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Regresan familias a zona inundable de El Barreal

Ciudad Juárez.- Viviendas construidas en la zona inundable de El Barreal están siendo ocupadas por personas que nuevamente se encuentran en condiciones de alto riesgo mientras que las...
  • Por Daniela Jiménez
Regresan familias a zona inundable de El Barreal

Ciudad Juárez.- Viviendas construidas en la zona inundable de El Barreal están siendo ocupadas por personas que nuevamente se encuentran en condiciones de alto riesgo mientras que las autoridades y desarrolladores privados no han hecho nada para evitarlo.

NORTE recorrió junto a integrantes de la Comisión algunos de los asentamientos como Villas del Sur, Colonial del Sur, Palmas del Sol y El Marqués, los fraccionamientos que concentran la mayor cantidad de viviendas abandonadas desde las lluvias de 2006.

Como se recordará, las inundaciones de la segunda mitad de la década pasada, la cual le antecedió la expansión de la ciudad al Lote Bravo, donde se localiza El Barreal-Laguna de Patos, llevó a las autoridades estatales y municipales a la implementación de un programa de reubicación de familias asentadas en zonas de alto riesgo.

El Gobierno del Estado recuperó 17 mil viviendas abandonadas por derechohabientes del Infonavit, de las cuales la gran mayoría se ubican en el suroriente de la ciudad.

En Villas del Sur, una de las áreas más afectadas por las inundaciones en El Barreal, las viviendas ocupadas por personas, el mantenimiento y arreglo de las mismas denotan un claro desapego a la propiedad: son como paredes con gente en su interior. 

Convenios administrativos signados entre las autoridades municipales y los desarrolladores, con vigencia al 9 de octubre de 2008, se habla de una aportación “proporcional para la construcción de la obra hídrica y las medidas preventivas requeridas en la zona para mitigar en una primera etapa los efectos y posteriormente dar una solución definitiva integral a la problemática”.

A raíz de la firma de estos convenios los desarrolladores cumplieron e incumplieron con algunas aportaciones.

 

Vivienda: ¿un lujo o un derecho?

Viviendas construidas en la zona inundable de El Barreal están siendo ocupadas por personas que nuevamente se encuentran en condiciones de alto riesgo mientras que las autoridades y desarrolladores privados no han hecho nada para evitarlo.

NORTE recorrió junto a integrantes de la Comisión algunos de los asentamientos como Villas del Sur, Colonial del Sur, Palmas del Sol y El Marqués, los fraccionamientos que concentran la mayor cantidad de viviendas abandonadas desde las lluvias de 2006.

Como se recordará, las inundaciones de la segunda mitad de la década pasada, la cual le antecedió la expansión de la ciudad al Lote Bravo, donde se localiza El Barreal-Laguna de Patos, llevó a las autoridades estatales y municipales a la implementación de un programa de reubicación de familias asentadas en zonas de alto riesgo.

El Gobierno del Estado recuperó 17 mil viviendas abandonadas por derechohabientes del Infonavit, de las cuales la gran mayoría se ubican en el suroriente de la ciudad.

En Villas del Sur, una de las áreas más afectadas por las inundaciones en El Barreal, las viviendas ocupadas por personas, el mantenimiento y arreglo de las mismas denotan un claro desapego a la propiedad: son como paredes con gente en su interior. 

Convenios administrativos signados entre las autoridades municipales y los desarrolladores, con vigencia al 9 de octubre de 2008, se habla de una aportación “proporcional para la construcción de la obra hídrica y las medidas preventivas requeridas en la zona para mitigar en una primera etapa los efectos y posteriormente dar una solución definitiva integral a la problemática”.

A raíz de la firma de estos convenios los desarrolladores cumplieron e incumplieron con algunas aportaciones.

Vivienda: ¿un lujo o un derecho?

Uno de los mayores factores detonantes para la situación de abandono de vivienda que se generó en los años recientes en nuestra frontera, tiene que ver con la diferencia de criterios entre los que consideran a la vivienda como una mercancía sujeta a las leyes de la oferta y la demanda, y las que la definen como un patrimonio y un derecho universal y prioritario dentro de las políticas públicas.

De acuerdo a un comparativo de los diferentes recuentos preliminares de instancias como la Coesvi, la Dirección de Desarrollo Urbano del Municipio, UACJ, IMIP y Colef, entre un 55 y un 60 por ciento de la vivienda abandonada que existe en la ciudad se ubica principalmente al oriente y suroriente de la mancha urbana.

Allí el fenómeno de abandono de vivienda se focaliza esencialmente en las diferentes etapas del fraccionamiento Riberas del Bravo, al oriente de Juárez, así como en las zonas de vivienda popular de los más de 89 fraccionamientos ubicados al suroriente y en las cercanías de Ciudad Universitaria.

El restante 40 a 45 por ciento de vivienda deshabitada se ubica en diferentes áreas de la zona Centro y norponiente de la ciudad.

