Opinión

La protesta de Javier Corral

  • Por Cynthia
La protesta de Javier Corral

POR CARLOS JARAMILLO VELA

Hubo un sinnúmero de aspectos interesantes durante la sesión solemne del Congreso del Estado de Chihuahua, en la que se tomó protesta al licenciado Javier Corral Jurado, como el 89º Gobernador Constitucional del Estado de Chihuahua. Al inicio del evento, cuando apareció Corral frente al auditorio, por un brevísimo instante algo que muy pocas personas pudieron percibir en su semblante -y en sus ojos, ligeramente empañados por lo que parecían ser menudas lágrimas- fue una profunda emoción, que afloró en él después de saludar con un efusivo abrazo al Magistrado Gabriel Sepúlveda Reyes, Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado; a la Diputada Blanca Gámez Gutiérrez -en quien sí fue evidente la emoción-, Presidenta del Congreso del Estado; y a Pedro Joaquín Coldwell, Secretario de Energía y Representante del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto. La emotividad de Javier Corral estaba más que justificada, pues luego de años de lucha política veía cumplido un sueño largamente acariciado: ser Gobernador de su Estado.

Mención especial merece el trato afable que el Gobernador Javier Corral dispensó a Pedro Joaquín Coldwell, representante presidencial y ex dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional, pues al referirse al alto funcionario tricolor no sólo le dio una cálida bienvenida a Chihuahua agradeciéndole su significativa presencia mediante una breve apología de su inteligencia, experiencia y buen talante, sino que además lo calificó como gran amigo.

Entre otros detalles notables del evento destacaron, sin duda, la presencia de importantes personajes de talla nacional como Roberto Gil Zuarth, Presidente del Senado; Javier Bolaños, Presidente de la Cámara de Diputados; Ricardo Anaya, Presidente Nacional del PAN; Dante Delgado, Presidente del Partido Movimiento Ciudadano; Luis Carlos Obregón, Presidente del PANAL; los gobernadores de los estados de Tamaulipas, Baja California Sur, Aguascalientes, Guanajuato, Distrito Federal, Veracruz, Sinaloa y Colima; así como Ricardo Rocha –periodista-, Diego Fernández de Cevallos, Margarita Zavala de Calderón, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Santiago Creel Miranda y Josefina Vázquez Mota. Por supuesto, los representantes locales del clero, así como de una buena parte de la clase política, y de los sectores empresarial, público, educativo y social, también estuvieron presentes en la protocolaria ceremonia.

Asimismo, fueron patentes la vehemencia y convicción con las que Javier Corral pronunció su discurso. Quienes debido a la atenta invitación telefónica y formal que nos hizo la oficina de relaciones públicas del ahora Gobernador en funciones, tuvimos la oportunidad de asistir a dicho evento, vimos cómo en varias ocasiones el público asistente se levantó eufórico de sus asientos para aplaudir algunas de las proclamas expresadas por el hoy primer mandatario de Chihuahua.

Es justo reconocer que aunque el del Gobernador Corral no fue el más terso discurso político de la historia -fustigó a la administración de su antecesor el exgobernador César Duarte-, sí tuvo una calidad y originalidad extraordinarias, que reflejaron en modo fiel el temperamento, perfil ideológico y formación intelectual de su autor. A nadie le causó extrañeza el estilo claridoso, e incluso incisivo -habituales en él-, con los que el Gobernador entrante pronunció su amplia disertación –con duración de más de una hora-, cargada de sentenciosas frases que algunas veces se asemejaban a una especie de prosa poética, y otras -la mayoría-, dejaban ver su alta retórica, sin embargo todas fueron muestras de su filosofía política. No obstante el hecho de que no existen dudas respecto a la auténtica voluntad y capacidad que anima al nuevo mandatario para hacer un buen ejercicio de gobierno, tampoco debe perderse de vista su natural talento para la oratoria: Javier Corral es un tribuno nato. Por ello, su magnífico discurso -meticulosamente ideado y redactado-, pleno de enfáticas expresiones y sinceras propuestas de gobierno, al ser elocuentemente pronunciado frente a 10 mil ciudadanos -quienes junto con el resto de los chihuahuenses fuimos testigos del candente ambiente psicosocial que se generó en la entidad durante cuatro largos meses de transición gubernamental-, demostró ser la especial pieza oratoria de buena hechura y mejor pronunciación con la que Corral quiso finalizar esa etapa transicional e iniciar su mandato de gobierno, del modo en que él tal vez lo deseó: en una forma casi apoteósica.

Entre las frases que conformaron el mensaje inicial del Gobernador Corral, se hallan las siguientes: “Las mejores armas son los valores del alma, ni tenemos otras ni las hay mejores”; “Vamos a rescatar el sentido de la política, como la noble oportunidad de servir a los demás”; “Llego sin compromisos oprobiosos o infames que me impidan gobernar”; “A los empresarios les digo que no seré gestor de prebendas, sino facilitador del florecimiento de sus inversiones”; “A los partidos los llamo a construir una amplia e incluyente coalición por Chihuahua, aquí todos caben en la medida de sus valores, no de sus colores”; “Instauremos juntos una nueva forma de hacer política, no permitamos que la mezquindad atrape la voluntad y el espíritu de servicio que debemos tener para servir a los demás”; “Es la hora de la solidaridad de los que más tienen, pueden y saben, con los que no saben, no pueden y nada tienen”.

Una nueva etapa en la historia de Chihuahua ha comenzado. Los ciudadanos comprometidos con la legalidad, la democracia y las nobles causas que tienden a procurar la armonía social, el bienestar y el progreso de las mujeres y los hombres de nuestra tierra, le deseamos éxito en su gestión gubernamental al licenciado Javier Corral Jurado. Contribuyamos todos al logro de nuestro objetivo común, que es Chihuahua.   

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