Mi Pódium

Coordinar campañas

  • Por Osbaldo
Coordinar campañas

El Coordinador de Campaña –al que en EU le llaman Administrador- debe ser una pieza sui géneris, muy especial, en las tareas de la política electoral, tanto, que en algunas ocasiones podría compararse con la propia personalidad y función del candidato pero en lo interno.

El candidato debe escoger con sumo cuidado a su Coordinador. Le representa, opera todos los acuerdos, moviliza la estructura e, incluso, en ocasiones, oculta situaciones inapropiadas –que debe resolver- para el que pone el rostro de la campaña.

En 1950, en los Estados Unidos, Richard Nixon compitió para el Senado, buscando hacer una campaña, según sus propias palabras, que “sacuda y empape”, de acuerdo con la versión de Ralph de Toledano en su libro Richard Nixon: Un Hombre Solo.

Algunos candidatos quieren ser también coordinadores de campaña pero eso, según los que saben, expertos en ese tema, constituye un error fundamental en una misión política encaminada a ganar una votación.

Nixon consiguió que Murray Chotiner, el más experimentado y capaz coordinador de campañas en esa época, se sumara a la suya y le ayudara a llegar al Senado de la República norteamericana.

Pero ese camino estaba empedrado.

Richard era de los candidatos que querían, a la vez, coordinar. Esto obligó, en alguna discusión, a decirle, por parte de Chotiner, lo siguiente: “Dick –así llamaban a Nixon- puede usted ser el candidato o el administrador, pero no ambas cosas”.

Y añadió:

“La tarea de un candidato consiste en hablar y llegar hasta los votantes. Usted vaya por ahí, eche discursos y consiga votos, y deje que los demás errores los cometamos nosotros”.

O como decía Artemio Iglesias, los candidatos al confeti y los demás a la talacha.

Chotiner creía que un coordinador no debía mentir a un candidato. Pero también pensaba que hay cosas que el candidato no debe saber con todas sus letras.

Muchas cosas, no supo Nixon cosas de su equipo, y al preguntársele, solía responder que no estaba enterado directamente.

Son las reglas operativas de la política.

 Y lo digo desde aquí, porque éste es mi pódium.