato republicano, Donald Trump, quien ha manifestado en forma clara sus posturas xenofóbicas, y en especial su desafecto hacia México, marcaría el inicio de una accidentada etapa en las relaciones diplomáticas entre nuestro país y la potencia mundial. Sin duda, la endeble salud de Clinton lastima al orgullo estadounidense, pone en riesgo su campaña política, y preocupa al Estado Mexicano.

[email protected]