Reseña política

Por Carlos Jaramillo Vela

•Los tiempos, las reglas y las jerarquías priistas.

•Sigue la “caballada” mencionándose…  a galope sostenido.

•El acertijo del Presidente y el Gobernador.

•Las relaciones del Gobernador con los grupos tricolores.

En un claro acatamiento a las formas, usos y costumbres del Partido Revolucionario Institucional, la diputada Karina Velázquez, dirigente estatal priista, hizo recientemente un apercibimiento a los miembros de la estructura de los Comités Directivos Municipales y al gabinete del comité estatal que de manera directa ella encabeza, para que observen la disciplina que tradicionalmente ha caracterizado a ese histórico partido.

La coyuntura actual así lo requería, pues ante el ya cercano proceso electoral para la sucesión del gobernador César Duarte, y de cara a la inminente renovación de la dirigencia nacional del PRI, las y los aspirantes a la candidatura por “la grande” de Chihuahua han incrementado su presencia mediática y la divulgación de sus pretensiones, lo cual puede empezar a mover el activismo de los grupos políticos, militantes y dirigentes en los 67 municipios del estado.

Es cierto que resulta legítimo aspirar, así como declarar el contenido o motivo de la aspiración, pero también es verdad que en la conducción de la política, como en la de cualquier otra actividad humana de carácter colectivo, intervienen tres elementos: autoridades, procedimientos y momentos.

Por ello, en apego a los principios de institucionalidad y orden, con sutil lenguaje político la lideresa del priismo al hablar frente a sus correligionarios sobre las jerarquías, tiempos y reglas de la política, no solo les recordó que el primer priista del Estado es el gobernador César Duarte, y que ella es la dirigente del partido, sino que también les hizo ver que llegado el momento se emitirá la convocatoria con los lineamientos del proceso interno que se adoptará para la postulación de candidatos.

Al paso de los días no ha amainado en los medios informativos la alusión las y los importantes actores políticos del revolucionario institucional que hasta ahora han manifestado su intención política, o que, al menos, no han salido a desmentir las especulaciones de los medios –todos se dejan querer, como debe ser, ya que por cortesía y sentido común un “cariño” mediático jamás se desprecia-.

De entre ellos, quizá alguna o alguno de los pretendientes, tendría que terminar el período del gobernador Duarte, en caso de que éste asuma dentro de unas semanas la presidencia del CEN del PRI-para la cual tanto los medios nacionales como locales lo han estado mencionando-, o ante la eventual invitación que podría recibir para incorporarse al gabinete del Presidente Enrique Peña Nieto.

Por lo pronto, siguen protagonizando las columnas periodísticas y los comentarios de los cafés políticos, los nombres de Eugenio Baeza, Javier Garfio, Marcelo González, Lilia Merodio, Héctor Murguía, Graciela Ortiz, Marco Quezada, José Miguel Salcido, Enrique Serrano y Mario Trevizo. No ha faltado quien cite a Maurilio Ochoa y Manuel Russek -otros dos perfiles políticos también de muy buen nivel-,  aunque a ellos tal vez lo que ahora podría interesarles sea la alcaldía capitalina.

Y, precisamente por su relevancia, el futuro político inmediato del gobernador Duarte aún sigue siendo el acertijo al que durante las últimas semanas los medios de comunicación -no solo de la entidad, sino también algunos del centro del país- han convertido en su pasatiempo favorito.

Si el mandatario local César Duarte arribará a los primeros planos de la política nacional para acompañar al Presidente Enrique Peña Nieto en la etapa final de su sexenio, ya sea al frente del PRI o de alguna Secretaría de Estado, eso es un asunto sobre el que la mayoría de la gente aún no tiene información, pero que sin duda a estas alturas ellos dos ya tienen definido, o al menos ampliamente conversado.

Resulta innegable que independientemente del ingreso del gobernador Duarte a la esfera nacional, o de su permanencia frente al Poder Ejecutivo del Estado de Chihuahua, habrá de dar continuidad a su relación con los grupos políticos priistas de Chihuahua, a los cuales se encuentra vinculado tanto por su origen partidista como por sus convicciones y principios.

César Duarte Jáquez es un político-político, cuyas indiscutibles “tablas” en el oficio son, junto con su natural facilidad para la sociabilización y las relaciones públicas, una de las razones que explican su relevante trayectoria política; por ello, es evidente que ya sea en funciones o con licencia, se empeñará en mantener la armonía y comunicación con los ex gobernadores Fernando Baeza, Patricio Martínez y Reyes Baeza, quienes aún son personajes políticos activos. El 2016 ya está cerca, y el PRI es un partido que a través de la historia ha demostrado que en sus militantes cuenta con la estructura, experiencia y disciplina necesarias para ganar las elecciones.

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