Este fenómeno presenta marcadas diferencias de criterio entre cada una de las instancias señaladas cuyas cifras sobre el abandono de propiedades difieren enormemente por factores que son atribuibles a la metodología utilizada, según Salvador Barragán Flores, coordinador general de Planes y Programas del IMIP.

Un estudio reciente del Colegio de la Frontera Norte (Colef) que está por ver la luz, plantea que el principal polígono de abandono detectado en el sector Centro de la ciudad se concentra en las colonias ubicadas en las cercanías del Río Bravo, más que en los alrededores del Centro Histórico.

A criterio de la especialista en Urbanismo María Luisa García Amaral, la concepción de vivienda que han tenido en la última década los desarrolladores y el propio Estado resulta totalmente absurda y alejada del criterio marcado por el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Dicho artículo califica el acceso a una vivienda “digna y adecuada” como uno de los principales derechos universales de las personas.

Para Amaral, Juárez tiene cada día un mayor porcentaje de personas que no pueden entrar al mercado convencional de la vivienda, por lo que debería de considerarse un mercado paralelo al convencional que no tenga las reglas de ganancia que han prevalecido hasta ahora, porque en gran medida fueron estas reglas las que dictaron las medidas que han favorecido el crecimiento extendido y la construcción de desarrollos habitacionales en zonas inundables.

Los indicadores económicos del INEGI muestran que en la ciudad existe a la fecha más vivienda construida que familias para habitarla, lo que ha favorecido su abandono o no ocupación.

 

VERDADERA GUERRA DE CIFRAS

 

Los datos del Censo de Población y Vivienda del INEGI de 2010, preliminarmente contabilizaban la existencia de 111 mil 103 viviendas solas en la ciudad, cifra que posteriormente el propio organismo ajustó al alza para colocarla en 124 mil 219.

Un estudio del IMIP elaborado a finales de 2011, fijaba una cifra intermedia de 116 mil 208 viviendas desocupadas, de un total de 416 mil 574 construidas para ese entonces, lo que implicaba casi un 28 por ciento de vivienda deshabitada.

En respuesta a estos criterios representantes de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi) en Juárez, y los representantes de la Coesvi en la capital del estado, calificaron estas cifras de exageradas, y establecieron una diferenciación “técnica” entre “vivienda abandonada” y “vivienda desocupada” o “no habitada”.

La Canadevi argumentó que el hecho de no diferenciar estos criterios le dio a la ciudad una imagen que desde entonces ha obstaculizado la gestión de los créditos bancarios que se requieren para la construcción de vivienda, razón por la cual descalificaron los datos proporcionados por el IMIP.

Los resultados de un censo realizado por la Coesvi en 2013, esgrimidos por la Canadevi para rebatir al INEGI y al IMIP, distan mucho de los números anteriores al fijar para febrero de ese año -a partir de una metodología propia- una cantidad de poco más de 49 mil viviendas abandonadas, 8 mil de las cuales estaban invadidas.

El censo de la Coesvi contrasta a su vez con los datos preliminares ofrecidos el pasado jueves 3 de abril por la Dirección de Desarrollo Urbano del Municipio que, a reserva de concluir un estudio en proceso y establecer un criterio propio en cuanto a la cantidad precisa de “unidades abandonadas” en la ciudad, señala una cifra actual de aproximadamente 80 mil viviendas existentes en esta condición.

Esta disparidad de datos es atribuida por Salvador Barragán Flores, coordinador general de Planes y Programas del IMIP, a una cuestión de metodologías cuya diferencia en resultados lejos de confrontar a cada instancia debe ser factor de contrastación y análisis, con el fin de ofrecer “desde la visión local” opciones reales para una solución común.

De acuerdo a Barragán, esto permitiría que los desarrollos ya existentes y los que se vayan dando conforme va creciendo la ciudad, puedan irse integrando al margen de equilibrio que ya está planteado, o que está en proceso de ser planteado en los diferentes planes de desarrollo con los que cuenta la ciudad.

“Estamos en proceso de llegar a ese análisis, inmersos en actividades de actualización de información para tener un diagnóstico completo de lo que sucede... tener una fotografía actual de la ciudad, trabajar con eso, comparar históricamente, revisar lo que queda en estas áreas de reserva para perfilar alguna posible solución en el uso de estas propiedades que ya están en manos de las inmobiliarias”, dijo.

Afirmó que lo que se quiere es generar talleres para discutir estos temas y volver a hacer una reflexión a fondo como ciudad “sobre lo que queremos, lo que buscamos y lo que sabemos que puede mejorar la calidad de vida en el municipio”.

 

IMPOSIBLE FRENAR LOS FRACCIONAMIENTOS EN PUERTA

 

El considerable número de viviendas abandonadas sirvió para que Juárez fuera ubicada como el segundo lugar nacional en este aspecto, sólo después de Tijuana lo que ha motivado cambios de estrategia por parte de la recientemente creada Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).

