Opinión

La columna

  • Por Redacción C
La columna

Por Carlos Jaramillo Vela 

La Arquidiócesis “absuelve” Corral; el juez de amparo aún no da su veredicto.

Bazán: primero recuperaremos el Congreso del Estado.

Alejandro Domínguez: voy por la alcaldía capitalina.

El nuevo escándalo corralista, de la Farmacia Egro: con “F” de Familia Feliz.

Interesante, sin duda, resulta la postura asumida por la Iglesia Católica a través de su vocero, el estimado y popular padre Gustavo Enrique Sánchez Prieto (“El Padre Negris”), en torno al polémico nombramiento del padre jesuita Javier Ávila (apodado “El Pato”) como Consejero miembro de la Comisión de Atención a Víctimas de la Violencia, tema que cobró resonancia a raíz de la demanda de amparo contra dicha designación, interpuesta por Rodolfo Leyva, ex consejero Presidente del ICHITAIP, quien es otra víctima de los sonados excesos, iracundia y afán injerencista –como lo calificara el abogado e intelectual Jaime García Chávez- en los que ha incurrido Javier Corral desde que asumió el gobierno de Chihuahua.

Pues bien, seguramente con la venia del obispo Constancio Miranda -representante de la jerarquía católica en Chihuahua-, el padre Sánchez Prieto salió a respaldar la presencia de su colega, el padre Javier Ávila, en la función pública asignada a éste por designio de Corral. Tal expresión es sintomática, ya que, en opinión de algunos, durante su mandato Corral no ha tenido la capacidad y el oficio político necesarios para mantener una relación del todo armoniosa con Don Constancio.

Así, en el plano terrenal, las declaraciones del vocero de la Arquidiócesis de Chihuahua constituyen un momentáneo paliativo que vale oro -al menos social y políticamente- para Corral, quien permanentemente se ha visto en el ojo del huracán y la controversia debido a nombramientos como el del Padre Ávila, en la Comisión de Atención a Víctimas; el de “Lucha” Castro, al frente de la Consejería Jurídica; o el de Armando “El Oso” Valenzuela, en la titularidad de la Auditoría Superior del Estado; así como por su intervencionismo -el injerencismo al que se refiere García Chávez- en poderes o entes autónomos como el Congreso del Estado, el Tribunal Superior de Justicia, la Auditoría Superior del Estado, y el ICHITAIP; o por las defenestraciones y el desgaste en los que temerariamente ha incurrido para imponer a ultranza sus designios.

Sí, al menos en los aspectos político y social, el espaldarazo que Don Constancio Miranda y el Padre “Negris” le han venido a dar con cristiana generosidad al corralismo significa para éste un bendito respiro. Sin embargo, el aspecto jurídico del caso “Padre Ávila”, es otro asunto, pues más allá de las interpretaciones sociales y políticas que se le den al tema, el juez federal a cuya jurisdicción quede sometida la demanda de amparo interpuesta por Rodolfo Leyva, tendrá que emitir su fallo después de interpretar el significado y alcances del Principio de Separación Iglesia-Estado, y de las normas jurídicas cuya supuesta violación reclama el demandante.  Por lo pronto, la Arquidiócesis ya “absolvió” a Corral, mientras que el juez de amparo aún no da su veredicto. 

Quien ya dio su primer paso como líder estatal de las huestes tricolores fue Omar Bazán, pues a primera hora del lunes 31 de julio, aún no tenía ni 24 horas al frente de la dirigencia Estatal del Partido Revolucionario Institucional, cuando ya anunciaba en algunos medios electrónicos la determinación del PRI para recuperar en el 2018 la mayoría de las diputaciones en el Congreso del Estado, con el objeto de lograr hacer una oposición eficaz frente al gobierno de Corral. Asimismo, Bazán ofreció que estará atento a los errores del gobierno panista, para señalarlos.

