Opinión

De ciudadano a político y viceversa

  • Por Editor Bal
De ciudadano a político y viceversa

Por Luis Villegas Montes

Segunda de dos partes

Tenemos malos políticos porque somos malos ciudadanos; y esa verdad nos pesa porque nos sitúa en el corazón de la tragedia: Somos nosotros y no los pelafustanes que nos gobiernan los responsables de nuestra desgracia; y mientras no entendamos esa verdad simple, sencilla, diáfana, vamos a seguir como hasta ahora: De un ladrón a un merolico; de un merolico a un demagogo; de un demagogo a un payaso; de un payaso a un subnormal; y así.

Piénsese Usted, imagínese, en un carrusel, tiovivo de frustraciones, saltando alegre, jubilosamente, de uno a otro animalito; así es cada vez que sale a votar y decide no pensar y creer en necedades; así es cuando decide creer la imbecilidad ésa de que los ciudadanos son mejores que los políticos.

Ciudadanos son los del Instituto Nacional Electoral que acaban de autorizar 6 mil millones de pesos para los partidos políticos, ésos que tanto se critica porque no funcionan;1 ciudadanas las universidades públicas acusadas una vez sí y otra también de corrupción galopante;2 ciudadanos los integrantes de las ONG’s contra las cuales alerta Naciones Unidas para evitar fraudes y estafas;3 en lo local, ciudadanos los consejeros del Instituto de Transparencia que decidieron deponer a su Presidente en contravención a la Ley; ciudadano el ministro de culto metido a político en contravención directa de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público (art. 14); ciudadano el delincuente a cargo de fiscalizar las cuentas públicas sin facultades para ello poniendo en riesgo todo el delicado proceso en su conjunto por falta de legitimidad; y ciudadanos los narcotraficantes, sicarios, asaltantes y secuestradores que azuelan el Estado.

En otro orden de ideas, las hornadas de patanes que acaban de abandonar a sus partidos de toda la vida —las ratas son las primeras en abandonar el barco— flamantesneociudadanos, ¿por qué o cómo garantizan, ahora sí, ser la quintaesencia de la honestidad o de la integridad? Platiquen, no sean díscolos.

¿Cómo se despolitiquizaron? ¿Con qué detergente? El intento risible me recuerda el famoso y viejo trabalenguas, aquel de Constantinopla: El políticastro de carrera se quiere despolitiquizar, aquél que lo despolitiquice será un gran despolitiquizador. ¿Amlo va a ser el gran despolitiquizador de todos los “ex” (expanistas, expriístas, experredistas, expetistas, ex ONG’s, exciudadanos —porque los ciudadanos que se meten a políticos ipso facto dejan de serlo según su lógica pervertida—)? ¿Cómo? ¿Merced a qué taumaturgia?

Hordas de “ciudadanos” dizque de izquierda forrados de billetes; desfacedores de entuertos y de cuanto negocio ajeno se les presente sólo con el fin de llevarse unos centavos; hipócritas de dos varas —y de dos “baros”—; comparsas convenientes; mitómanos seniles; seudointelectuales de apellido linajudo; estafadores grandilocuentes; vividohvc res del infortunio; derechohumanistas de último minuto; oportunistas sin escrúpulos; cómplices vengadores; soplones pagados; codiciosos oligarcas; hijos y nietos de rufianes; etc., son algunos de integrantes de esa fauna exuberante de mil hojas que ufana se proclama orgullosamente “ciudadana”.

Más de lo mismo, en su mayor parte; más de lo mismo, en realidad; con sus contadas excepciones, claro, que entre tanto batidero no se ven o en todo caso no bastan... Batman.

Por eso, la próxima vez que escuche la expresión “ciudadano” o alguno de sus múltiples derivados, provenga de donde provenga, piénseselo dos veces; no es garantía de nada; es un mote más, entre otros, vacío y carente de sentido si no va acompañado de dos o tres propuestas claras e ideas sensatas; y de tres o cuatro —o cinco— hechos medibles, observables, demostrados y comprobables; de discursos mesiánicos, fatuos y pomposos está hecha la dolorida historia de la Patria.

Bobo, crédulo, incauto, el que no lo entienda.

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1 Nota de Magali Juárez, con el título: “Para 2018, el INE dará más de $6 mil millones”, publicada el 15 de agosto de 2017, por el periódico El Financiero.

2 Nota de Iván Restrepo, con el título: “Corrupción en universidades públicas”, publicada el 27 de febrero de 2017, por el periódico La Jornada.

3 Visible en el sitio: http://www.un.org/es/sections/aboutun/fraud-alert/index.html