A través de estos cambios, la Sedatu pretende “transitar hacia un modelo de desarrollo urbano sustentable e inteligente”, según palabras de su titular Jorge Carlos Ramírez Marín, en un enfoque que intenta ser replicado a nivel estatal y municipal.

La Sedatu tiene como un factor prioritario para el reordenamiento de la ciudad que los créditos y subsidios del Gobierno de la República sean reorientados al fomento del crecimiento urbano ordenado, la consolidación de espacios, y la disminución del crédito otorgado para la adquisición de vivienda cuando se pretende adquirirla en zonas alejadas de la mancha urbana.

No obstante, existe en Juárez un número indeterminado de autorizaciones pendientes para construir nuevos fraccionamientos que las autoridades no pueden frenar.

A este respecto José Márquez Puentes, coordinador de la fracción del PAN en el Cabildo y titular de la Comisión de Desarrollo Urbano en dicha instancia, afirma tener las manos atadas como autoridad dado que se trata de fraccionamientos autorizados incluso desde la primera gestión de Héctor Murguía.

Al tiempo que admite no contar con la información pertinente sobre la cantidad de autorizaciones pendientes de ser ejercidas porque “todo lo que nos hemos enterado es lo que han estado publicando ustedes”, según dijo, el coordinador panista en el Cabildo admite igualmente que no se puede hacer labor de supervisión en este sentido porque la agenda de la administración prácticamente va al día.

“No hay elementos ni recursos para planear con anticipación, ni ver el estatus de los fraccionamientos planeados en esa zona, donde el verdadero problema no son los desarrollos, sino el sector donde fueron autorizados”, reitera.

Destaca que desde principios del presente año se está tratando de reunir toda la información necesaria a fin de reactivar la prohibición aprobada en la administración de Reyes Ferriz, para que nadie pueda construir en zonas inundables del suroriente mientras no se construya la infraestructura pluvial necesaria, pero reconoce sin embargo que, por los argumentos antes expuestos, tampoco se ha podido hacer avances a este respecto.

A este respecto, en días pasados el director de Desarrollo Urbano del Municipio Eduardo Varela Díaz comentó que el Municipio no tomará acción alguna para impedir que esos desarrollos se sigan construyendo, no obstante lo cual se buscará hacer entender a los desarrolladores que si continúan con sus planes de construcción en esa zona, con la sobreoferta de vivienda económica existente a la fecha, será económicamente contraproducente.

Para César Fuentes, titular del Colef en esta ciudad, la violencia no fue un factor tan influyente en el fenómeno de abandono de vivienda como lo fue el hecho de que desde el año 2000 Juárez fue una de las ciudades que recibió un mayor número de créditos de construcción de vivienda.

“Lo que pasó es que Juárez inició una caída de la actividad económica, sobre todo en el área manufacturera, y eso también generó una cierta reducción del crecimiento poblacional vía migratoria, como revelan los datos del censo”, afirmó.

Destacó que la expectativa de los desarrolladores buscando vender todas esas viviendas no se cumplió, que no hubo un equilibrio entre oferta y demanda, y que esto generó una sobreproducción de vivienda que derivó en que muchas de éstas nunca llegaran a ser habitadas.

A este primer golpe Fuentes sumó otro que se da a partir de los fenómenos de crisis mundial de 2007 que vuelven a impactar a la maquiladora, con la consecuente pérdida de empleos y la pérdida del crédito por parte de los desempleados.

Aseguró que ante la imposibilidad de cumplir con el pago del crédito, las personas deciden abandonar su vivienda, situación que significó para 2008 la pérdida de alrededor de 4 mil créditos de vivienda que ya habían sido otorgados.

“Luego vino la crisis de violencia con la situación de que el abandono de vivienda genera huecos habitacionales, que a su vez empezaron a generar un proceso de pérdida de cohesión social de los grupos. Aquí un problema grave de los desarrolladores fue que ellos nada más vendieron viviendas pero no generaron el proceso de acompañamiento social que permite integrar a esa comunidad antes de dejarla sola”, expresó.

Otro aspecto que según Fuentes tuvo que ver, fue la condición de disgusto en la que se encontraba un alto porcentaje de habitantes de fraccionamientos construidos en zonas muy alejadas de la mancha urbana, detalle que surgió a la luz a través de un estudio desarrollado por la UACJ.

El estudio incluía una encuesta en la cual una de las preguntas era si la persona estaba contenta con su nueva casa.

“La respuesta casi constante en ese estudio, fue que la gente no estaba a gusto con su nueva casa. Eventualmente mucha de esa gente dejó su vivienda fuera para regresar a sus comunidades de origen, o para volver a otra zona de la ciudad de donde se había ido, pero en las que sí existía esa cohesión social que en los nuevos fraccionamientos prácticamente es inexistente”, aseveró.

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