Mi Pódium

El otro Recto

  • Por Editor R
El otro Recto

Ése que vimos en La Garufa, tembloroso, con el rostro desencajado, el miedo pegado a la cara y con el alma expuesta, es Javier Corral de cuerpo entero.

Era el culo completo que siempre ha sido.

Un vil cobarde, timorato, poco hombre, sin huevos, que solo se envalentona y bravuconea cuando tiene poder.

En el restaurante no estaba El Capitán Barriguilla, otrora poderoso Jefe de Escoltas, militar fracasado y roba-viáticos, para defenderle.

Debe agradecerle a Ferreyes que solamente la haya dado un haytonazo y no un golpe certero que merecía por supuesto.

Raymundo Romero no le hizo nada, aunque el joto haya escrito en sus redes sociales que le maltrató físicamente.

Poca estima por la función pública tendría la Doctora Claudia Sheinbaum si fuera a tener un Fiscal, General o Anticorrupción, que no atina a defenderse solo y pretende ser el apologista de 80 millones de mexicanos.

El enfermo de Corral, megalómano y pervertido, tratará de cambiar las cosas seguramente.

Pero en Chihuahua nadie lo compra.

Por acá se conoce su personalidad mitómana y dislocada que llevó al Estado a transitar cinco años por la senda de la ineficiencia y la corrupción.

Los chihuahuenses deberían pensar si su relación con El Pasito Ismael Rodríguez tiene algo que ver con la amistad o con el negocio de la empresa fantasma de aviación que abrió el dueño de las mueblerías más corrientes de la Ciudad de Chihuahua en los Estados Unidos para dar mantenimiento a la flota aérea del Gobierno del Estado.

Tuvo que ir el idiota de Miguel Riggs a recoger a El Góber Gay a La Garufa por el señorito porque éste no podía ni tenerse en pie después del sentón de nalgas que se dio tras el haytonazo.

Corral debe salir con este golpe del sueño de opio en que vivió durante su fallida administración.

Que vuelva a su memoria la infinita cantidad de abusos y excesos que cometió mientras tuvo en sus manos el poder del Ejecutivo Estatal.

La tortura que aplicó a los detenidos, a sus esposas y sus familias, sin razón ni medida, basado en su odio hacia Duarte y el deseo irrefrenable de venganza.

Porque no hizo justicia; solamente ejerció venganza.

La opción que tiene, para evitar que los chihuahuenses le muestren el repudio que sienten hacia su persona, es que no vuelva a Chihuahua.

Aquí no es bien recibido; es un personaje non grato.

Es un cerdo asqueroso; pervertido sexual y políticamente, el peor Gobernador del Estado, que destruyó las instituciones en aras de sus apetitos personales.

Dicen que si fuera Fiscal le apodarían El Recto, no por ser de intachable curriculum, sino porque culo y recto es lo mismo.

El otro Recto, porque el primero ya se fue, ya anda más allá de este mundo.

Y lo digo desde aquí, porque éste es mi Pódium.