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Jaguares, un reto serio para los Pats

De ser una de las peores franquicias de la NFL, los Jaguares de Jacksonville están a un triunfo de llegar al primer Super Bowl en la historia de la franquicia. El regreso de Tom Coughlin, el primer...
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Jaguares, un reto serio para los Pats

De ser una de las peores franquicias de la NFL, los Jaguares de Jacksonville están a un triunfo de llegar al primer Super Bowl en la historia de la franquicia.

El regreso de Tom Coughlin, el primer coach del equipo tras su fundación en 1995, pero ahora como vicepresidente, le dio un giro a la disciplina y a los resultados del mismo.

Los Jaguares no terminaban una temporada con marca ganadora desde 2007 (11-5), y apenas en 2016 acabaron el calendario regular con 3-13, en el fondo de la División Sur de la AFC.

Incluso en el pasado draft colegial los Jaguares eligieron entre los primeros cinco equipos por sexto año consecutivo y eso, por ahora, ha sido un factor que tiene a Jacksonville entre los cuatro sobrevivientes en la postemporada.

El mejor ejemplo es Leonard Fournette, seleccionado como el cuarto global y quien sumó 1,342 yardas, 1,040 por la vía terrestre, que lo tienen entre los favoritos a ser el Novato Ofensivo del Año.

Doug Marrone dejó de ser el coach interino para tomar de lleno las riendas, uno de los primeros movimientos a la llegada de Coughlin.

Además junto a Fournette llegó el linebacker Jalen Ramsey, quinta selección global, y el ala defensiva Yannick Ngakoue, quien se convirtió de lleno en uno de los mejores cazadores de cabezas de quarterback y también candidato a Novato Defensivo del Año.

Ngakoue sumó 12 capturas en la temporada, y sumadas a las 14.5 de Calais Campbell ayudó a que los Jaguares acabaran con 55, más de las conseguidas por una gran defensa como la de los Bucaneros de Tampa Bay de 2002, campaña en la que los Bucs ganaron el Super Bowl.

La defensa de Jacksonville acabó como la segunda mejor de la NFL, sólo por detrás de la de los Vikingos de Minnesota, pero es digna de un equipo de campeonato.

Permitieron apenas 16.8 puntos por partido, debajo de los 18.4 de la defensa de los Broncos de Denver que ganó el Super Bowl 50.

Permitieron que las ofensivas rivales les hicieran primero y diez en terceras oportunidades apenas un 33.6 por ciento, mejor que el 34.1 de la gran defensa de los Cuervos que ganó el Super Bowl XXXV. Para acabar, aceptaron 169.9 yardas por pase, menor al 172.0 de Seattle en 2013 (campeones del SB XLVIII), y además la defensa sumó siete touchdowns, más de los cinco logrados por Chicago en 1985 (SB XX).

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