Opinión

La columna

  • Por Redacción C
La columna

Por Carlos Jaramillo Vela 

La eventual salida de Ortuño: el que a hierro mata...

La posible salida de Teresa Ortuño, del puesto de Directora General del Colegio de Bachilleres del Estado de Chihuahua, es un tema sobre el que se ha venido especulando fuertemente en los medios periodísticos durante los recientes días, y luego de una prolongada serie de desencuentros entre la Directora y el Sindicato de personal de la institución, encabezado por José Acuña Peralta. A decir de la parte sindical, el desdén, así como la falta de oficio y de voluntad política, siempre han girado en torno a la difícil relación entre la funcionaria panista y el gremio dirigido por Acuña. Es pertinente recordar que desde sus comienzos la administración gubernamental de Javier Corral ha tenido constantes y sonadas diferencias con el sector educativo, mismas que en varias ocasiones se han puesto de manifiesto por los maestros Rosa María Hernández y Ever Avitia, líderes de las secciones 8 y 42 del SNTE, respectivamente. Algo similar le ocurrió a Francisco Barrio cuando gobernó a Chihuahua (1992-1998), pues jamás tuvo el oficio político necesario para entenderse con el magisterio, y su administración fue en ese sentido -como en otros- muy accidentada. El actual lío del COBACH es, entonces, “una raya más al tigre”.

Hoy el gobernador Javier Corral se halla frente a la disyuntiva de tomar o no la que se presenta como una de sus más dolorosas decisiones, pues en caso de verse obligado a remover a Ortuño por los fuertes cuestionamientos y las presiones políticas derivadas de su estancia al frente del COBACH, tendría que reconocer la existencia de uno de los lados débiles de su gobierno: la ineficacia y falta de operatividad política. Corral no es un hombre al que le resulte fácil reconocer sus desatinos y enmendar públicamente sus errores, por eso la caída de Ortuño lastima lo más profundo del orgullo del senador con licencia, a quien -pese a ser un político de carrera- le cuesta trabajo aceptar que la vida es de aciertos y fallas...de triunfos y derrotas. El mensaje político de la multi-especulada salida de la Directora del COBACH es claro, y de llegar a ocurrir tal cambio, éste podría ser el preludio que detonara la rumorología sobre otros eventuales cambios en el gabinete. Corral no está dispuesto a ceder porque no quiere generar la percepción de que se le desmorona su gobierno, y porque sabe que darle las gracias a Teresa Ortuño tendría para él un costo político muy alto.

Desde el comienzo de la gestión de Ortuño frente al COBACH algunas voces de la institución constantemente han cuestionado el desempeño y la actitud de la Directora, al atribuir a ésta ciertas decisiones que han perjudicado derechos laborales de maestros, así como ausencia de apertura para el diálogo y la conciliación. Incluso, el Sindicato ha protestado a través de la realización de varios paros de labores en diversos planteles del Estado. El más reciente –y reprobable, por cierto- acto fue la manifestación de estudiantes que durante la graduación efectuada en el plantel 19, de Ciudad Juárez, le expresaron su repudio a la Directora, al darle la espalda mientras ella pronunciaba su discurso. El personal docente y administrativo hizo lo mismo, aunque estos últimos mostraron la leyenda “Fuera Ortuño”, inscrita al dorso de las camisetas que portaban.

Desafortunadamente la relación entre los directivos del COBACH y el gremio sindical se halla en la peor de sus etapas, lo que pone en riesgo la estabilidad, orden y continuidad de las labores académicas del alumnado. Además, cuatro semanas atrás los medios de comunicación dieron a conocer la denuncia penal interpuesta ante la Fiscalía General del Estado, por el Dirigente Sindical, contra la Directora, al acusarla de haber afectado a más de mil empleados del COBACH mediante el desvío de 100 millones de pesos, mismos que en lugar de destinarse a otros fines, debieron ser utilizados para efectuar pagos de prestaciones como créditos FOVISSSTE e ISSSTE, y Sistema de Ahorro para el Retiro.

Quizá este último acontecimiento sea, a la postre, la gota que derrame el vaso, en caso de que Corral se vea orillado a tomar la decisión de retirar a la también exsenadora de su actual puesto, debido al desgaste político que le podría seguir ocasionando al mandatario la permanencia de dicha funcionaria al frente de la Dirección General, pese a tener una denuncia penal en contra. Si llegara a salir Ortuño del COBACH se escribiría así una anécdota más de esas que tienen que ver con las ironías de la vida, pues pese a que fue Corral quien desde los albores del “Nuevo Amanecer” instauró la interposición de las denuncias y la emisión de las órdenes de aprehensión como mecanismos de intimidación y presión política, de ocurrir la defenestración de la Directora del Colegio de Bachilleres, el mandatario estaría viéndose obligado a consumir una dosis de la misma receta por él elaborada. Se confirmaría así la sabiduría encerrada en los refranes que rezan: “Darle una sopa de su propio chocolate”, y “El que a hierro mata... a hierro muere”.

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