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Que tiene Fidel, que los americanos no pueden con él 

  • Por Cynthia
Que tiene Fidel, que los americanos no pueden con él 

 

Fidel, Fidel,  Fidel

El día que tenía que llegar, llegó.

Sobrará quién se ocupe de glorificarlo o de denostarlo, Dios o Demonio.

Para mi siempre será el COMANDANTE, producto de un pueblo que nunca se rindió

No me siento triste, mucho menos contento.

Es la vida.

La noche del viernes 25 de Noviembre de 2016, se apagó la vida de uno de los hombres que desde mi adolescencia siempre estuvo presente en mi pensamiento, formación y discusiones cotidianas.

Siento ganas de plasmar quien fue FIDEL para mí. No quiero ocuparme quién fue para la Historia, ni para el mundo, ni para América Latina, ni cuáles serán sus saldos de su vida política y personal.

Días antes de la entrada triunfal de los militantes del movimiento 26 de Julio a la Habana, yo había cumplido 13 años.

Sabía de FIDEL y la situación en CUBA, porque uno de mis tíos era adicto a escuchar en las noches la onda corta de la radio.

Así recuerdo haberme enterado de la existencia de la guerrilla en CUBA, en especial tengo en la memoria cuando se dio la batalla de Santa Clara.

A esa edad terminaba primaria y no tenia herramientas para entender cabalmente que sucedía en una isla que estaba quién sabe dónde.

Me enteré que llegaron a la Habana unos jóvenes barbones y que un dictador de nombre muy feo, Fulgencio, había huido.

Después todo era fiesta, nombres que nunca había oído se hicieron pan de cada día.

Camilo Cienfuegos, Huber Matos, Raúl Castro, Ché Guevara y FIDEL.

En Septiembre de 1960. Ingresé a secundaria en la Escuela Normal del Estado y ahí cambió mi vida.

No se precisar fechas, ni me interesa.

Visitó una delegación de cubanos los Estados Unidos, parecía que no habría problemas entre este país y Cuba.

Se vinieron los primeros grandes cambios sociales en Cuba y surgieron las diferencias con USA.

Reforma Agraria, alfabetización masiva, expropiaciones de todo tipo.etc.

Con estos hechos y la información casi diaria recibida en la Escuela Normal mi vida cambió

Todas las noches, hasta que el sueño me vencía, no me despegaba de la radio.