Opinión

Ausencia de diálogo complica los problemas entre médicos residentes y autoridades de salud

  • Por Editor Bal
Ausencia de diálogo complica los problemas entre médicos residentes y autoridades de salud

Por Guillermo Terrazas Villanueva

Cuando en las relaciones políticas se aplican términos y lenguaje castrense, difícilmente se logran acuerdos entre las partes que “entre comillas”, dialogan, entorno a tal o cual asunto.

En los días recientes las relaciones entre autoridades de salud del Gobierno del Estado y numerosos médicos y pasantes en la entidad están de mírame y no me toques.

Como bola de nieve ha crecido ese diferendo que tiene, en los hechos, graves perjuicios afectando a la población en general que demanda algún tipo de atención médica y en algunos casos de atención médica especializada. Los galenos han hecho causa común y la autoridad se ha enconchado y apenas este miércoles dio muestras de flexibilidad al aceptar conceder solo algunas de las peticiones de pasantes y estudiantes de alguna especialidad médica.

Los medios de información estatales dieron a conocer datos muy preocupantes como el de que asciende a miles el número de chihuahuenses que no pueden acceder a elementales servicios de atención a la salud en todas las localidades ubicadas en el municipio de Gómez Farías y en los alrededores, hasta que no aparezca con vida el doctor Juan Blas Godínez Loya, secuestrado de manera violenta de su propia casa, durante la madrugada del pasado martes 7 de noviembre.

En demanda de su inmediata liberación y de garantías elementales de seguridad para prestadores de servicios de salud, sobre todo pasantes que hacen su servicio social en esas zonas del estado, es por lo que las cosas han llegado al nivel en que se encuentran. Parece encaminarse a un callejón sin salida. En los hechos, ahorita, hay por lo menos sesenta mil personas sin movilidades de recibir elemental atención médica.

Pero a estas alturas y luego de dos semanas, nadie sabe cuál haya sido la suerte del doctor Godínez Loya.

Este miércoles, más en defensa de su persona que de la institución a su cargo, el titular de la Secretaría Estatal de Salud, médico militar y con indiscutible formación castrense intentó lavar los platos sucios, sin lograrlo del todo. Lo ideal es recomendarle al señor Secretario que evite que los platos se ensucien, pero desde el inicio de la actual administración estatal, una tras otra, han identificado actuar y proceder de sus funcionarios de manera negativa y mucho más que en otras dependencias igual o más de importantes. Da la impresión que les gusta ahorcarse con su propia soga.

Ni más, ni menos.