La Fuente

*Los grandes capitales con Poncho Romo *Vallinas, Terrazas, Elías y compañía se acercan a El Peje *Fito Baca: mejor que nos roben a que nos maten

  • Por José Oswaldo
*Los grandes capitales con Poncho Romo *Vallinas, Terrazas, Elías y compañía se acercan a El Peje *Fito Baca: mejor que nos roben a que nos maten

ELOY Vallina, Federico Terrazas y Federico Elías, encabezaron la comida con el empresario Poncho Romo. El coordinador de El Peje, se reunió con lo más granado del empresariado local. Eran 35 los jerarcas de la economía chihuahuita, de peso específico y dimensión pesada. Otros, como José Luis García Mayagoitia, ex secretario de hacienda, de buen peso, tranquilito y atento. La Casona, que comanda Tonicho Ferreiro, se puso de manteles largos. Hubo un discreto operativo para las entradas y salidas de los comensales, que, obviamente, asistieron como si fueran invisibles. Una hora y media duró el cónclave empresarial, con los llamados capitanes y titanes de los negocios locales. Como en un juego de ping pong, los empresarios bombardearon con preguntas de interés a Poncho Romo, que, encantado, respondía cuanto podía. Impuestos, creación de empleos, seguro social, dólar, Trump y otros tantos asuntos, rellenaron la agenda. En realidad, fue algo inédito, que los bipartidistas empresarios de Chihuahua se acercaran siquiera, aunque sea de ladito, en las sombras (porque les prometieron el anonimato) a la izquierda. Lo que sí caló, fue que a los más ricos, Poncho les haya regalado el último libro de El Peje, que en el Sheraton vendieron a 200 lucas. Bueno, es que, como dijo George Orwell, en Rebelión en la Granja, en este sistema todos somos iguales, pero hay quienes son más iguales que los demás.

YA conocen a Fito Baca, que donde se para suelta la sopa de lo que piensa, sin pelos en la lengua y sin mucho digerir. Pues así la soltó en el desayuno de Poncho Romo, lisa y llana, como es. Le dijo al empresario que en Chihuahua muchos prefieren que los roben los políticos, a que los maten en las calles. Aunque suena simple, no es tan superficial el comentario de Fito, pues en el fondo, constituye una evaluación, de barrio, si se quiere, de los gobiernos de Duarte y El Paisa. A ocho meses de la administración de Corral, la gente pone sobre la mesa esos valores. Tampoco es así como así, que se pudiera escoger entre una y otra cosa. Empero, el mensaje es que la violencia nos tuvo hasta el tope y, mal o bien, pensábamos que era algo del pasado, luego de seis años de control. Efectivamente, sin el gobierno federal o con él, Chihuahua se descompuso, aunque a algunos les cale la expresión. En la calle, nadie niega la caída y, aún los más corralistas, apenas esbozan el argumento de señalar que así se los dejó Duarte. La otra gran mentira es que los medios no publicaban nada por los vagones de dinero que les daba el ex gobernador. Son ilusos esos argumentos, pues a la vista de todos están las publicaciones que daban cuenta de los hechos violentos. Otra cosa, y esto sí es cierto, fuera que no se llevaban a cabo investigaciones sobre los grupos criminales, o la radiografía del crimen. En fin, pero, bueno, para concluir su participación, el abogado Fito Baca preguntó por el legítimo derecho de poseer un arma, para la defensa, algo así como la primer enmienda de los norteamericanos.

EL delegado del CEN del PRI, Fernando Moreno Peña, empezó una gira por el estado para reunirse con los consejeros políticos. Estuvo en Parral, Chihuahua y otros que, a la memoria de La Fuente, escapan por el momento. El tema es que, en la capital del estado, El Profetsore Miguel Ángel González y El Coco Reyes, le echaron cohetes al ex gobernador de Colima. Reprobaron la forma de integrar el consejo y y reclamaron la cerrazón del delegado del Comité Ejecutivo Nacional para dialogar con los insurrectos. El delegado les dijo que hay dos formas de hacer cambios profundos en la política. Uno, es el camino de la revolución y la destrucción de las instituciones. El otro, desde los órganos de poder instituídos en el ex partidazo. De ahí en adelante, como que ya nadie dijo nada y mejor siguieron en la grilla interna.

EN cuanto al número, fue todo un éxito, la reunión en el Sheraton de empresarios locales con Alfonso Romo. Hubo de chile, de dulce y de manteca, con un ingrediente común: decepcionados de todos los partidos políticos. Asistieron al evento con la noción de que es la última esperanza en el país para cambiar las cosas. Se vieron Carlos Ayub Cuesta, de la Ford, Marta Laguete, del PRI y Ramón Chavira, de la Central de Abastos. También acudieron al llamado Nacho Manjarrez y Lalo Valles, que son, ambos, ex presidentes de la coparmex local. Hubo políticos: Abraham Montes, ex diputado federal del PRI, Fernando Villarreal, ex director de Atención Ciudadana, en la administración de Garfio y Avril Gómez, empresaria y ex candidata tricolor suplente. Había 44 mesas de 9 sillas cada una, así que le pegaron a los 400 asistentes, más los mirones, periodistas, agentes del Cisen y compañía. Fernando Tiscareño fue maestro de ceremonias y moderador del diálogo que se hizo al final con Romo, por medio de preguntas y respuestas.

LA nueva tesis de los analistas del poder sugiere que El Paisa se fue a edomex en el avión oficial del estado. Es decir, que después de ir a Creel, probablemente en el helicóptero, regresó a la capital del estado para hacer fuga al estado de México. Solo así se explicaría, por qué, misteriosamente, no subió nada a su muro de face. Corral fue atrapado por la selfie de Josefina Vázquez Mota, con cara de yo-no-quisiera-estar-aquí. Empero, bueno, el mandatario y su equipo tienen el derecho y la obligación de aclarar las cosas. Es decir, acreditar en qué voló a la comunidad de Creel y al estado de México, este último lugar al que fue a hacer campaña en favor de su correligionaria de partido. De haberse trasladado en el avión oficial de gobierno, El Paisa habría cometido el delito que más odia y que más dividendos le ha dado en su larga carrera política: el peculado. Es decir, la distracción de un bien público, distinto al propósito y uso para el cual fue adquirido.