Opinión

Auditoria Superior del Estado, un espectáculo lastimero en contra de las instituciones

  • Por Cynthia
Auditoria Superior del Estado, un espectáculo lastimero en contra de las instituciones

Por Víctor Luján

Propio de una saga televisiva de los años ochenta, así es como la rusticidad de la legislatura actual se ha manifestado en el proceso de selección y designación del Auditor Superior en Chihuahua.

Escuchar los argumentos (si es que se le pueden llamar así) de los apologistas que trataban de argüir la designación de “Nachito”, así como los de los  apoyadores del “Oso”, este último, dicho por él mismo, propuesto por el titular de la Secretaría de Hacienda (ente auditable por la ASE) para ocupar el cargo fiscalizador del poder legislativo; dan muestra paladina del escaso nivel político -desde su lenguaje comunicativo, hasta su contenido- que padece Chihuahua desde hace ya más de un lustro.

Un asunto que si bien es cierto, es formalmente político por la cualidad del poder legislativo, resulta preocupante que al interior del órgano formal, de donde constitucionalmente dimanan las leyes locales, se encuentren inmersos en un galimatías partido-pasional que subyuga al estado de derecho y los principios elementales de la Teoría General del Estado. Esta circunstancia de ninguna manera abona a la ya de por si desnutrida y maltrecha democracia estatal, ni contiene la destrucción sistemática de las instituciones del estado que data desde la administración duartista.

Es lamentable escuchar a nuestros representantes populares entablar debates de altura haciendo referencia a los postulantes del órgano fiscalizador, como si se tratara de una elección de sociedad de padres o de algún club social de la ciudad. “Nachito” o el “Osito” revisarán –ni más ni menos que- las cuentas públicas de los recursos tributarios de los chihuahuenses.  

La fiscalización, herramienta por excelencia del sistema de pesos y contrapesos en el poder público, resulta sustancial en la construcción de un estado democrático, transparente y legal. En este sentido, y sin hacer un juicio de valor de la calidad profesional de quienes son actores de reparto de esta sátira partidista (personalmente no los conozco), resulta vergonzoso el abordaje de algunos integrantes del poder legislativo y sus némesis del ejecutivo, quienes pretendían reducir aspectos de derecho a vendettas personalísimas, así como argüir con cualidades subjetivas la idoneidad de los perfiles para este importante cargo.

Sería ingenuo que pudiera extirparse de tajo el matiz político intrínseco a la designación parlamentara del auditor, sin embrago, existen irreductibles formales, jurídicos y políticos que abonan de hecho y de derecho (aunque muchos políticos no lo consideren así) para la consolidación de las instituciones que desempeñan una función bisagra en el entramado público mexicano.

Contar con un área técnica y profesional que represente los intereses de los chihuahuenses requiere más que buenas intenciones o currículum abultados. Como establecía el filósofo estadounidense Thomas Kuhn, si un paradigma presenta anomalías latentes y manifiestas debe sustituirse por uno nuevo. En el sistema político e institucional de Chihuahua apremia uno que proponga elegir al Auditor Superior del Estado desde y para la sociedad. Así, y solo así, se antepondrá el interés social a las concertacesiones partidistas.

Resulta inadmisible, absurdo y ofensivo para la ciudadanía que los tiempos legales para el ejercicio de los cargos públicos adolezcan de pragmatismo y se fragüen con un enfoque adhocratico para el “César” en turno. La suspicacia merma las instituciones. La incertidumbre administrativa lacera la responsabilidad y destruye el compromiso de servir.

El pesimismo invade al colectivo chihuahuense y con montajes lúgubres como el presenciado a través de los medios de comunicación sólo se trasmite a la sociedad el desinterés, frivolidad y desprecio por las instituciones de quienes nos representan.

El año entrante será de proceso electivo de autoridades y representantes, es tiempo de exigir -y de analizar- propuestas de altura y someter a la prueba del ácido el compromiso realmente ciudadano de quienes se postulen. Incluso, condicionemos el voto a la propuesta y aprobación del mecanismo participativo de revocación del mandato en la próxima legislatura estatal. Rompamos paradigmas, sustituyamos la sinrazón política por la participación y el capital social.

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Twitter: @victorlujan79