Opinión

¡La corrupción, nos oprime más que los millones de deuda!

  • Por Denisse
¡La corrupción, nos oprime más que los millones de deuda!

Por Rocío Reza Gallegos

A pesar de la dinámica internacional y muy diversos factores que pudieran afectar el desarrollo del país, no cabe duda que el mayor lastre es la alta corrupción que impera, ligada a la impunidad que se vive y que se ha convertido en un ancla que obstaculiza el progreso y oportunidades para las nuevas generaciones.

Seguramente han escuchado decir que a los ciudadanos, a la gente de a pie, no les interesa la corrupción, que lo que les importa a miles de mexicanos es tener un empleo y la posibilidad de llevar el sustento a su hogar. Pero cuando observamos y analizamos lo que significa la alta corrupción en el país, es donde nos damos cuenta que esas familias podrían tener mejores condiciones de vida, trabajos mejor remunerados y oportunidades de bienestar social si se utilizarán los recursos de forma eficiente desde los gobiernos, de forma transparente, sin fugas millonarias por brindar concesiones a los amigos y peor aún por desvío de recurso que va a dar al bolsillo de funcionarios corruptos, todo esto va mermando el desarrollo de una nación.

La corrupción no es inherente de un partido político, aunque en este país el PRI se haya encontrado mayormente en casos graves de corrupción que no han querido enmendar a lo largo de su historia.

Hoy observamos cómo este grave problema ha lacerado las propias instituciones, la infiltración del crimen en corporaciones policíacas nos habla de un mal diseño institucional y los conflictos de intereses en el servicio público son muestra de la alta corrupción e impunidad que dejan sin aliento al ciudadano.

Lo más preocupante, quien ejerce directamente actos de corrupción está al frente de un gobierno, imagínense cómo estará la entraña; en una familia cuando  el jefe de la misma es quien delinque, lo más seguro es que los hijos hagan una imitación a ese modelo de conducta, así sucede también en los gobiernos, si el de arriba lo hace, entonces hay una clara invitación a hacerlo.

Me llamó poderosamente la atención una encuesta ciudadana que se realizó el mes pasado, para preguntar el nivel de descalificación o aprobación al Gobernador César Duarte, no pensé que los niveles de rechazo estuvieran a ese nivel, casi el 80% de los encuestados manifiestan reprobación a la actuación del Gobernador de Chihuahua, y más me preocupó saber que para los chihuahuenses su principal problema es la alta corrupción y el mal gobierno. Esta encuesta fue realizada por IPC Estadística.

Entonces me viene a la mente lo que le dije en una comparecencia en la Cámara de Diputados al Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, con relación al gobierno de Chihuahua, donde textualmente le comenté: “Le voy a explicar lo que sucede en mi Estado, cuando existe una alta corrupción política, el ciudadano no alcanza a distinguir ninguna acción correcta por parte del gobierno", es decir, haga lo que haga un gobierno no lo va a agradecer el ciudadano cuando siente que le están robando sus impuestos.

En Chihuahua, la corrupción es el resorte del desorden que nos oprime más que los millones de deuda, es por ello que mi mayor apuesta está en el Sistema Nacional Anticorrupción, que será un primer gran paso para frenar a funcionarios deshonestos que no tienen castigo; seguramente no será la varita mágica que resuelva este lastre, pero sí será un gran instrumento que tendrán las futuras generaciones que deberá seguirse afinando para que los corruptos en este país se atengan a las consecuencias.

Por otro lado, también la sociedad debe hacer conciencia de lo que significa estar vinculados en actos de corrupción, en todos los aspectos, en todos los niveles. Aquello que se ha dicho es un problema cultural, eso no es cierto, porque entonces tendríamos que resignarnos, pero lo que sí es un grave problema de diseño institucional y un grave problema de aceptación social. ¡Ya es hora de que cada quien asuma lo que le toca y actúe en consecuencia!