Otro importante actor político del PRI, que dio la nota durante las primeras horas del último día del mes de julio fue el expresidente del CDE del PRI, y actual diputado federal, Alejandro Domínguez, pues en rueda de prensa reveló a los medios de comunicación su decisión para ir en pos de la alcaldía capitalina en el proceso electoral 2018, al término del bienio para el cual fue electa Eugenia Campos. Además, ya entrado en la temática, y como “su pecho no es bodega”, Domínguez señaló algunas de las deficiencias del actual Gobierno Municipal de Chihuahua capital, tales como la abundancia de calles sin pavimentar –habló de millones de metros cuadrados- pese a contar con servicios, así como la manipulación política que la administración panista ha hecho al aprovecharse de los parques públicos pintándolos con los colores del PAN, pero sin invertir en su mantenimiento ni en la mejora de sus instalaciones. El destape de Alejandro Domínguez, indica, pues, que las calabazas comienzan a acomodarse rumbo al 2018.

El nuevo escándalo de la administración estatal panista, que metió una vez más en aprietos al controversial Ernesto Ávila, Secretario de Salud del gabinete corralista, y que involucra al mismo Corral, e incluso al exgobernador Francisco Barrio -padrino político del senador con licencia-, es un asunto cuya trama han ventilado los medios de comunicación, por consistir en la entrega sin licitación de un contrato con valor de 80 millones de pesos, a una botica denominada EGRO, que tiene su local en la calle Ramírez Calderón, cruce con Ortiz de Campos, en la colonia San Felipe.

Sin embargo, las filtraciones periodísticas indican que el desaseo del gobierno de Corral no radica sólo en el descubrimiento de la burda maniobra efectuada para favorecer a EGRO con un contrato de 80 o más millones de pesos, pues como reguero de pólvora se divulgaron las versiones que sugieren el conflicto de intereses en el que se halla el Secretario de Salud, Ávila, así como el tráfico de influencias en el que éste y el exgobernador Barrio se encuentran implicados, ya que los reportes periodísticos señalan que el propietario de la botica es hijo de Ávila, y a la vez es esposo de la hija de Francisco Barrio. Obvio: dos consuegros con influencia en el gobierno, dispuestos a aprovecharla para apuntalar el futuro financiero de sus vástagos. El padre “Negris”, al ser entrevistado sobre el caso EGRO, recordó a las autoridades -en primera fila está Corral- el deber que tienen para hablar con la verdad acerca de este asunto.

Cuando la prensa abordó a Javier Corral sobre el millonario asunto, éste evadió a los reporteros y cortó el intento de entrevista diciendo inverosímilmente: “No tengo conocimiento de ello”. El “Nuevo Amanecer” olvidó muy pronto que al pueblo chihuahuense le irrita que ofendan su dignidad e inteligencia, y que ya ha dado sonadas muestras de su castigo a quienes tratan de tomarle el pelo. Corral no es un hombre propenso a delegar el manejo de los asuntos bajo la discrecionalidad de sus subalternos, ya que al no confiar plenamente en ellos teme que dejen cabos sueltos. Él en forma omnímoda lo decide y aprueba todo. Incluso, hace días, mientras vacacionaba el mandatario, el líder campesino Heraclio “Yaco” Rodríguez, acusó de inoperante a su gobierno, por no haber quien tuviera la facultad para autorizar la entrega de apoyos -urgentes- al campo, en ausencia del inquilino de Palacio.

Por lo visto en las notas periodísticas informativas recientemente publicadas, el elitista grupo liderado por Francisco Barrio, Javier Corral y otros personajes panistas, tradicionalmente llamado la Familia Feliz, ha vuelto por sus fueros y sigue haciendo de las suyas. No se necesita mucho seso para deducir que el caso EGRO muestra en modo claro la decisión tomada en los altos círculos de la Familia Feliz para continuar haciendo felices tanto a los viejos como a los nuevos miembros -doctor Ávila- de la dinastía, y a sus herederos, aunque ello implique hacer manejos ilícitos con el dinero del gobierno. ¿Qué importa -han de pensar los integrantes del clan-, si el fin justifica los medios?.

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