Opinión

La columna

  • Por Cynthia
La columna

Por Carlos Jaramillo Vela

El PRI: dispuesto a volver con todo por sus fueros.

El PAN: tratando de allegarse municiones.

Por fin reaccionó de su aparente letargo en Chihuahua el Partido Revolucionario Institucional, cuya parsimonia había dado mucho qué pensar a los que poco le conocen. Muy activo estará en los días y meses siguientes el tricolor, pues no sólo se halla en puerta la inminente designación del sucesor de Guillermo Dowell en la dirigencia estatal, sino también están prácticamente en la antesala las definiciones de candidaturas a senadores, diputados federales y locales, alcaldes, síndicos y regidores, para el año 2018. En los recientes días trascendieron tres importantes encuentros que revelan la ebullición que ya empieza a gestarse en el partido fundado por Plutarco Elías Calles.

Uno de ellos fue la reunión sostenida en la capital del estado entre Óscar Villalobos y Guillermo Márquez, dos experimentados actores políticos que además de ser exalcaldes, ex diputados federales y exdirigentes estatales de ese partido, son figuras prominentes del equipo político del exgobernador Reyes Baeza. Otro encuentro que tampoco pudo pasar desapercibido fue la reunión cupular que en el CEN del PRI sostuvo Enrique Ochoa Reza, líder nacional del ejército priísta, con Guillermo Dowell y los senadores Patricio Martínez, Graciela Ortiz y Lilia Merodio, así como con los diputados federales coordinados por Fernando Uriarte, y los locales bajo la guía de Karina Velázquez, a fin de anunciarles el nombramiento del ex gobernador de Colima, Fernando Moreno Peña, como nuevo Delegado del CEN para Chihuahua.

Y para cerrar con broche de oro, los exgobernadores Fernando Baeza Meléndez y José Reyes Baeza Terrazas, encabezaron en Delicias una emblemática reunión con importantes figuras priístas de ese municipio, acompañados por Óscar Villalobos y Guillermo Márquez, entre otros notables personajes. Es evidente el significativo mensaje político que se deriva del hecho de que 72 horas después de la unción del nuevo delegado del CEN para Chihuahua, se haya efectuado el cónclave tricolor bajo la conducción de Fernando y Reyes Baeza, quienes además de ser exgobernadores de la entidad son altos funcionarios del gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto?. Bajo tal escenario, caracterizado por la vehemencia con la que el PRI pretende regresar por sus fueros, se puede considerar de pronóstico reservado la contienda electoral del año entrante.

Las fieras suelen ser sumamente peligrosas cuando han sido heridas. La máquina del Revolucionario Institucional echará mucho más que enormes bocanadas de humo y sonoros pitidos en el 2018, porque ese partido está dispuesto a “dejar los pelos en el alambre” -si ello es necesario-, para recuperar el sitio que históricamente ha ocupado. Cuestión de lógica política, y de “razón histórica” –como rezan los discursos-, sí indiscutiblemente; pero también cuestión de orgullo para miles de militantes tricolores. El PAN lo sabe bien, porque conoce los antecedentes, las capacidades y la mentalidad de su rival. Además, en su desempeño la administración del gobernador Javier Corral no ha estado exenta de escándalos, contradicciones, traspiés y señalamientos. Así las cosas, mientras el PRI prepara la remontada, el PAN tendrá que resultar confiable y convincente si aspira a estar en condiciones de hacer frente a la embestida. Una embestida que será todo un reto... porque el PAN no logra convencer, y el PRI es una fiera herida.  

Por su parte el PAN, por aquello de que hay que acatar el refrán que aconseja que “cuando veas las barbas de tu vecino cortar pon las tuyas a remojar” ya empieza a fraguar planes para la contienda electoral próxima, y que se pronostica como la madre de todas las batalles políticas ocurridas en Chihuahua. Según las filtraciones periodísticas publicadas en un prestigiado medio digital el día 21 de febrero de 2017, el albiazul planea emprender una especie de afiliación selectiva orientada a reclutar 300 personajes “de nivel” entre funcionarios estatales, municipales y regidores. El análisis de dicha nota permite inferir que el dirigente estatal albiazul Fernando Álvarez está intentando apertrecharse para hacer frente a los comicios por venir, en los que el PRI será un hueso muy difícil de roer. Además, una estrategia de afiliación de ésta índole conlleva implícito el claro propósito de armar una base de “militantes” afines a Palacio, para que Corral y Álvarez puedan contrarrestar a María Eugenia Campos y Mario Vázquez en la disputa por la asignación de las candidaturas que se avecinan, pues, tal como lo reseña en su edición del 26 de febrero de 2017 una acreditada columna política chihuahuense al referirse a las diferencias existentes entre los equipos de gobierno del gobernador y la alcaldesa: “...la lucha por el control del PAN y la definición de las candidaturas ahora que se abre la posibilidad de la reelección, habrán de desatar pugnas internas donde lo único seguro es que habrá más perdedores que ganadores. Y quien gane, ganará poco y el que pierda, perderá mucho.”

 

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