Ojinaga

Ayuda a su abuelo a empujar la silla para pedir kórima

  • Por Editor R

Ojinaga, Chih.- Desde muy temprana hora, se puede ver a una pequeña niña de la etnia “tarahumara” empujar una silla de ruedas ayudando a su abuelo, recorre varias calles y finalmente se detienen en un crucero y solicitan “kórima” a los transeúntes para poder subsistir. 

José Bustillos Bustillos, de 64 años de edad, originario de la comunidad de Tecorichi del municipio de Balleza, señala que hace aproximadamente 21 años, se trasladó a esta frontera en busca de trabajo, como la mayoría de ellos, encontró trabajo de caporal en un rancho y así fue cambiando de diferentes ranchos y comunidades.

El ultimo rancho en el que laboró es uno llamado “Los Pequeños”, ubicado a poco más de media hora de terracería de la cabecera municipal, ahí, cuidaba un buen número de vacas y las ordeñaba, posteriormente las sacaba a pastar y así trascurrían los días, hasta que uno de esos días, cuando estaba ordeñando una vaca, ésta lo pataleo y le golpeó el pie izquierdo, dejándoselo magullado y con una lesión en el empeine.

Agrega José, que como él estaba solo mientras su patrón visitaba estados unidos, pues únicamente se curaba con lo que él podía, se daba fomentos de agua caliente y se ponía remedios caseros, hasta que regreso el dueño del rancho y lo trasladó al hospital comunitario para que recibiera atención médica.

Desgraciadamente para José el tiempo que esperó para ser atendido fue demasiado y aunado a que también padece diabetes, pues se le tuvo que amputar su pierna izquierda hasta la altura de su rodilla, desde el 23 de octubre del 2020, fecha que tiene muy bien grabada, ya no pudo continuar con su trabajo de caporal y ahora vive de lo poco que consigue día a día en las calles de esta ciudad y lo poquito que le ayuda su nieta vendiendo golosinas.

José y Mariela, viven en un asentamiento de tarahumaras mejor conocido como las antiguas bodegas de la despepitadora o algodonera vieja, José cuida de su nieta y ella hace lo propio con su abuelo y según comenta José, su hija le dejo encargada a Mariela para que lo ayude en lo que pueda y esta pequeña se ha tomado esa responsabilidad muy en serio y a diario se le puede ver haciendo un gran esfuerzo para trasladar a su abuelo día a día hasta su lugar de “trabajo”.

Si usted pasa o transita por las calles de esta frontera y se topa en su camino a José y a su pequeña nieta Mariela, no dude en otorgarles un poquito de lo que usted tiene y recuerde que “Kórima” no significa pedir limosna, significa compartir o comparte.