*Revela Corral que fue guerra entre miembros de La Línea *Y agrega que El Cabo se quería independizar *Jonathan Shaw, abogado de Reneé Barquet *Rechaza hablar del caso *El Peny Cón, errado

EL gobernador hizo destacadas revelaciones sobre la batalla que libraron El Cabo y El 80 en la zona occidente. Para empezar, aclaró que se trata -porque no ha terminado- de una guerra entre miembros del cártel de La Línea. Y que todo se dio porque uno de ellos, El Cabo, se quiso independizar. Además, señaló que hubo gente de otras regiones, en apoyo al de Namiquipa, para librar la llamada batalla final. ¿Qué pasará con El 80? le preguntaron a El Paisa y respondió con un lacónico “no sé, estamos tras él”. Ya se vio, porque también lo confirmó cómo andaban tras él, pues en otra parte de la entrevista reconoció que la muerte del de Cuauhtémoc se dio por eliminación natural, promovida por el estado. Y, obviamente, eso significa que las policías miraban la guerra con miralejos, a la espera que ganara uno, para ir a levantar los muertos y declarar al vencedor de la batalla.

EL gobernador se negó rotundamente a hablar, emitir alguna declaración, sobre el Caso Barquet. Entrevistado en la torre legislativa, Corral usó una frase para hacer explícito el rechazo, o dar lugar a más preguntas sobre el tema. “No tengo comentarios”, dijo, frase que presume, por inducción, de lo particular a lo general, que hay algo de cierto en la historia de Reneé Barquet. Después de ese breve, lacónico, comentario, salió apurado de la torre legislativa. Ahí también sintió el sinsabor del rechazo, cuando, Meche Fernández, una de las galardonadas con la presea Chihuahuense Distinguida, le sacó delante de todos una cartulina para protestar porque no la dejaron hablar. Eso debe doler, para un gobernador que se precia de ser periodista (el primero no, porque ya sabemos del registro de Silvestre Terrazas) y de ser apologista de la libertad de expresión. La otra noticia para El Paisa es que María Reneé Barquet será defendida por un abogado norteamericano que se ha convertido en el terror de los gobernadores chihuahuenses. Jonathan Shaw defendió en Colorado a la abogada juarense Francisca Galván, a su vez defensora de las mujeres desaparecidas de la frontera. Al final de cuentas, ganó el caso y la fémina fronteriza fue asilada políticamente en los estados unidos. Este abogado, acaba de tomar la defensa de Reneé Barquet, cuyo caso se alinea ya para iniciar un procedimiento, también, de asilo político.

HASTA cómicas parecen las declaraciones del fiscal general del estado, cuando dice que los maloras planearon agarrarse a balazos en día feriado. Ahora resulta que El 80 y El Cabo hicieron un convenio para ejecutar el duelo de células tal día y a tales horas, precisamente cuando sabían que El Peny Chón, andaría de asueto. Lo que sí tiene que analizar el fiscal es que adquirió responsabilidad al ir a mover el cuerpo de El Cabito, igual que el comandante Aparicio, y que ambos podrían ser llamados a juicio a comparecer. Lo otro que debe aclarar ante la opinión pública es la razón por la cual no incluyó a Cuauhtémoc en la lista de corporaciones cuyo mando asumiría la autoridad estatal. Acaso habrá sido porque desconocía que toda la policía municipal de Cuauhtémoc se hallaba bajo el mando del líder de ese grupo. O quizá, como dicen en la baja tarahumara, solo fueron enlistados los municipios subordinados a El 80, con el objeto de desmantelar su poder, una estrategia muy utilizada durante la guerra de Calderón contra el narcotráfico.

ESTE jueves a las 14:30 horas sesionará el Ichitaip bajo la batuta de Alejandro de la Rocha Montiel. La sesión será larga, muy larga, porque, además, de chorrocientos asuntos, habría cambios. De la Rocha enlistó una serie de cambios, enroques y ocupación de casi todos los puestos del orden administrativo. Los cargos que serán designados, son, secretaría ejecutiva, dirección jurídica, jefe del departamento de archivo, jefe de relaciones interinstitucionales, personal especializado como consultor jurídico, asistente de comisionados y asistente del comisionado presidente. Como puede verse, De la Rocha no dejará títere con cabeza en el instituto de transparencia, a partir de este jueves. La gran incógnita, la verdadera incógnita, consiste en saber, obvio, si el marido incómodo, Ricardo Gándara, cónyuge de Rocío Olmos, entrará por fin a la dolce vita de la burocracia o seguirá bordeando el caminito. Como director jurídico propondrá a Jorge Alvarado Montes, que era el director de Normatividad en la Secretaría de la Función Pública, dependiente de Rocío Stefany Olmos Loya. Hay conflicto de intereses. No colocó al marido, pero sí a un subordinado.

EL SECRETARIO general de gobierno, César Jáuregui Robles, correspondió a la misiva del diputado federal Alejandro Domínguez. En pocas palabras, agradeció el interés del legislador, que es vicepresidente de la comisión de seguridad en San Lázaro, por coadyuvar en los temas de Chihuahua. Alejandro fue puntilloso al señalar la necesidad de instalar el consejo estatal de seguridad. Jáuregui Robles trae buen manejo -con algunas excepciones- de la mano izquierda y, en general, es el hombre del gabinete estatal con quien se puede hablar desde afuera. Adentro, el palacio está lleno, a reventar, de demonios, que jalan por distintos lados. Empero, hacia el exterior, ha realizado una buena chamba, muy pesada y difícil, porque le dejan solo, pero lo hace bien. El secretario general entiende de política y sabe que en esto sumar ayuda, aunque, claro, algunos de sus compañeros de gabinete le destejen no de noche, sino de día, y practican con singular alegría el arte de restar y dividir, para lo cual se pintan solos.