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Carta de una mujer despedida del Ichitaip

  • Por Cynthia

Mi nombre es Alejandra Villa Barriga, nací en Hermosillo, Sonora, pero toda mi vida se ha desarrollado en Chihuahua.

Mi familia tiene arraigo al estado, son apellidos que han forjado su historia y me siento orgullosa de ello.

Soy madre de una pequeña de 10 años, que cursa el cuarto año de primaria, a quien me debo y por quién todos los días me esfuerzo para satisfacer sus necesidades espirituales y materiales. Todos los padres saben de que hablo y el reto que conlleva.

Soy una mujer que cree en su país, en sus instituciones y en el respeto de los derechos humanos.

Considero que por encima de partidos y revanchismos políticos, se encuentra el bien común del ciudadano, del trabajador, del padre, la madre y los niños, que somos el presente del estado.

Es por esta razón, que me siento decepcionada de lo que me está sucediendo, algo que nunca pensé fuera a pasarme.

La clase política actual del estado repite constantemente su discurso de " respetar los derechos de los ciudadanos", "apegarse a la constitución”, “no habrá revanchismos", “el ciudadano primero”; Suena tan bien en el radio, en los periódicos, en las entrevistas...

Lo peor es que lo creí. Se ven tan sinceros, tan sencillos, tan comprensivos, que pareciera que son verdaderamente sensibles a los problemas ciudadanos.

Pero no, no fue así. Y esta es mi historia

El 2017 trajo para mi, aparte de los retos que implica, la injusticia más fuerte de mi vida. Sin argumento, razonamiento o causa alguna - o valedera - más que el simple cambio de administración, se me despidió del ICHITAIP, institución en donde labore por cuatro años en el puesto de auxiliar A.

No hubo platica, no hubo comentario previo, solo el clásico "acompáñame a mi oficina", ahí se me solicito firmar mi renuncia, sin ninguna explicación solo con la típica frase de tu sabes cómo es esto.

Esa fue mi primera sorpresa, pero aún no me reponía cuando viene la segunda, no iban a liquidarme, no me darían mi quincena, y de paso debería firmar mi renuncia voluntaria, para que el instituto pudiera entregarme mis ahorros personales de todo ese tiempo.

Las sorpresas venían en cascada. La siguiente fue que el nuevo titular, licenciado Rodolfo Leyva Martínez, daba su palabra que si firmaba me iba a ayudar a colocarme en otro lado.

No firme.

Es donde me llegan la ola de preguntas por los discursos, por las declaraciones, por los slogans políticos actuales, ¿no soy yo también ciudadana?, ¿no la constitución a mí también me avala? ¿No tengo derechos fundamentales?... es acaso solo tinta muerta… es un discurso para ganar elecciones… no esta administración iba a ser diferente?...

Vaya decepción.

Pero las sorpresas no terminaron ahí.

Una parte de mi corazón me decía que tenía que haber alguna otra manera de hacer justicia, una instancia, un organismo, que tomará cartas en el asunto y viera la injusticia que se estaba cometiendo.

Fue entonces cuando acudí a el instituto municipal de la mujer, aquel que dice apoyar a las mujeres en vulnerabilidad, pero cuál fue mi sorpresa y más grande decepción, escuchar de la mujer que atiende a la comisión de grupos vulnerables la frase “si eso están haciendo porque no hay dinero, es que la administración pasada dejo sin dinero tú crees”, seguido del  “no podemos hacer nada solo te podemos canalizar a derechos humanos”.

¿Por qué se justifica una acción tan ruin con otra? Acaso es legal, justo o ético? Se puede violar la ley, bajo la primicia de que el anterior lo hizo?... triste fue obtener esta respuesta del instituto que esta para ayudar a las mujeres que están siendo discriminadas.

¿Por qué presidenta Maru Campus no voltea a ver en esto?… ponga Atención, esta no es la forma de apoyar a las mujeres. Confía usted en su instituto y el terreno que se ha ganado en derechos de la mujer?

La misma pregunta le hago a la Presidenta del Congreso, Blanca Gámez, a quien a lo largo de su historia política, su bandera ha sido “los derechos de las mujeres”, ¿por qué ahora decidió callar en estos temas?

En mi andar llegue a tocar la puerta del PAN municipal, pero solo llegue ahí a la puerta, creo que para la Lic. Paloma Aguirre, mi caso no era importante porque aun cuando deje mis datos, nunca recibí una llamada.

Interpuse una queja en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, en la cual solicito su intervención para que no se me coloque en un estado de vulnerabilidad, pues el Lic. Leyva no quiere entregarme mis ahorros. La espera será larga, el titular del Ichitaip esta decidió a no atender estas quejas, ignorarlas, razón? no sé, pero parece ser que no tiene el más mínimo interés en respetar mis derechos humanos.

El más reciente andar me llevo  tocar la puerta de palacio, en las audiencias públicas con el gobernador del estado, solo recibí una llamada donde la persona que se comunicó conmigo me pregunto por mas detalles del motivo por el cual deseaba la audiencia… me comentó que mi caso no era del índole del gobernador, que me verían el secretario de hacienda y el secretario de trabajo pero solo para asesorarme sobre un asunto laboral.

Han pasado dos meses desde mi despido, no he recibido respuesta de ninguna instancia, no he tenido ningún ingreso y no hay ningún aviso que se me pueda entregar mi ahorro.

He tenido que demandar por la vía laboral, sé que es un camino largo, pero parece ser la única opción por el momento.

Recurro a este medio para hacer partícipe a la ciudadanía de esta injusticia, esto que está sucediendo, le pasa a más compañeros que fuimos despedidos de la misma manera, con una promesa que sabemos no se va a cumplir.

Quiero creer que en mi estado existe la justicia, no quiero pensar que mi situación es producto de revanchismos políticos o resentimientos acumulados o sed de venganza.

Señor Gobernador Javier Corral, Señor Rodolfo Leyva Martínez, apeló a su carácter de seres humanos, no a su investidura de gobernador y titular de Ichitaip, sino como ciudadanos que un día soñaron con estar en esos puestos y trabajar por los chihuahuenses. Yo también tengo un sueño, de una estado mejor, pero sobre todo, de una mejor vida para mi hija, que es para lo que todos trabajamos, dejarles una mejor ciudad y un mejor estado a nuestros hijos.

Solo les pido tomen conciencia y me entreguen lo que ahorre durante los últimos cuatro años, sin condicionamientos ni presiones de ningún tipo.

Espero sepan responder como los hombres que son, ustedes tienen hermanas, madres, sobrinas, y les pregunto, les gustaría que estuvieran en una misma situación en la cual me han colocado?

Quiero confiar en sus discursos de cambio y esperanza, espero no decepcionarme…

--Alejandra L. Villa Barriga "Nunca rompas el silencio si no es para mejorarlo" Ludwig van Beethoven

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